El movimiento apostólico de Schoenstatt convocó en el mes de julio a unas 700 personas en la localidad cordobesa de Huerta Grande, donde se celebró el tercer Encuentro Nacional de Familias de esta obra eclesial. Los participantes reflexionaron sobre la vocación de la familia cristiana y su proyección apostólica.
Los vínculos fueron un tema fundamental de la reflexión en este encuentro, y por eso se planificaron varias actividades para niños y adolescentes. También hubo charlas y guitarreadas para que las familias y sus integrantes, sin distinción de edades, provincias o ciudades, pudieran experimentar un intercambio enriquecedor.
Lo informó ayer la agencia de noticias AICA, precisando que durante el encuentro se dictaron talleres sobre sexualidad matrimonial, acompañamiento a matrimonios, parejas en segunda unión, uso de nuevas tecnologías, manejo del dinero y otros temas que afectan a la vida familiar. Los jóvenes también tuvieron sus espacios de formación e incluso expusieron ante el auditorio su visión de la familia cristiana y las aportaciones fundamentales que, en ellos, tuvo el crecer de la mano de sus padres y hermanos.
Los más pequeños gozaron de múltiples juegos brindados por profesores de gimnasia, que les permitieron disfrutar del entretenimiento como medio de crecimiento.
El arzobispo de Corrientes y presidente de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia (Celaf), monseñor Andrés Stanovnik OFMCap., fue el celebrante principal de la misa de apertura, mientras que el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñañez, celebró la misa de clausura y de envío.
El párroco de Huerta Grande, presbítero Juan Manuel Martínez, agradeció la presencia de tantos schoenstattianos, que realizaron con su guía una misión familiar por las calles de la población.