Al finalizar la Celebración de la Divina Liturgia en la iglesia ortodoxa de san Jorge en Estambul, el patriarca Bartolomé y el papa Francisco se han asomado al balcón del patriarcado ecuménico y han bendecido contemporáneamente a los fieles que se encontraban en el patio. El Papa ha hecho la bendición en latín, el patriarca en griego. Después se han ido a la Sala del Trono para leer y firmar una Declaración Conjunta, tal y como hicieron en su encuentro en Jerusalén el pasado mes de mayo. De este modo han «reafirmado juntos nuestras comunes intenciones y preocupaciones».
Y así, expresan su sincera y firme intención «de intensificar nuestros esfuerzos por la promoción de la plena unidad entre todos los cristianos y sobre todo entre católicos y ortodoxos». Se puede leer en el texto que quieren «mantener el diálogo teológico promovido por la Comisión Mixta Internacional» que «está tratando actualmente las cuestiones más difíciles que han marcado la historia de nuestra división y que requieren un estudio atento y profundo».
Asimismo, manifiestan su preocupación «por la situación en Irak, en Siria y en todo Oriente Medio». Estamos unidos en el deseo –afirman– de paz y de estabilidad y en la voluntad de promover la resolución de conflictos a través del diálogo y la reconciliación. Y a propósito hacen un llamamiento a los que tienen la responsabilidad del destino de los pueblos «para que intensifiquen su compromiso por las comunidades que sufren y les consientan, incluidas las cristianas, permanecer en su tierra natal». No podemos resignarnos a un Oriente Medio sin cristianos, afirman.
Y hablan también de un «ecumenismo del sufrimiento». La terrible situación de los cristianos en Oriente Medio no sólo requiere oración, sino la respuesta apropiada de la comunidad internacional, indican Bartolomé y Francisco. Asimismo, reconocen también la importancia de la promoción de un diálogo constructivo con el Islam, «basado en el respeto y la amistad».
Por eso, «como líderes cristianos, exhortamos a todos los líderes religiosos a proseguir y reforzar el diálogo interreligioso y a cumplir todo esfuerzo para construir una cultura de paz y de solidaridad entre las personas y entre los pueblos».
Finalmente, recuerdan a todos los pueblos que sufren a causa de la guerra. En particular, «rezamos por la paz en Ucrania, país con una antigua tradición cristiana», y hacen un llamamiento a las partes implicadas en el conflicto para buscar el camino del diálogo y del respeto del derecho internacional para poner fin al conflicto.