El próximo lunes, 9 de noviembre, se celebra la festividad de Santa María la Real de la Almudena, patrona de la archidiócesis de Madrid. Como preparación a la misma, del 5 al 7 de noviembre la catedral de la Almudena acogerá la celebración de un triduo, a las 19 horas.
Mañana, jueves 5 de noviembre, presidirá la Santa Misa y predicará el vicario episcopal para el Clero y canónigo de la catedral, el sacerdote Andrés García de la Cuerda. Durante la celebración, cantará el coro de la parroquia de Nuestra Señora de las Delicias. Al finalizar la ceremonia religiosa, la Real Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid será la encargada de realizar la ofrenda floral a la Virgen.
El viernes día 6, la Misa estará presidida y predicada por el capellán del Real Monasterio de la Encarnación y canónigo de la catedral, el padre Joaquín Martín Abad. Cantará la Escolanía Diocesana Virgen de la Almudena. La Corte de Honor de Santa María la Real de la Almudena realizará la ofrenda floral a la Virgen al terminar los actos litúrgicos.
El deán de la catedral, el sacerdote Joaquín Iniesta, será quien presida y predique la Misa del último día del triduo en honor a la Patrona de Madrid. En la Eucaristía cantará el coro de la catedral. Al concluir la ceremonia, se impondrá a la Virgen la Medalla de Oro de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena en el 375 aniversario de la fundación de esta congregación, que a continuación realizará su ofrenda floral a la Virgen.
Historia de la Virgen de La Almudena
El origen de la imagen de la Virgen, que con el tiempo pasó a llamarse Santa María la Real de la Almudena llega, según la tradición, hasta la generación apostólica; y con ella la devoción que siempre ha tenido entre los madrileños. Cuenta la leyenda que fue traída a España por el apóstol Santiago cuando vino a predicar el Evangelio, y dicen que la pintó san Lucas y la talló Nicodemus. Lo que si es cierto es que en la pequeña villa que luego habría de ser capital de España, se veneró desde siempre como Patrona una imagen de la Madre de Dios denominada “Santa María de la Vega” o de “La Concepción Admirable”.
Cuenta la tradición que a comienzos del siglo VIII, ante la inminencia de la invasión sarracena ocurrida entre los años 711 a 714, los cristianos de la villa para evitar la profanación de la imagen, escondieron a la Señora en un cubo de la muralla; en 1083-1085 siendo papa Gregorio VII, al conquistar Magerit el rey Alfonso VI, convocó una procesión encabezada por él mismo, y al llegar junto al cubo de la muralla cercano a la Almudayna unas piedras se derrumbaron y en el hueco estaba la imagen de la Virgen con los dos cirios encendidos. Era el 9 de noviembre del año 1085.