El santo padre Francisco tuvo un encuentro este domingo por la tarde con las comunidades evangélicas en la sede de la FATEB (Facultad de teología evangélica de Bangui), siguiendo el programa de su viaje en República Centroafricana.
A su llegada, el presidente de la Alianza de los Evangélicos del país (AEC), Nicolás Guerekoyame Gbangou, le agradeció la visita “en un momento particularmente difícil de nuestra historia, a causa de los diversos conflictos militares y políticos que tienen como efecto empeorar las condiciones de vida de las poblaciones marcadas por la pobreza”.
Guerekoyame Gbangou, indicó que la visita se realiza cuando «nuesto país se prepara para cruzar con éxito una transición democrática”. Añadió que diversos temas se conectan con el viaje apostólico: la esperanza de que el país vuelva a la normalidad, la restauración de la paz, por el perdón y la tolerancia y que se creen condiciones de desarrollo.
“Tenemos mucha esperanza que sus oraciones junto a las nuestras, así como vuestras acciones, puedan apoyar todos los esfuerzos que despliega la Comunidad internacional para ayudar a la República Centroafricana” dijo.
Y tras reiterar su agradecimiento por su visita en este momento, el dirigente evangélico le pidió el apoyo para «el desarme de las milicias armadas; la rehabilitación del ejército centroafricano; la realización de proyectos de la Plataforma de las Conversiones Religosas, que incluyen la creación de una estación de radio, escuelas y centros de salud».
República Centroafricana sufre inestabilidad desde hace varias décadas, teniendo presente que su independencia fue en 1960. La situación se agravó por el golpe de Estado de 2012 realizado por la milicia musulmana Séléka, calificada de yihadista, con el mandatario Michel Djotodia, que inició una persecución contra los grupos cristianos.
Tras la persecución, aparecieron milicias, antiBalaka con un ‘componente cristiano’ para luchar contra las musulmanas, y que con la llegada de los Cascos Azules, agravaron la violencia, junto a otros ‘señores de la guerra’. Los niños son las primeras víctimas, con unos 2 millones que sufren el panorama violento, y unos 10 mil están involucrados como niños soldados.