Por Cármen Francisco M.
Se acerca la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y para nuestra catequesis familiar propongo que en vez de lectura nos situemos delante de las palabras: “Mi fe se hace sentido y aumenta los latidos”.
El corazón de Jesús es humano, es real. Si le contamos lo que nos aleja de él y lo que no nos gusta porque nuestro corazón pierde paz, Él se conmueve. Si le mostramos nuestras heridas: la que está en una pierna por ejemplo o dentro de nosotros, como los enfados sin perdonar o las distracciones que no me dejan concentrar, lavará con agua y perdón, lo iluminará y lo mejor es que estaremos muy bien cuidados.
Es grande en misericordia, eso quiere decir que está atento y viene a las necesidades de nuestro corazón.
Cuando Jeśus se apareció a Santa Margarita de Alacoque, le dijo “que mirarámos su corazón, lleno de amor por los hombres”. Aunque nos olvidemos y no lo tratemos bien, su corazón nos esta amando y esperando siempre. En Él encontaremos para nosostros, nuestras familias y amigos, refugio, consuelo y abundantes gracias.
También cuando el ángel de la paz se apareció a los tres niños en Fátima, les dijo que: “Los corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de sus suplicas”.
Busquemos hacer silencio para poder escuchar lo que Él nos dice y para que nosotros podamos contarle lo nuestro del mismo modo, porque podemos compartir con Jesús, con toda confianza.
¿Cuáles son tus lugares tranquilos favoritos ?
¿Hay alguna hora del día en que puedas estar en silencio, contándole con tu corazón tus cosas al corazón de Jesús? ¿Que le contarías ahora?
C.F.
Catequesis Familiar
Carmen Francisco M.