El arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, ha explicado este miércoles que vive con un «profundo dolor» la investigación sobre un posible caso de abusos sexuales en su diócesis. Preguntado sobre la posibilidad de presentar su renuncia, Mons. Martínez ha indicado que su vida está en manos del Señor «a través de la Iglesia y del Santo Padre».
Así se ha expresado el prelado granadino a la salida de la reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que se está celebrando estos días en Madrid, después de que el lunes se conociera la denuncia presentada por un joven que ha llevado al Arzobispado a apartar cautelarmente del ejercicio a tres sacerdotes.
La querella fue interpuesta por la víctima el pasado mes de octubre ante la Fiscalía Superior de Andalucía, después de que el denunciante recibiera en agosto una llamada telefónica del papa Francisco, que le pidió perdón en nombre de la Iglesia tras leer el escrito que, dirigido directamente al Pontífice, le remitió relatando los hechos.
El arzobispo de Granada ha afirmado que, de confirmarse los hechos, se trataría de «la herida más grande» que podría sufrir «alguien que quiere a la Iglesia». «Yo lo vivo con un dolor tremendo», ha asegurado.
No obstante, ha recalcado que los hechos se están investigando y que ahora son las autoridades judiciales y canónicas las que tienen que pronunciarse sobre la veracidad de la denuncia presentada.
Mons. Martínez ha relatado también que tuvo conocimiento de los hechos a través de una carta que le envió el denunciante en el mes de agosto explicándole que se había dirigido a la Santa Sede para informar de los supuestos abusos a los que había sido sometido.
Al recibir la misiva del joven, el arzobispo de Granada se reunió con él durante más de dos horas y éste le pidió que no llevara a cabo ninguna actuación para no interferir en las investigaciones de la Justicia tal y como también le solicitó posteriormente el juzgado que lleva el caso.
Tras ser preguntado por las declaraciones y la forma de proceder del denunciante, Mons. Martínez ha señalado que «si es que esto ha sucedido, cualquier cosa que pueda hacer una persona que ha sido víctima, ni me asusta ni me preocupa». «Me duele el hecho», ha reiterado.
Asimismo, el arzobispo de Granada ha explicado que aunque ha viajado al Vaticano tras conocer la denuncia, no ha hablado directamente con el papa Francisco sobre estos hechos. «Tiene muchas cosas que hacer y muy importantes y esto se resuelve a nivel de la congregación y el obispo que tiene que actuar de acuerdo con la disciplina de la Iglesia».
Sobre la posibilidad de presentar su renuncia ante estos hechos ha afirmado: «mi vida no es mía, es del Señor a través de la Iglesia y del Santo Padre y lo ha sido siempre y lo seguirá siendo siempre».