Sor Cristina ha entregado su primer album “El amor vencerá” al papa Francisco el miércoles pasado. El disco consta de diez canciones reinterpretadas (entre las que está Like a Virgin de Madonna) y dos inéditas (Fallin’ Free y L’Amore Vincerà). La autora de este última canción, la única en italiano de todo el álbum y que le da título, es la cantautora Debora Vezzani. En esta entrevista, la artista y cantautora, que llegó a la final en la selección de Sanremo 2009 con su single “Veinticinque”, nos cuenta la “biografía” del inédito y la historia de su conversión.

¿Cómo recibió la noticia de que su canción formaría parte del primer álbum de sor Cristina?
--Debora Vezzani: la he acogido como un milagro, como un gran don de Dios y como la confirmación de que esta pieza había sido inspirada y sugerida por María.

Estaba en Medjugorje en agosto en el Festival de los jóvenes y, después de haber hecho un “contrato con san José”, en el que ofrecí mi arte al señor para llevar el amor de Dios a los otros a través de la música, recibí esta noticia.

Las confirmaciones de esta certeza mía han sido numerosas durante estos meses, como descubrir que la primera aparición en televisión de sor Cristina, durante la cuál tuve un fuerte impulso de escribir para ella, fue precisamente el 19 de marzo, la fiesta de san José.

El Señor me ha dado varios regalos en un sólo golpe: en el plano laboral recibí una grandísima satisfacción artística, en el plano humano tuve ocasión de contribuir a un proyecto benéfico (todo lo recaudado por el disco se destinará a apoyar algunos proyectos de las ursulinas para niños menos afortunados) y del lado espiritual he recibido una gran demostración de amor y de cercanía por parte de Dios y de María, que han consolidado y fortificado mi fe. ¡Dios cumple realmente cosas grandes! Y san José, además de ser un buen carpintero, ¡entiende de música! ¡Ha sido un gran manager! ¡Junto a María obviamente!

¿Cuál es el mensaje que ha querido encerrar en esa canción?
--Debora Vezzani: El título “el amor vencerà” es una referencia explícita al triunfo del corazón de María que, con su vida y con sus apariciones, nos enseña que “el mal no vencerá nunca” y nos recuerda que “¡el amor vencerá!”

Más en general, la canción se refiere al mensaje de Jesús, la victoria del bien sobre el mal, de la vida sobre la muerte… la resurrección, la vida eterna, como digo en una estrofa (“hemos nacido en la previsión de una historia indestructible, hecho por un tiempo sin fin”).

La canción quiere ser también el testimonio del viaje de la duda (“a nosotros nos parece una cosa imposible”) a la certeza del amor de Dios (“hemos nacido de la decisión de un Amor incomprensible”) a través de la fe… que nace del escuchar la sed del corazón, para descubrir que hay algo inmenso que nos llama y no atrae hacia sí (“la fuerza de gravedad viene de lo alto”).

“Basta fiarse” y abandonarse a Él con confianza para ver realizadas grandes obras maestras en nuestra vida (“proyecto que se convertirá en obra maestra”), como decía también san Juan Pablo II. Dios te lleva a tener una “alegría invencible”, una alegría que no te puede quitar nada ni nadie y te hace capaz de “mover las montañas” y hacer cosas imposibles.

A fin de cuentas, esta canción es el testimonio concreto, la “prueba científica”, digo yo, de las obras maestras que puede realizar Dios si se le acoge en la propia vida.

Ha escrito esta canción a sor Cristina, aún antes de contactarla. ¿Qué le ha empujado a hacerlo asumiendo el riesgo razonable de no ser tenida en cuenta?
--Debora Vezzani: Sin la ayuda de Dios y María no habría podido nunca hacer algo así, era humanamente imposible. He escrito la canción sin conocer ni a sor Cristian ni a ninguno de su casa discográfica, Universal, y con el único fin de llevar el amor de Dios al mayor número de personas posible y testimoniar qué había madurado en mi camino de conversión… He rezado mucho para poder ser guiada al afrontar todas estas temáticas de la forma justa y para que el Señor pudiera abrir por mí los camino que consideraba más oportunos para llevar sus mensajes.

Quería ofrecer mis talentos a Dios para que fueran tocados el máximo de corazones (“tengo un don que yo quisiera donar al mundo”) y así ha sido: ¡de un día para otro mi canción ha llegado a todo el mundo!

Ahora el disco está incluso en las manos del papa Francisco. ¡Se lo ha entregado la misma sor Cristina el miércoles pasado!

¿Ha sido siempre una artista cristiana o ha tenido un recorrido que le ha conducido al umbral de la música de fe?
--Debora Vezzani: Mi recorrido artístico ha seguido los pasos de mi recorrido de fe... He tenido una conversión en el corazón y en la música.

Mi primer single, "venticinque", con el que llegué a la final de las selecciones de Sanremo 2009, habla de mi deseo de conocer mi madre biológica, que me ha abandonado, pero que para mí ha sido siempre una heroína por el hecho de no haber escuchado a los médicos que le aconsejaron abortar y haberme dado la vida.

En la canción digo “yo no soy quien soy, no sé qué busco, qué he perdido”; y aún más “prepotente instinto, cordón umbilical, lo he dejado y no se puede separar”.

No sabía aún que estaba buscando a Dios… y esa madre que tanto quería conocer, después de una vida de afectos destruidos (el abandono de mi madre biológica, la separación de mis padres adoptivos, la nulidad de mi matrimonio) era María.

¿Y cuál ha sido el momento en el que se le abrieron los ojos al Rostro que buscaba?
--Debora Vezzani: En el 2011, en el momento más oscuro de mi vida, el final de mi matrimonio, me pidieron salmodiar el salmo 139. Lo he leído muchos veces para adaptar el texto y componer la música… Las palabras hablaban a mi corazón. “Eres tú que me has creado y me has tejido en el vientre de mi madre…”.

Esta frase, que he eleligo usar como inicio del estribillo de la canción que estaba escribiendo, que se llama “como un prodigio”, me estaba diciendo que no me preocupara más de nada, que dejara de desesperarme por sentirme sola y sin una verdadera familia.

Finalmente ya no era huérfana sino hija de Dios.

Hace pocos meses, antes de ir a Medjugorje, por primera vez me ha llegado a las manos mi recordatorio de bautismo. Me quedé sin palabras al ver que se citaban precisamente los versos del salmo 139 que había elegido para el estribillo de “como un prodigio”.

Es más, debajo, estaba escrito: “Oh María, te ofrecemos a Debora”.

Había encontrado finalmente mi verdadera y definitiva familia, ¡Dios y María! Y después de una vida pasada pensando que no valía nada y no merecía el afecto de nadie, ¡María había venido para enseñarme que a los ojos de Dios soy un prodigio!

¿Proyectos futuros?
--Debora Vezzani: Por el momento y para el futuro tengo intención de continuar llevando mi testimonio de vida y mi música, continuar escribiendo para otros artistas y realizar un disco mío como cantautora, que pueda tratar temáticas profundas y cristianas con un lenguaje y un sonido moderno.

También tengo intención de dar gracias a María cantándole mis canciones a los pies de la cruz azul... Quién sabe… Y me gustaría cantar para el Papa…

Lo sé que pido mucho, ¡pero para Dios todo es posible!