Unos 15 mil cristianos han tenido que abandonar la ciudad iraquí de Mosul, en el norte del país, por las amenazas de los yihadistas del Estado Islámico (EI), que dominan la localidad desde el 10 de junio. Ante el acoso al que se ha visto sometida esta minoría religiosa, únicamente quedan algunas familias frente a los 35 mil fieles que había hace diez años.
Tras el éxodo de esta antiquísima comunidad cristiana, algunas iglesias de Mosul han sido transformadas por los fundamentalistas del autoproclamado Califato en lugares de detención. Según fuentes locales citadas por la página web informativa ankawa.com, en los últimos días algunos detenidos vendados y atados habrían sido transferidos a la antigua iglesia caldea de la Inmaculada, en la parte oriental de la ciudad, después de ser detonada la cárcel de Badush.
Por su parte, el arzobispo sirio-católico de Mosul, Mons. Yohanna Petros Mouche, ha relatado recientemente en Bruselas que no quedan «prácticamente» cristianos en su ciudad, y ha confirmado que las iglesias caldeas y sirio-ortodoxas han sido ocupadas por los rebeldes suníes del Estado Islámico.
Además, fuentes locales han referido a la Agencia Fides que el monasterio de San Jorge, perteneciente a la Orden antoniana de san Ormisda de los Caldeos, ha sido transformado en una prisión. Por este motivo, existe el temor de que en los locales del monasterio las mujeres sufran violencia sexual.
En Mosul, el pasado 24 de noviembre, el grupo extremista había recurrido a los explosivos para dañar el convento de las hermanas caldeas del Sagrado Corazón, precedentemente ocupado y usado como alojamiento y base logística. Conocido como el convento de la Victoria, el monasterio fue construido gracias a una donación del presidente Saddam Hussein, el mandatario iraquí, ejecutado en la horca en el 2006.
«Los yihadistas del Califato –ha informado a la Agencia Fides el padre Rebwar Audish Basa, procurador general de la Orden antoniana de san Ormisda de los Caldeos– han ocupado las iglesias, incluidas las más antiguas. Entre las preocupaciones que nos aquejan, se encuentra el temor de que en una posible ofensiva militar para la liberación de Mosul se consideren las iglesias como objetivos a golpear, ya que se han convertido en bases logísticas de los yihadistas. Y obviamente, la destrucción de iglesias antiguas sería un daño irreparable y una gran pérdida».
Según ha publicado la página web IraqiNews.com, citando a una fuente de las fuerzas de seguridad iraquíes, los milicianos del Estado Islámico habrían dado instrucciones precisas para demoler todos los lugares de culto cristianos de Mosul.
La delegación de la Unión Europea en Irak ha confirmado también la devastación de distintas iglesias en la zona. Al parecer, los yihadistas habrían incendiado varios edificios y habrían hecho saltar por los aires un templo en construcción en la localidad de Al Wahda.
En la explanada de Nínive y en la ciudad de Mosul reside una de las comunidades cristianas más antiguas de Oriente medio. En total, son al menos ocho las iglesias de valor histórico situadas en los barrios cristianos, entre las que destacan la capilla caldeo-católica de Shamoun al Safa, del siglo IX, y la iglesia siro-ortodoxa de Mar Toma, del siglo VII.