El santo padre Francisco ha visitado por sorpresa el albergue para personas sin hogar que el Vaticano inauguró hace pocos días. La visita del Pontífice tuvo lugar el jueves por la tarde, después de terminar la reunión del Sínodo de los Obispos.
En el centro, realizado en unos locales ofrecidos por la Casa Generalicia de la Compañía de Jesús, el Papa fue recibido por el limosnero, monseñor Konrad Krajewski; monseñor Diego Ravelli, de la Limosnería; por el padre Adolfo Nicolás, general de los jesuitas y por el padre Joachin Barrero, superior de la comunidad de la Curia Generalicia. También estaban tres hermanas de la Madre Teresa y algunos voluntarios que gestionarán el albergue.
El Pontífice –indica una nota publicada hoy por la oficina de prensa del Vaticano– saludó individualmente a todos los huéspedes, unos treinta, que estaban reunidos en la sala común y después se acercaron a sus camas mientras que el Papa visitaba las habitaciones y los otros locales.
El Papa se entretuvo de forma cordial unos veinte minutos con los huéspedes, “visiblemente conmocionados y felices por su visita”.
El albergue se inauguró el pasado 7 de octubre y ya funciona de forma regular. Es gestionado por la limosnería apostólica y puede acoger hasta 34 hombres, que podrán hospedarse por un máximo de un mes. Los que se alojan en esta casa llamada “Don de Misericordia”, pueden además cenar en la casa cercana gestionada por las hermanas de la Madre Teresa, que además ofrece 50 camas para mujeres.