El deporte favorece la amistad entre los pueblos, indica el Santo Padre

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Francisco ha recibido al Comité Olí­mpico Nacional Italiano y anima a seguir favoreciendo un deporte accesible a todos

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«Desde siempre el deporte ha favorecido una universalidad caracterizada por la fraternidad y la amistad entre los pueblos; de concordia y paz entre las naciones; de respeto, tolerancia y armonía de las diferencias”. Lo ha asegurado este viernes el santo padre Francisco en su discurso a los dirigentes y atletas del Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), con ocasión del centenario de su fundación.  

Asimismo ha asegurado que todo acontecimiento deportivo, sobre todo las olimpíadas, “donde se enfrentan representantes de naciones con historias, culturas, tradiciones, credos y valores diversos, puede convertirse en una fuerza ideal capaz de abrir nuevos caminos, a veces inesperados, para superar conflictos causados por la violación de los derechos humanos».

El Pontífice ha recordado el lema olímpico “Citius, altius, fortius” y ha asegurado que “no es una incitación a la supremacía de una nación sobre otra, de un pueblo sobre otro pueblo y tampoco de la exclusión de los más débiles y menos tutelados”, sino que representa el reto al que todos estamos llamados, “asumir la fatiga, el sacrificio, para alcanzar las metas importantes de la vida, aceptando nuestros límites sin dejarnos bloquear por ellos, sino intentando superarlos”.

El Santo Padre ha animado los miembros del CONI a continuar en este camino, en el trabajo educativo que hacen en las escuelas, en el mundo del trabajo y de la solidaridad, “para favorecer una deporte accesible a todos, atento a los más débiles y a las franjas más precarias de la sociedad”, así como “un deporte inclusivo de las personas con distintas discapacidades, de los extranjeros, de quien vive en las periferias y necesita espacios de encuentro, socialización, compartir y juego”; es decir, “un deporte no dirigido hacia lo útil, sino al desarrollo de la personas humana, con estilo de gratuidad”.

Por otro lado, el Papa ha señalado que desde hace cien años el CONI promueve y organiza el deporte en Italia no solo en función de las Olimpiadas sino valorizando su dimensión popular, social, educativa y cultural y lo hace »inspirándose en los principios de la Carta Olímpica, que coloca entre sus objetivos principales la centralidad de la persona, su desarrollo armonioso, la defensa de la dignidad humana, además del de contribuir a la construcción de un mundo mejor, sin guerras ni tensiones, educando a los jóvenes a través del deporte practicado sin discriminación de ninguna clase… en un espíritu de amistad, solidaridad y lealtad».

Finalmente, el Papa ha recordado que el CONI fue el primer comité olímpico nacional –al que siguieron más tarde otros– que acogió en su organización un capellán olímpico. »Es una presencia amiga que manifiesta la cercanía de la Iglesia inculcando también entre los deportistas un sentido fuerte de entrenamiento espiritual”, ha asegurado. De hecho, ha señalado, hay algunas palabras típicas del deporte que se pueden referir a la vida espiritual. “Lo entendieron muy bien lo santos que supieron interpretar la pasión, el entusiasmo, la constancia, la determinación, el reto y el límite con la mirada dirigida hacia un más allá, más allá de sí mismos hacia el horizonte de Dios», ha concluido el Obispo de Roma.

Unas últimas palabras dirigió a los presentes, para felicitar por la candidatura de Roma para acoger los Juegos Olímpicos del 2024, pero “yo no estaré” ha dicho entre risas el Pontífice provocando también las risas de los presentes.

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ZENIT Staff

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