Los Líderes religiosos de las comunidades suní, chií, cristiana, mandea y yazidí en Medio Oriente han emitido este miércoles la Declaración de Viena «Unidos en contra de la violencia perpetrada en nombre de la religión» en el marco del congreso internacional organizado por el KAICIID Dialogue Centre.
En el documento, las diferentes comunidades religiosas han realizado además un llamamiento a la comunidad internacional para proteger la diversidad religiosa y cultural en Irak y Siria.
Después de la reunión, el secretario general de KAICIID, Faisal Bin Muaammar ha afirmado que «la manipulación de la religión en Irak y Siria tiene consecuencias terribles para el ser humano. Hoy fuimos testigos de un motivo para albergar esperanzas: la convicción y decisión de líderes religiosos de muy diversos credos que afirman al unísono que el ISIS y otros grupos extremistas no actúan en nombre de la religión».
«El KAICIID Dialogue Centre tuvo el privilegio de reunir a estos líderes religiosos y asume el compromiso de colaborar con ellos y con nuestros aliados en la comunidad internacional para ayudar a construir la paz de los pueblos que sufren esta crisis y asegurarnos de que el mundo escuche este llamado a la acción», ha añadido Bin Muaammar.
En un comunicado, los organizadores del encuentro interreligioso han señalado que «se trata de la primera ocasión en que líderes religiosos de tantas y tan diversas religiones provenientes de una región en crisis se reúnen y denuncian juntos la opresión, marginación, persecución y matanza de seres humanos en nombre de la religión».
Por su parte, los firmantes de la declaración rechazan colectivamente «toda forma de violencia en nombre de la religión y los intentos de grupos como el ISIS de legitimar sus acciones a partir de las enseñanzas del Islam». También condenan «la grave violación de los derechos humanos en Irak y Siria, en especial de grupos cristianos, yazidís y de otros cultos y etnias».
En esta línea, los líderes religiosos reclaman «el derecho universal de recibir un trato digno y humanitario más allá de la religión profesada». «Las atrocidades cometidas en nombre de la religión constituyen crímenes de lesa humanidad y contra la religión», indican.
En la declaración, manifiestan su solidaridad «con todos los oprimidos debido a estos hechos, especialmente quienes han sido arrancados de sus hogares y desplazados», y hacen un llamamiento a «las potencias políticas implicadas y a la comunidad internacional a fin de no escatimar esfuerzos y ayudar a estas personas a volver a sus tierras».
Por último, los responsables de estas comunidades censuran «el apoyo o patrocinio de actos terroristas».
El KAICIID es una organización internacional fundada en 2011 por Arabia Saudí, Austria y España, que constituyen el “Consejo de las Partes”, y en la que la Santa Sede asume la condición de Observador Fundacional. Con sede en Viena, cuenta con el reconocimiento de la ONU, y tiene como principal finalidad promover el diálogo interreligioso e intercultural en el mundo. En sus órganos directivos y asesores, figuran representantes de las principales religiones del mundo.
Para más información: religionsunite.org