El cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston y presidente del Comité por la Vida de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, ha querido recordar que, tal y como explica el Santo Padre, “el aborto es el producto de una mentalidad del beneficio, de una cultura del usar y tirar que, actualmente, ha esclavizado los corazones y las mentes de muchas personas”.
Las declaraciones del purpurado se sitúan en medio de un gran debate nacional en Estados Unidos, tras la denuncia realizada por el Center for Medical Progress (Centro para el Progreso Médico) al difundir dos vídeos, grabados con cámara oculta, en el que fingían ser compradores de órganos. En los vídeos se muestra cómo altas funcionarias de la multinacional abortista más grande del mundo, Planned Parenthood, acceden a vender órganos de los bebés abortados en sus centros.
A propósito de los recientes sucesos, el cardenal asegura que esto “debe llamar nuestra atención sobre dos temas amplios, implicando también a las instituciones de la sociedad”. El primer tema al que se refiere es “el aborto en sí mismo, un ataque directo a la vida humana en su condición más vulnerable”. El segundo tema es “la práctica, ya estándar, de obtener tejidos y órganos fetales a través del aborto”. Ambas prácticas, “niegan el respeto que se debe a la humanidad y a la dignidad de la vida humana”, asegura el arzobispo. De aquí, el deseo de que episodios similares despierten “la atención del debate público”.
Finalmente, el cardenal O’Malley recuerda a todos aquellos que han vivido el trauma por un aborto “pueden encontrar acogida, compasión y asistencia gracias al ‘Proyecto Raquel’, llevado adelante por la Iglesia católica”. Fundado en 1984 en la arquidiócesis de Milwaukee, con el tiempo se ha convertido en un apostolado de los obispos de USA para la sanación espiritual después de un aborto.
Hoy en día, “Proyecto Raquel” está activo en más de 100 diócesis estadounidenses y en varios países del mundo. El nombre de la iniciativa viene de las Sagradas Escrituras: “Raquel que llora a sus hijos; ella no quiere ser consolada, porque ya no existen”.