Este jueves por la tarde, en el Aula Magna del Palacio de San Pío X de Roma, ha tenido lugar la XIX Sesión Pública de las Academias Pontificias, que este año ha sido preparada por la Pontificia Academia Mariana Internacional sobre el tema «María icono de la infinita belleza de Dios. La Marialis Cultus y el magisterio mariológico-mariano del beato Pablo VI».
Los trabajos han sido presentados por el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura y del Consejo de Coordinación de las Academias Pontificias.
El Premio de las Academias Pontificias ha sido concedido a la Asociación Mariológica Interdisciplinar Italiana y la Medalla del Pontificado al Centro Mariano del Difusión Cultural de los Siervos de María, en México.
Poco antes, el cardenal secretario de Estado Pietro Parolín dio lectura al mensaje enviado por el papa Francisco.
En su escrito, el Santo Padre recuerda «la figura inolvidable de mi venerado predecesor, el beato Pablo VI, y su gran amor por la Virgen María, expresado en muchos momentos de su pontificado y documentos».
Además, señala como «en los momentos cruciales y difíciles para la Iglesia y para la humanidad, Pablo VI se dirige siempre a María, exhortando al pueblo de Dios a pedir su intercesión y protección». «Le solicita sobre todo el don de la paz», explica.
En la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, prosigue el Pontífice argentino, «yo también he confiado el camino de la Iglesia a la materna y bondadosa intercesión de María».
Por último, el Papa pide que «no nos cansemos, entonces, de aprender de María, de admirar y contemplar su belleza, de dejarnos guiar por Ella, que nos lleva siempre a la fuente original y a la plenitud de la auténtica, la belleza infinita, la de Dios, revelada en Cristo, el Hijo del Padre, y el Hijo de María».