Este domingo, 18 de octubre, ha sido canonizada en el Vaticano la beata española Madre María de la Purísima de la Cruz, superiora general de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, quien dedicó su vida a atender a los pobres, los enfermos y a los más necesitados. Es la segunda religiosa de este instituto en subir a los altares, junto con la fundadora sor Ángela de la Cruz.
Un gran número de fieles de España han peregrinado a Roma acompañados por el arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo, y numerosas Hermanas de la Cruz y sacerdotes, quienes han participado en la ceremonia de canonización que ha llevado a cabo el papa Francisco sobre las 10 de la mañana, y donde también han sido proclamados santos Luis y Celia Martin, padres de santa Teresita del Niño Jesús, y el sacerdote diocesano Vincenzo Grossi, fundador del Instituto de las Hijas del Oratorio.
Durante la misa, ha tenido lugar el tradicional rito, en el que el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos, ha leído una breve biografía de cada uno de los nuevos santos y ha solicitado al Pontífice su canonización. Después, los postuladores han llegado con las reliquias para ponerlas en el altar y el Santo Padre ha pronunciado solemnemente la fórmula con la que, a partir de ese momento, los cuatros beatos pasan a formar parte del santoral romano.