El Año Jubilar del Camino Ignaciano que se realiza por primera vez en la historia, inicia este 31 de julio y concluye el 31 de julio de 2016, cuenta con una indulgencia plenaria, concedida por el papa Francisco a través de la Penitenciaría Apostólica.
Se podrán valer de este privilegio concedido por la Iglesia, los fieles que cumpliendo las condiciones establecidas por el derecho canónico, peregrinen a los santuarios de Loyola y Manresa durante este Año Jubilar.
Para ello la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede ha emitido dos decretos firmados por el penitenciario mayor, el cardenal Mauro Piacenza, respondiendo a la solicitud del padre provincial de la Compañía de Jesús, Francisco José Ruiz Pérez, a quien se han sumado los obispos José Ignacio Munilla y Román Casanova, en cuyos territorios se encuentran los santuarios de Loyola y el de Manresa. Desde el Palacio de la Cancillería, indicaron a ZENIT que ambos decretos escritos en latín han sido firmados el 12 de julio. Asimismo, el próximo jubileo, que también durará un año, ha sido convocado para 31 de julio de 2021 con motivo del 500 aniversario de la conversión de san Ignacio de Loyola.
“La tradición de peregrinar a los santuarios de Loyola y Manresa, muy popular desde el siglo XVII tras las canonizaciones de San Ignacio y San Francisco Javier, ha aumentado durante el siglo XX y principios del XXI, junto con el aumento de la piedad unida a las peregrinaciones”, indican en la Compañía de Jesús en España. Y añaden que “el Camino Ignaciano ha nacido con la vocación de vehicular esa piedad mediante una propuesta de peregrinación que rememora el camino recorrido por Ignacio de Loyola en 1522”.
En Manresa se celebran este viernes los actos de inauguración del primer Año Jubilar, con la apertura de la puerta santa durante una misa solemne en el Santuario de la Cova de St. Ignasi. En cambio, este sábado será en Loyola, donde el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, celebrará la eucaristía.
El Jubileo del Camino Ignaciano alcanza a aquellos que cumpliendo las condiciones establecidas por el derecho canónico (misa, confesión sacramental y oración por las intenciones del Papa) realicen la peregrinación del Camino Ignaciano vivido en espíritu de peregrinación y siguiendo alguna modalidad de los Ejercicios Espirituales, visiten alguno de los santuarios ignacianos del camino, y lleven a cabo alguna obra de caridad ya sea antes o durante la peregrinación.