La Catedral Basílica Metropolitana de Barcelona acogió este sábado la ceremonia de beatificación de veintiséis mártires capuchinos. La celebración estuvo presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato. Con el purpurado salesiano, concelebraron el cardenal Lluís Martínez Sistach y el vicario general y ministro de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, fray Mauro Jöhri.
El proceso de beatificación, iniciado en los años cincuenta, llegó a su fin después de que el pasado mes de junio el papa Francisco autorizara a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto que reconoce el martirio de fray Frederic de Berga y veinticinco compañeros, sacerdotes y hermanos laicos, asesinados por odio a la fe entre junio de 1936 y febrero de 1937.
A partir de hoy, los nuevos beatos se unen a la ya larga fila de frailes capuchinos que murieron en España durante la persecución religiosa de los años 30. Solo en la Provincia de Cataluña, sus nueve conventos fueron abandonados, saqueados e incendiados del 20 al 24 de julio de 1936.