Cáritas Española se ha sumado este martes a la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación instituida por el papa Francisco y que este año se celebra por primera vez.
«Nos dice el Papa que como cristianos, debemos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. Proteger la obra de Dios, nos dice el Papa es parte esencial de la identidad del cristiano, recordando que, para los creyentes, «la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea»», explica la organización en un comunicado. Así, Cáritas asegura que ve en su trabajo cotidiano «cómo los más pobres son también los más vulnerables ante el deterioro ambiental y el cambio climático».
«Caritas Internationalis abordó esta realidad en su documento: Hambre de Justicia: la reflexión de Cáritas sobre la necesidad de seguridad alimentaria en un entorno climático insostenible (2013). Desde Cáritas Española trabajamos para transmitir que nuestros valores como cristianos deben reflejarse también en nuestra relación con la tierra y con la Creación», señala la nota.
«Como Francisco, creemos que los pequeños gestos cotidianos son capaces de cambiar las cosas y de generar una importante presión social ante los intereses de los poderosos. Apostamos por un modelo alternativo de progreso y de desarrollo basado en la sobriedad, la simplicidad, el respeto a la tierra, y la capacidad contemplativa y relacional. Todos estos aspectos forman parte de una auténtica espiritualidad cristiana», subraya la entidad eclesial.
«Nos invoca a que a través de esta Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebrará anualmente en la misma fecha, vivamos respetando la creación», reitera.
Cáritas Española trabaja con las comunidades vulnerables para que las personas puedan ejercer su derecho a migrar o no, colaborando en proyectos de agricultura sostenible en el Sahel, Etiopía, Haití, y Bolivia, entre otros. También trabaja en adaptar las comunidades a los riesgos climáticos en lugares como Filipinas, República Dominicana, Bangladesh y Camboya.
«Ante la dramática situación que viven los desplazados en distintos puntos de las fronteras europeas (Grecia, Serbia, Macedonia, Italia…), no podemos olvidar que el cuidado de la creación comienza con el respeto a la vida de la persona y el respeto de los derechos humanos. La pérdida de vidas humanas en busca de una vida mejor, cuando la propia tierra no ofrece posibilidades para ello, es una vergüenza que azota a toda la humanidad y ante la cual no podemos permanecer impasibles», concluye el texto remitido a ZENIT.