El llamamiento contra la pena de muerte lanzado recientemente por los obispos estadounidenses, ha recibido una respuesta positiva por parte del clero nacional. El presidente de la Asociación de sacerdotes católicos de Estados Unidos (AUSCP) ha expresado su apoyo pleno en la “oración y en el testimonio público” de los sacerdotes estadounidenses a su episcopado en la batalla común por la abolición de la pena capital.
En su mensaje conjunto, el cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston, y el presidente de la Comisión para la Justicia y el Desarrollo Humano de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, monseñor Thomas Wenski, habían reafirmado su posición abolicionista deseando que en el país se pare de “tratar de enseñar a no matar, matando a los asesinos” alimentando así un “círculo vicioso de violencia” que “menosprecia a toda la humanidad”.
La posición de los prelados estadounidenses considera que “la pena de muerte es inadmisible” siempre y va contra la “inviolabilidad de la vida y de la dignidad de la persona humana”, y es compartida por el 99 por ciento de los miembros del AUSCP.