El papa Francisco indicó en la rueda de prensa que se realizó ayer lunes en el vuelo de regreso de América Latina, que una mediación de la Santa Sede entre Chile y Bolivia sería «una cosa muy delicada», o sea «un último paso”. Y precisó que “Argentina vivió eso con Chile y fue realmente para evitar una guerra”.
Añadió que “fue una situación muy limite y muy bien llevada por quienes la Santa Sede encargó, detrás de los cuales siempre estaba san Juan Pablo II interesándose, y con la buena voluntad de los dos países, que dijeron: ‘probemos esto si va'».
El Santo Padre que entonces se encontraba en Argentina, recordó que en su país “hubo un grupo que nunca quiso esa mediación, y cuando el Alfonsín hizo el plebiscito –sobre si se aceptaba la propuesta de mediación– obviamente la mayoría del país dijo que sí, pero hubo un grupo que se resistió”.
O sea, basado en su experiencia indicó que “cuando se hace una mediación, difícilmente todo el país estaría de acuerdo, pero es la última instancia, siempre hay otras figuras diplomáticas que ayudan, en ese caso, facilitadores, etc”.
En este momento y caso concreto aseguró que él será muy respetuoso: “Bolivia hizo un recurso a un tribunal internacional. Entonces, si yo en este momento hago un comentario –yo soy jefe de un Estado– podría ser interpretado como inmiscuirme o una presión. Tengo que ser muy respetuoso de la decisión que tomó el pueblo boliviano que hizo ese recurso”.
Quiso precisar entretanto que “en la catedral de Bolivia, toqué ese tema de una manera muy delicada, teniendo en cuenta la situación de recurso al Tribunal internacional”.
“Recuerdo perfectamente el contexto: ‘Los hermanos tienen que dialogar, los pueblos latinoamericanos dialogan para crear la patria grande, el dialogo es necesario’. Ahí me detuve, hice un silencio, y dije: ‘Pienso en el mar’. Y continué: ‘diálogo y dialogo’. Quiero que quede claro que mi intervención fue recordar ese problema, pero respetando la situación como está planteada ahora». Y concluyó sobre el tema: «Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación, ni facilitación, hay que esperar”.
A la pregunta de si es justo o menos el anhelo de los bolivianos, el Papa respondió que “siempre hay una base de justicia cuando hay cambio de límites territoriales y, sobre todo, después de una guerra”.
Entretanto consideró que “no es injusto plantearse una cosa de este tipo, ese anhelo”. Y recordó que en 1961, estando en primer año de filosofía, nos pasaron un documental sobre Bolivia –un padre que había venido de Bolivia– y creo que se llamaba “Las diez estrellas”. Y presentaba cada uno de los 9 departamentos y, al final, el décimo departamento: y se veía el mar sin ninguna palabra. Me quedó grabado. Eso fue en el año 61. O sea, que se ve que hay un anhelo”, dijo.
“Después de una guerra de ese tipo surgen las pérdidas”, dijo, si bien es importante, “primero, el diálogo, la sana negociación”. Y concluyó puntualizando: “Ahora, en este momento, el dialogo está detenido obviamente por este recurso a La Haya”.
El presidente Evo Morales interpuso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya ua solicitud que inició a debatirse el 5 de mayo pasado, para que se obligue al gobierno chileno a negociar una salida soberana al mar de manera formal, en una negociación que no tome en cuenta el tratado de 1904, que puso fin a la Guerra del Pacífico, fue el que dejó a los bolivianos sin poder salir por tierra propia al Pacífico.
Por su parte Chile pidió al inicio del debate que el tribunal se declare incompetente, pues tanto Chile como Bolivia son firmantes del Pacto de Bogotá de 1948, en el cual se estableció que se excluiría de la competencia de la Corte cualquier asunto ya regido por tratados anteriores.