Una amistad particular, porque se basa en el amor de Cristo. Así ha definido el Papa su relación con la Guardia Suiza Pontificia durante un encuentro con ellos y sus familiares, con ocasión del juramento de los reclutas, acompañados por sus familiares.
De este modo, en su discurso, el Papa ha puesto como ejemplo a san Ignacio de Loyola –que fue soldado de joven– que en los Ejercicios Espirituales habla de la “llamada del Rey”, es decir Cristo, que quiere edificar su Reino y elige a sus colaboradores. “El Señor quiere construir su Reino con la colaboración de los hombres”, ha afirmado el Papa. Y para ello necesita “personas decididas y valientes”.
El Papa también ha indicado que “al mismo tiempo, Ignacio compara el mundo con dos campamentos militares, uno con la bandera de Cristo y el otra con la bandera de Satanás. Hay solo estos dos campos. Para el cristiano, la elección es clara: sigue la bandera de Cristo”.
Así, ha proseguido el Papa: “un soldado de Cristo participa en la vida de su Señor. Esta es también la llamada que os toca a vosotros: asumir las preocupaciones de Cristo, ser sus compañeros”. Un Guardia Suizo –ha asegurado el Santo Padre– es una persona que realmente trata de seguir al Señor Jesús y ama de forma particular a la Iglesia, es un cristiano con una fe genuina. A continuación, ha invitado a los jóvenes reclutas a vivir esto gracias a los sacramentos y leyendo cada día el Evangelio. Y lo que ha dicho el Papa en tantas ocasiones se lo ha dicho también a ellos: “llevad siempre a mano un pequeño Evangelio, para leerlo en cuanto tengáis un momento tranquilo”. Igualmente, les ha hablado de la oración personal, y del Rosario, “durante los piquetes de honor”. Por otro lado ha recordado cuánto les puede ayudar el “servicio a los más pobres, a los enfermos y a los que necesitan una buena palabra…”
Además, el Papa también ha observado que cuando los Guardias Suizos encuentran a la gente, a los peregrinos, transmiten con su gentileza y profesionalidad este “amor más grande” que viene de la amistad con Cristo. ¡Sois un manifiesto de la Santa Sede! ha exclamado, y por ello les ha dado las gracias y les ha animado.
Finalmente, el Santo Padre ha reconocido a los presentes que tienen un servicio que requiere mucho esfuerzo y ha asegurado que cuando hay tareas suplementarias “podemos contar siempre con la Guardia Suiza”.