La Catedral de Santa María la Real de la Almudena permaneció abierta durante todo el domingo para acoger a las familias, movimientos, grupos, parroquias, asociaciones… que quisieron pasar por el principal templo de la diócesis y ser bendecidos personalmente por el arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro. A todos los que se acercaron se les hizo entrega de una estampa con una oración escrita por el prelado madrileño, acompañada de un dibujo diseñado por él mismo. Como muestra de cariño, Mons. Osoro despidió también a cada niño con una chocolatina.
La sencilla plegaria, titulada «La alegría del Evangelio de la familia, dice así: «Damos gracias a Dios, porque unidos en el amor de Cristo en nuestro matrimonio, hemos tenido la gracia de ser una familia que se quiere como la de Nazaret y que vive dando la vida al mundo y regalando la alegría del Evangelio. Amén». Los dibujos son tres. Dos modernas y estilizadas aproximaciones al belén y un grupo de familias que espera ser bendecido.
Además, a los pies del altar de la Virgen de la Almudena se colocó una imagen de san José y un gran arcón de mimbre, donde todo el que saludaba al arzobispo podía depositar una ofrenda –económica o material– para las familias que se encuentran en riesgo de exclusión.
Numerosos coros parroquiales y grupos diversos animaron con sus canciones navideñas la fiesta en honor a la Sagrada Familia. Y se desarrollaron diferentes actividades infantiles para que los más pequeños pudieran disfrutar de la jornada.
A las 12 horas, el obispo diocesano presidió la celebración de una solemne Eucaristía en el altar mayor de la Catedral. En su homilía, Mons. Osoro se preguntó «¿Dónde está la belleza de la familia?». Y el prelado encontró la respuesta en el «icono» de la Sagrada Familia de Nazaret.
En ella, se aprende que «la familia es la escuela del humanismo auténtico». Por eso, «trabajar en apoyo de la familia fundada en el matrimonio como elemento básico de la vida y del desarrollo de una sociedad es garantizar el futuro de la humanidad y contribuir a renovar la sociedad», aseguró.
Citando al papa Francisco, el arzobispo de Madrid recordó también que «en la familia es en donde mejor se ve y se construye la ‘cultura del encuentro'», así como «el santuario del amor y de la vida».
Ya que, en la familia «se aprenden y desarrollan las virtudes esenciales para la vida». «Estos es lo más actual y moderno. Lo antiguo es vivir marginando a Dios, queriendo ser como dioses», insistió.
Mons. Osoro concluyó sus palabras reiterando que la belleza de la familia está en la Familia de Nazaret, que «es el prototipo de toda familia cristiana».
Después de la Misa, el prelado siguió bendiciendo a una multitud de personas. Paró solo para comer y para rezar vísperas, a las 19 horas. La fiesta de la Sagrada Familia concluyó con una bendición especial a los novios que se acercaron a la Catedral y un concierto de Navidad interpretado por la Orquesta Sinfónica y Coro de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
La jornada diocesana de oración y bendiciones convirtió a La Almudena, durante más de 12 horas, en hogar de numerosísimas familias a las que el arzobispo de Madrid atendió sin prisas, una a una.