El santo padre Francisco recibió hoy viernes en el Vaticano a los participantes del XVI Seminario mundial de los capellanes católicos de la aviación civil y a los miembros de las capellanías de aeropuerto.
El congreso que inició en Roma el miércoles pasado y concluye este sábado, ha sido promovido por el Pontifico Consejo de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes y tiene como tema “Evangelii gaudium: ¿qué tipo de ayuda para el ministerio pastoral de la Aviación civil?”. Durante el mismo se ha reflexionado sobre cómo aplicar las indicaciones de la exhortación apostólica en los aeropuertos.
El Santo Padre les invitó “a partir del testimonio, a ayudar a las personas a abrir el corazón y la vida a Cristo” y esto “independientemente de la nacionalidad, del credo religioso o de la cultura, con particular atención a quienes son pobres, sufren o son marginados”.
El Papa en la audiencia recordó que los aeropuertos son lugar de encuentro de muchas personas que viajan, por trabajo, turismo y otras necesidades; y donde también transitan migrantes, refugiados, niños y ancianos, quienes necesitan de cuidados especiales. Además de las personas que allí trabajan todos los días con sus situaciones personales y profesionales. Sin olvidar a los pasajeros sin documentos, que se quedan bloqueados en los aeropuertos por breves o largos períodos “muchas veces sin la adecuada asistencia humana y espiritual”.
Además, recordó el Santo Padre, pueden verificarse situaciones trágicas por accidentes, secuestros por ejemplo. Y allí el capellán tiene que dar confort y animo a quienes lo necesitan.
“También en los aeropuertos –añadió el papa Francisco– Cristo, Buen Pastor, quiere cuidar a sus ovejas, mediante los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, en los que el encuentro con la infinita misericordia de Dios abre vías impensables de evangelización. Por ello el Santo Padre les invita a proponer “las palabras de Jesús como alternativa a las promesas del mundo que no dan la verdadera felicidad”.
El pontífice ha definido los aeropuertos como “ciudades dentro de las ciudades, donde las realidades diversas se mezclan y se sobreponen”, con su ambiente “multiétnico, cosmopolita y multireligioso” en el cual es necesario “colaborar dócilmente y estar siempre a la escucha del Espíritu Santo, que crea unidad en la diversidad”.
Ha indicado también a quienes se ocupan de dicha pastoral a que trabajen “para que las personas tengan el deseo de escuchar la palabra de Dios”. Y les aseguró que él reza “para que el apostolado que allí se realiza y que participa a la misión universal de la Iglesia, sea eficaz en la proclamación de la Buena Noticia”. Y tras impartir la bendición apostólica pidió que recen siempre por él.
(HSM)