Se acaba de presentar, en la Asociación de la Prensa de Madrid, la primera historia documentada y dirigida al público en general, de la Institución Teresiana, asociación internacional de fieles católicos, hoy presente en treinta países. Al acto asistieron la directora general de esta asociación, el director de la editora del libro, Sílex, las autoras, y numeroso público.
La asociación –que se propone hacer dialogar la fe, la ciencia y la cultura, tanto en centros propios como con otras entidades, y en proyectos sociales– fue fundada por san Pedro Poveda, en 1911, siendo canónigo de la basílica que acoge la imagen de Nuestra Señora de Covadonga, cuya mirada inspiró esta Obra, como él mismo relató.
Ante un numeroso público, el pasado 16 de junio, se presentó la obra Historia de la Institución Teresiana (1911-1936).
El libro, editado por Sílex, estuvo disponible en la recién celebrada Feria del Libro de Madrid y en el propio acto de presentación. Este primer volumen de la historia de una asociación católica clave en el itinerario de la España del siglo XX, con miles de miembros, amigos, benefactores, simpatizantes, alumnos y exalumnos en cuatro continentes, responde a una iniciativa de la anterior directora general Loreto Ballester.
En sus palabras de saludo, Maite Uribe destacó que este libro contiene “las narraciones de los protagonistas, en este caso de las personas que con sus vidas iniciaron e hicieron realidad la Institución Teresiana”, para que “pasen la palabra a personas de otras generaciones”.
Memoria histórica
“La historia, a su vez, va generando una nueva memoria, la memoria histórica, en la que hay nuevos protagonistas de los hechos que se narran pues, además de los actores, concurren las perspectivas de quienes los han narrado y publicado. De este modo, los sueños, los proyectos, las realizaciones, las vivencias mismas de quienes iniciaron y consolidaron lo que en el primer tercio del siglo XX empezó llamándose la Obra de las Academias”, dijo Uribe, se nos presentan ahora, mediados por la investigación, la interpretación y las formas de pensar.
Agradeció a las autoras de la obra colectiva y al Archivo Histórico de la Institución Teresiana, a su directora María Asunción Ortiz, a la editorial Sílex, y “a quienes con gran generosidad han llevado a cabo en la cátedra de Historia de la Institución Teresiana, las tareas, siempre abnegadas, de transformar los textos remitidos por las autoras, en un libro como el que hoy tenemos en nuestras manos”.
“Si en la vida personal, la memoria es el elemento fundamental con el que construir la identidad, porque en ella se encuentran los hilos que permiten tejer con sentido los hechos y acontecimientos de la propia biografía, en la vida de las instituciones sucede algo similar”, dijo Uribe, que es doctora en medicina y especialista clínica en psicoterapia.
“Con esta obra, la Institución Teresiana quiere también ofrecer otro elemento a la historiografía existente sobre la historia de la educación, de las mujeres, de las relaciones ciencia y fe y de la propia Iglesia católica, en la España del primer tercio del siglo XX. Deseamos también ofrecer nuestra contribución a la historia de las instituciones católicas en Italia y Chile en el periodo en el que la Institución Teresiana inició sus actividades en aquellos países”.
La obra es el resultado de tres años de investigación. Su directora y editora Francisca Rosique ofreció en la presentación los detalles de este trabajo de equipo que interesará a historiadores, educadores y en general quien quiera saber qué pasó en este país en el siglo XX desde el desastre americano del 98, y la consiguiente postración del país, hasta una cuestionable II República que devino en una guerra entre españoles.
Ramiro Domínguez, representante de la editorial Silex, valoró la cuidada edición hecha “con mucho esfuerzo y fuerte trabajo detrás”. Agradeció a Pilar Gallego, directora de la Librería Pedagógica, por facilitar su adquisición inmediata.
Manuel Revuelta SJ, especialista en historia contemporánea, profesor de la Universidad de Comillas, que leyó anticipadamente la obra sin conocer los nombres de las autoras, señaló que el libro es una buena aportación a la historia de España y “una obra estimable en pedagogía y feminismo católico”.
Apreció también “la buena coordinación del contenido, el encuadre pedagógico y el excelente marco ambiental que describe el que encontró Poveda en aquellos inicios”. Subrayó “el recorrido por las asambleas fundantes, el ideario, el crecimiento y consolidación de la Obra, así como la praxis de pedagogía propia». «La presencia en las escuelas públicas y la condición seglar de las teresianas, que permitió continuar con la enseñanza en la II República”. Dijo que «Pedro Poveda defendió la enseñanza católica sin rivalizar, aunque su martirio da cuenta de que su tolerancia no fue recibida”.
Reconoció que en la época el feminismo era un tema polémico «lo que confirma la modernidad de Poveda», afirmó. «La propuesta feminista teresiana incluye la defensa de los derechos sociales en general», valoró. Subrayó el capítulo referido a la aportación de Poveda al diálogo fe-ciencia, y el de “espiritualidad en tiempos de inclemencia”. Señaló que uno de los rasgos de la espiritualidad era “apuntarse a lo más”, y lo comparó con el magis ignaciano. “Empresa difícil en tiempos inclementes”, dijo.
Isabel Grana, profesora de Historia de la Educación de la Universidad de Málaga, afirmó que el libro era una contundente aportación a la historia de la educación de las mujeres: “He aprendido mucho” con su lectura. Apreció “las clarificadoras notas”. “Le debemos y vamos a deber mucho a este libro”, concluyó.
En esta obra se pueden leer, tras el prólogo de Maite Uribe, los siguientes capítulos: “Las raíces de la memoria”, de María Dolores Gómez Molleda; “Contextos para una Obra nueva”, “De los comienzos a la consolidación”, “Otras Asociaciones de la Institución Teresiana”, “Relación de la Institución Teresiana con la Acción Católica”, de Francisca Rosique; “Una propuesta educativa en las primeras décadas del siglo XX”, de Ángela del Valle; “Realidad educativa de la Institución Teresiana en los años veinte”, de María Dolores Peralta; “La acción educadora en la Segunda República (1931-1936), de Mercedes Samaniego; “Un feminismo católico con perfiles propios”, de Consuelo Flecha; “Aportación de Poveda a la controversia ciencia-fe: Una perspectiva de integración”, de Camino Cañón; “La ciencia en los Boletines de las Academias de Santa Teresa (años 1913 a 1936)”, de Berta Marco y María del Carmen Cabezas; “Espiritualidad en tiempos de inclemencia”, de Carmen Aparicio; “La Institución Teresiana ensancha sus fronteras: Chile”, de María Guadalupe Pedrero; “Fundación de Italia, ¿conveniencia o necesidad?”, de Anna Doria.