Por Cármen Francisco
Se acercan las vacaciones y nada más nombrarlas vienen ideas y sentimientos de descanso, libertad y alegría. ¿Y por pensar simplemente así, se asegura que acabadas las vacaciones hayamos podido realizarlo?
Empezar este período para nosotros, nuestros niños, familia y amigos es un regalo y para llegar al regalo hay que quitar la cinta adhesiva y el papel; hay que desenvolverlo.
En primer lugar nosotros, así compartiremos y contagiaremos esa idea de vacaciones, una vez que la estemos viviendo de verdad y sea una realidad desde el corazón.
Que la brisa sople desde nuestro corazón.
¿En qué invertimos para unas vacaciones de profunda felicidad y encuentro familiar?
Solamente se me ocurre empezar con el sacramento de la confesión o de la alegría.
Un sincero y concreto examen de conciencia para ver de entre todo lo bueno de este curso, qué pude hacer mejor, qué dejé de hacer y me entristece; qué daño hice a otro y me aparta, qué consentí y está mal, cuánta más paz pude dar y solo me dejé llevar por el mal humor.
En el malestar de yo pecador, buscamos a Jesús en la Confesión para que nos libere y nos reconciliemos en paz verdadera. ¡Arriba ese corazón!
La libertad de corazón revestirá de Creatividad nuestra personalidad. Transmitimos lo que somos y eso es lo que estimula y llama al otro a estar con uno.
Podemos ser libres donde estemos, esa libertad nos la dá el amor incondiconal de Dios.
Como catequistas podemos expresar a nuestros niños: “ te quiero por ser Tu”, no por tus calificaciones, premios o habilidades en el curso. Familia os queremos por ser cada una, única
imagen de Dios Vivo.
La catequesis abierta a la afectividad sigue: ahora nos toca llevarla a nuestro alrededor con originalidad para estas vacaciones.
Algo nuevo cada día en nuestra comunicación, verbal y no verbal, atreverse a gestos amigos, a mirar, abrazar a ver en cada encuentro una persona nueva. Como lo hace el papa Francisco, una catequesis con los gestos.
Pensamientos postitivos, optar por la alegría, darle sentido al dolor, luchar por el presente y quién te quiere, expresar nuestros sentimientos nobles para cada situación determinada.
Atreverse a soñar en grande y vivir el arte de la convivencia.
C.F.
Carmen Francisco