El Papa: donde los ancianos no son respetados, los jóvenes no tienen futuro

El Santo Padre retoma las audiencias de los miércoles y dedica su catequesis a los ancianos. ‘La medicina ha prolongado la vida pero nuestras sociedades no han ensanchado el corazón a esta realidad’

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El papa Francisco ha retomado este miércoles las catequesis de la audiencia general dedicadas a las familias. Después de la ausencia de la semana pasada debido a los ejercicios espirituales que realizó junto a la Curia fuera del Vaticano, esta mañana el Papa ha salido nuevamente a la plaza de San Pedro a saludar a los fieles.

Miles de personas llegados de todas las partes del mundo, han recibido con entusiasmo a Francisco, quien ha recorrido los pasillo saludando y bendiciendo a los presentes. Como es costumbre, le acercaban hasta el jeep a los niños más pequeños a quienes tomaba entre sus manos, besaba su frente y bendecía. Mientras el Papa hacía su habitual recorrido, miles de flashes de teléfonos y tabletas inmortalizaban su paso, banderas de distintos países ondeaban y todos gritaban ¡viva el Papa!

La catequesis esta semana la ha dedicado a los ancianos, que en el caso de la familia son representados por los abuelos.

En el resumen hecho en español por el Pontífice ha indicado: “Queridos hermanos y hermanas. La catequesis de hoy está dedicada a la situación de los ancianos en la sociedad actual.

Gracias a los avances de la medicina, la vida del hombre se ha prolongado, pero nuestras sociedades, a menudo basadas en el criterio de la eficacia, no se ha ensanchado el corazón a esta realidad”.

La cultura del descarte –ha explicado– considera a los mayores un lastre, un peso, pues no sólo no producen, sino que además constituyen una carga y, aunque no se diga abiertamente, a los ancianos se los desecha. Y muchas personas mayores viven con angustia esta situación de desvalimiento y abandono. Una sociedad sin proximidad, donde la gratuidad y el afecto sin contrapartidas van desapareciendo, es una sociedad perversa.

Fiel a la Palabra de Dios, ha proseguido el Papa, “la tradición de la Iglesia siempre ha valorado a los ancianos y ha dedicado un cuidado especial a esa etapa final de la vida. Por eso mismo, no puede tolerar una mentalidad distante, indiferente y, menos aún, de desprecio a los mayores, y pretende despertar el sentido colectivo de gratitud y acogida, para que los ancianos lleguen a ser parte viva de la sociedad”.

Los jóvenes de hoy serán los ancianos de mañana, ha advertido Francisco. “También ellos lucharon por una vida digna, recorriendo nuestras mismas calles y viviendo en nuestras casas. Tengamos bien presente que donde los ancianos no son respetados, los jóvenes no tienen futuro”, ha concluido.

A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española “venidos de España, México, Venezuela, Argentina y otros países latinoamericanos”. Queridos hermanos, ha pedido el Papa “recordemos hoy a los ancianos especialmente necesitados, que viven solos, enfermos, dependientes de los demás. Que puedan sentir la ternura del Padre a través de la amabilidad y delicadeza de todos”.

Finalmente, y como hace cada miércoles, al finalizar los saludos en las distintas lenguas, el Papa ha dedicado unas palabras a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Queridos jóvenes, el camino cuaresmal que estamos recorriendo sea auténtica ocasión para que podáis alcanzar la madurez de la fe en Cristo”, ha indicado. Asimismo, ha añadido, “queridos enfermos, participando con amor al mismo sufrimiento del Hijo de Dios encarnado, podáis compartir desde ahora la alegría de la resurrección”. Y por último, a los recién casados ha deseado que encuentren “en la alianza que, a precio de sangre, Cristo ha estrechado con su Iglesia, la base de vuestro pacto conyugal”.

Texto completo de la catequesis

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Staff Reporter

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