El papa Francisco está decidido a acompañar a una víctima de abusos sexuales por parte de un grupo de sacerdotes de Granada (España), siguiendo la línea de «tolerancia cero» marcada por Benedicto XVI. Y es que, el Pontífice argentino se quedó consternado cuando a finales de julio recibió una carta en la que un profesor universitario le contaba que había sufrido abusos durante años, cuando era adolescente.
Según el portal Religión Digital, el afectado recibió el pasado 10 de agosto una llamada telefónica del Santo Padre, en la que este le invitó a denunciar a los sospechosos y le dijo: ‘Perdona este gravísimo pecado y gravísimo delito que has sufrido. Perdona, hijo mío, tanto dolor ocasionado y tanto como habrás sufrido. Estas heridas hacen que la Iglesia se resienta al completo. Cuentas con todo mi apoyo, hijo mío, y el apoyo de toda la Iglesia’.
Además, la citada web de información religiosa publica este miércoles que, tras la primera llamada, Francisco volvió a telefonear al joven el 10 de octubre para invitarlo personalmente a la Comisión para la Tutela de Menores, instituida en el mes de marzo por el Papa y presidida por el cardenal Seán O’Malley.
Este portal señala también que el caso, que inicialmente fue trasladado por el propio denunciante al Vaticano, y posteriormente a la Fiscalía Superior de Andalucía, se encuentra actualmente bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada.
Ante las informaciones publicadas, el Arzobispado de Granada ha informado de que ha retirado del ejercicio a los sacerdotes acusados de abusos sexuales. En una nota oficial, señala que «desde el momento en que se tuvo noticia fehaciente de la acusación presentada ante la Santa Sede por un joven de Granada, de haber sufrido abusos sexuales por parte de un grupo de sacerdotes de la diócesis, este arzobispado ha seguido escrupulosamente el procedimiento previsto para estos casos por la disciplina canónica».
El comunicado detalla que primero se quiso «verificar si la mencionada acusación tenía verosimilitud». Así, tras señalar que la investigación preliminar «no tiene aún carácter judicial», la diócesis granadina indica que «impuso las medidas cautelares a los sacerdotes directamente acusados de los abusos, retirándolos del ejercicio del ministerio sacerdotal».
«Igualmente remitió las conclusiones de la investigación a la Santa Sede», prosigue el texto, que añade que «dado que el denunciante es hoy persona mayor de edad, y que por tanto sólo él tenía capacidad para formular denuncia judicial, una vez se supo que ésta había sido interpuesta, el arzobispado se puso a disposición de la autoridad judicial para colaborar en lo que fuese necesario, lo que ha venido haciendo hasta el momento».
«El arzobispado –concluye la nota–, al igual que la multitud de fieles cristianos, es consciente de que la inmensa mayoría de los sacerdotes vive ejemplarmente el ejercicio de su ministerio, y dan un precioso testimonio, a veces heroico, de entrega a Dios y a los hermanos. Al cuerpo entero de la Iglesia le hieren y le duelen inmensamente que se puedan producir escándalos de esta naturaleza, cuya certeza y alcance tendrá que determinar finalmente la autoridad judicial en la investigación abierta».
