Thea y Noé son los nombres de los dos burros. El papa Francisco ha revelado que él mismo de pequeño fue alimentado con leche de burra, según indica el comunicado de prensa de la empresa.
Asimismo explican que «la comunidad médico-científica se está interesando cada vez más en la leche de burra, muy parece por la composición a la leche materna y apta para los niños alérgicos a las leches más tradicionales. Respecto a la leche de vaca, es más fácil de digerir y contiene cualidades nutritivas valiosas, que no tienen otras leches».
Eurolactis, según explican, participad en un importante programa de investigación, financiado por la Comunidad Europa, para asegurar la alimentación y la salud de los niños prematuros. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año nacen 15 millones de niños prematuros (uno de cada diez) de los cuales más de un millón muere.
Los primeros resultados de una investigación realizada en el hospital Reina Margarita de Turín, confirman que los efectos benéficos del recurso de la leche de burra para la supervivencia de los niños prematuros.