Una vigilia de oración por las víctimas de las travesías hacia Europa huyendo de guerras, conflictos y situaciones de vida insostenible, se ha realizado este domingo 22 de junio, con motivo de la Jornada Mundial del Refugiado, organizada por la Comunidad de San Egidio en la basílica romana de Santa María en Trastevere,
La misma ha sido presidida por el cardenal Antonio María Veglió, presidente del Consejo de la Pastoral para los Migrantes e itinerantes, y contó con la presencia de la Cruz de Lampedusa, realizada con madera de las barcazas que se hundieron.
Se unen a la vigilia, el Centro Astalli, la Cáritas Italiana, la Fundación Migrantes, la Federación de las Iglesias Evangélicas de Italia, los trabajadores italianos ACLI, la comunidad Papa Juan XXIII, entre otros
A un año de la visita del papa Francisco a la isla italiana de Lampedusa y de la denuncia que hizo de la ‘globalización de la indiferencia’, la vigilia se propone despertar a las conciencias delante a una emergencia humanitaria que se está agravando.
A los pies de la cruz de Lampedusa, han sido depositados los nombres de quienes se sabe perdieron su vida en el Mediterráneo, intentando cruzar hacia Europa.
El número de refugiados y desplazados en el mundo alcanzó los 51,2 millones el año pasado y superó por lo tanto la cifra de víctimas forzadas al éxodo durante la Segunda Guerra Mundial, según los datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), número que se obtiene sumando a los desplazados dentro de las fronteras de los propios países, que llegan 33,3 millones de personas.
En Italia la crisis de inmigración ha saturado los centros recepción y las iglesias están abriendo las puertas a los migrantes recién llegados. Son casi 60 mil los que han llegado a Italia en la primera mitad del 2014, muchos más que los 42 mil que llegaron en todo el 2013.
Fenómeno que no solo aumenta en el Mediterráneo, con cifras en Estado Unidos que registran en lo que va del 2014, la llegada a la frontera sur del país unos 47 mil niños migrantes sin compañía, en comparación a los 24 mil de todo el 2013.
«Se muere asfixiados en los camiones, se muere de sed y de hambre atravesando los desiertos, se muere agredidos por los predadores, se muere pasando los ríos y las montañas, se muere tratando de atravesar el mar apiñados en las embarcaciones más pequeñas e inseguras que existan. Se habla de veinte mil muertos en los últimos años en los viajes hacia Europa» indica la web española de San Egidio, que se interroga: ¿Pero cuántas otras, cuántos otros? Y además, ¿cómo y de dónde volver a partir cuando ya no se tiene nada y se está completamente desarraigados?