Los dirigentes de las grandes potencias y los gobernantes de Irak deben “acelerar la liberación de Mosul y de la Llanura de Nínive” de los yihadistas del Estado Islámico (EI), para que los refugiados que huyeron de esas tierras puedan volver a vivir en sus hogares en paz y seguridad. Con este llamamiento arranca el documento publicado por los obispos de la Iglesia siro-católica al finalizar su sínodo anual, celebrado en Roma del 8 al 10 de diciembre, bajo la presidencia de su beatitud Ignace Youssif III, patriarca de Antioquía de los Sirios.
En el pronunciamiento, la veintena de obispos presentes en el Sínodo expresan gran satisfacción por la declaración final de la conferencia sobre terrorismo celebrada la semana pasada en la Universidad sunita de al-Azhar, que ha reafirmado con fuerza la necesidad de salvaguardar la convivencia fraterna entre cristianos y musulmanes en los países árabes y proteger su plena igualdad desde el punto de vista social y civil. Así, invitan a los gobiernos de la región a reconsiderar las políticas en esta perspectiva y recuerdan a las instituciones educativas que deben revisar los planes de estudio, para librarlos de cualquier contenido discriminatorio contra las comunidades no musulmanas.
Según ha informado este jueves la agencia Fides, la Iglesia siro-católica anuncia también en el documento la creación de un comité ad hoc designado para intensificar el diálogo ecuménico con los siro-ortodoxos, con miras a la plena comunión. En esta línea, los prelados manifiestan su pleno apoyo a la propuesta –relanzada recientemente por el patriarca copto-ortodoxo Tawadros II– de identificar una fecha compartida para la celebración de la Pascua por todas las Iglesias y comunidades cristianas.
En las sesiones del Sínodo, entre otras cuestiones, se han abordado los problemas y necesidades urgentes de los fieles, tanto en Oriente Medio como en los países donde hay comunidades de la diáspora siro-católica, y se han tratado las iniciativas previstas para conmemorar el cien aniversario de los asesinatos masivos ocurridos en Anatolia en 1915.
Por su parte, el patriarca Ignace Youssif III ha expresado su preocupación por la situación de estancamiento institucional que vive el Líbano. También ha llamado a la clase política libanesa a asumir la responsabilidad “ante Dios, ante el pueblo y ante la historia”, y a rendir homenaje al ejército y a las fuerzas de seguridad que protegen al país de los Cedros del contagio yihadista.
En el discurso inaugural del Sínodo, Su Beatitud ha hablado sobre las experiencias de persecución y de martirio que han sufrido los fieles sirios “desde los tiempos inmemoriales”. Mirando al presente, se ha referido al padecimiento de las comunidades cristianas en el norte de Irak, que han tenido que abandonar sus hogares antes la ofensiva de la milicia del Estado Islámico. Actualmente, ha recordado el Patriarca, más de un tercio de los siro-católicos iraquíes viven la difícil situación de ser refugiados sin hogar, sometidos a la tentación de huir al extranjero y abandonar para siempre su tierra.