El Santo Padre acepta la invitación para visitar México

El Santo Padre y Enrique Peña Nieto, en un encuentro que ha durado 25 minutos, han hablado de emigración, la lucha contra la pobreza y el desempleo, violencia, tráfico de drogas y libertad religiosa

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El presidente de México, Enrique Peña Nieto, se ha reunido esta mañana con el Santo Padre en el Palacio Apostólico del Vaticano. El mandatario llegó a Roma ayer por la noche, en una de las paradas de un viaje a Europa, donde visita Portugal, Vaticano y España. El encuentro privado ha iniciado pasadas las 13.00 y ha tenido una duración de 25 minutos.

En el saludo inicial, el presidente Nieto le ha dicho al Papa «es un placer verle en un momento tan especial como este», a lo que el Santo Padre le ha respondido «bienvenido». Una vez en la Biblioteca del Pontífice, sentados a la mesa, el mandatario mexicano le ha indicado al Papa que ha querido hacer una visita especial «con unos propósitos que ahora le comentaré».»

«El primer propósito de mi visita era formularle una amable invitación para que visite nuestro país, en nombre de México, a la que gentilmente ha aceptado visitar nuestro país sin que hubiese determinado fecha”, ha afirmado Peña Nieto en rueda de prensa tras el encuentro. Asimismo, el presidente mexicano explica que indicó al Papa que esto era motivo de gran alegría, «porque el pueblo de México en su gran mayoría es católico”. El Pontífice respondió que el pueblo mexicano “es católico, pero es especialmente guadalupano” y que «tiene un especial cariño al pueblo mexicano».

Durante el encuentro privado, Francisco y el presidente «han pasado revista a algunos aspectos de la vida del país, entre ellos las numerosas reformas emprendidas y, en particular, la constitucional que concierne a la libertad religiosa», indica el boletín distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano. A continuación, se han abordado otros temas de interés común como «la emigración, la lucha contra la pobreza y el desempleo, así como las iniciativas encaminadas a combatir la violencia y el tráfico de drogas». Por último, ha habido un intercambio de opiniones sobre temas relativos a la actualidad regional e internacional.

A continuación, ha pasado a la sala la delegación que acompaña al presidente, formada por su mujer, 3 hijos de su anterior matrimonio, su hermano, su sobrina y 17 funcionarios.

En un ambiente distendido, ha tenido lugar el tradicional intercambio de regalos. El mandatario mexicano ha entregado al Papa una estatua de madera de la Guadalupe, mientras recordaba que esta Virgen es emperatriz de América y Reina de México. Además Peña Nieto le ha entregado al Pontífice una camiseta de la selección nacional de fútbol, firmada por todos los jugadores. «Esto es para decirle que en México nos queremos poner la casaca», explicó el mandatario Nieto a Francisco.

Por su parte, el Santo Padre le ha entregado un medallón que representa uno de los proyectos de la basílica de San Pedro. Además le ha regalado una copia de Evangelii Gaudium mientras le decía «me permito regalarle un ejemplar de la Exhortación Apostólica» y pasando las hojas añadió «aquí están las partes más sociales. Yo se la doy y así le sirve».

En la despedida el presidente Nieto le ha dicho al Papa «México le quiere y le respeta. Su Santidad, muchas gracias».

El presidente Peña Nieto ha tenido después un encuentro con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y comerá con el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello.

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ZENIT Staff

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