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Miércoles 30 de diciembre de 2015

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El Papa en la última audiencia del año: 'Los niños estén en el centro de nuestra atención

En la plaza de San Pedro, Francisco invitó a abrazar al Niño Jesús en nuestros brazos y a proteger a los pequeños. Pide también por las víctimas de las inundaciones en América Latina

El papa Francisco realizó este miércoles su última audiencia del año en la plaza de San Pedro. A su entrada, en el jeep descubierto, pasó recorriendo los pasillos de la plaza en medio de los fieles que le saludaban calurosamente, contrastando la fría mañana de invierno europeo. El sucesor de Pedro se detuvo varias veces para saludar y bendecir a niños y enfermos.

Abrigado con un sobretodo blanco y bufanda del mismo color, dio inicio a su catequesis en este Año de la Misericordia. 

En el resumen que el Santo Padre leyó en español dijo que «en estos días de Navidad, contemplamos al Niño Jesús, reviviendo en nuestros corazones el misterio de la Encarnación con gestos sencillos y tradicionales, como poner el pesebre en nuestras casas». 

«Esta devoción al Niño Jesús –añadió el Santo Padre– nos permite meditar, siguiendo el ejemplo de la Virgen María, la humildad de Dios, que se hace pequeño por nosotros. A pesar de que sabemos poco de la infancia de Jesús, podemos aprender mucho de Él mirando a los niños».

«Jesús también quiere –concluyó el Papa– que lo estrechemos en nuestros brazos, que le demostremos nuestro amor, nuestro interés. Que abandonemos nuestra pretensión de autonomía y acojamos la verdadera forma de la libertad, que consiste en reconocer y servir a quien tenemos delante. Él ha venido a revelarnos el rostro del Padre, rico en misericordia».

A continuación saludó  los peregrinos de lengua española, «en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica». En la plaza se levantó una ovación y el Papa añadión: «Veo que hay muchos mexicanos por allì. Acojamos al Señor en nuestros corazones, demostrémosle nuestro amor y el gozo de saber que Él siempre está en medio de nosotros. Muchas gracias».

El Papa invitó a rezar también por las víctimas de los desastres naturales que golpearon durante estos días en Estados Unidos, Inglaterra y América del Sur, causando víctimas, daños y desplazados. «El Señor de consuelo a aquellas poblaciones y la solidaridad fraterna les auxilie en sus necesidades».

La audiencia concluyó con el canto del Padre Nuestro en latín, y la bendición, particularmente para los niños y durante la cual los fieles exponen los objetos de devoción para que sean bendecidos por el Papa. 

 

Francisco pide oraciones y ayuda para los damnificados de las inundaciones

Las fuertes lluvias provocaron miles de desplazados en Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina

El papa Francisco pidió este miércoles oraciones y ayuda para las víctimas de las inundaciones que en estos días han afectado a países de Europa y de América Latina. En particular citó a Paraguay, nación en la que ha estado del 10 al 12 de julio pasado, y donde visitó algunas zonas litorales como el barrio El Bañado en las afueras de Asunción.

«Invito a rezar –dijo Francisco– por las víctimas de los desastres que en estos días han afectado a Estados Unidos, Gran Bretaña y Sudamérica, especialmente Paraguay, donde han causado desgraciadamente víctimas, muchos desplazados e ingentes daños”.

“Que el Señor –concluyó el Pontífice– reconforte a aquellos pueblos y que la solidaridad fraterna los ayude en sus necesidades»

En Paraguay en donde los datos oficiales indican casi 20 mil personas evacuadas, aunque otras indican hasta 90 mil personas, el gobierno puso al país en alerta sanitaria por el peligro de brotes epidémicos debido al calor del verano y a las difíciles condiciones higiénicas que se han planteado.

La Iglesia Arquidiocesana, a través de su Pastoral Social continúa con su campaña solidaria de recolección de alimentos no perecederos. La campaña #PYSeLevanta movilizó a cientos de personas que llevaron sus donaciones de arroz, azúcar, porotos, harina, fideos, yerba, café y aceite hasta el ex Seminario Metropolitano.

Piden además panificados secos, y de artículos de limpieza como jabones, detergente, lavandina, bolsas para basura, pañales desechables, etc.

Organizaciones estatales, sociales y de la Iglesia insisten en la donación de alimentos no perecederos y consideran que los efectos de esta inundación atípica se prolongarán hasta mediados del 2016.

La directora de Comunicación del Ministerio de Salud de Paraguay, Lus Ferreira, informó que el Gobierno ha adoptado un plan de contingencia que «se articula entre la atención en albergues y la distribución de medicamentos”.

El Presidente de la República, Horacio Cartes “ha culminado una serie de visitas previstas para ver cómo está la gente afectada por las inundaciones del rio Paraguay, está haciendo una verificación in situ de la situación de los muros, acompañado del mismo Ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona y mi persona, a efectos de interiorizarse de cómo está la gente en las diferentes ciudades que hemos visitado”, declaró Joaquín Roa, Ministro de la Secretaría de la Emergencia Nacional, en conferencia de prensa.

En el acto de recepción de 3,9 millones de dólares donados por Taiwán para construcción de más viviendas dignas, el gobierno agradeció también por el nuevo aporte de otros 100 mil dólares para ayuda a los damnificados.

“Realmente es una alegría grande ver a tanta gente movilizándose por una causa nacional, que es recolectar alimentos para nuestros hermanos que están pasando necesidades”, comentó Ricardo González, de la Pastoral Social, a Ultimahora.com, mientras coordinaba el trabajo que el equipo de jóvenes scouts y los servidores del papa Francisco realizaban.

 

Texto de la audiencia del Papa del 29 de diciembre de 2015

En la última audiencia del año el Santo Padre recordando al Niño Jesús invita a dedicar tiempo a los niños renunciando para ello a nuestra pretensión de autonomía

El santo padre Francisco realizó este miércoles, la última catequesis del año en la plaza de San Pedro, delante de miles de fieles y peregrinos, en la cual recordando las fiestas navideñas y la infancia del Niño Jesús.  Invitó a cuidar a los pequeños, a dedicarles tiempo, poniendo de lado nuestra pretensión de autonomía.

«Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Es un día un poco frío…

En estos días navideños nos encontramos delante al Niño Jesús. Estoy seguro que en las casas tantas familias han hecho el pesebre, llevando adelante esta bella tradición que se remonta a san Francisco de Asís y que mantiene en nuestro corazón vivo el misterio de Dios que se hace hombre.

La devoción al Niño Jesús es muy difundida. Muchos santos y santas la han cultivado en su oración cotidiana, y han deseado modelar la propia vida con aquella del Niño Jesús.

Pienso en particular a santa Teresita de Lisieux, que como monja carmelita tomó el nombre de Teresa del Niño Jesús y del Santo Rostro.

Ella que es también doctora de la Iglesia, ha sabido vivir y dar testimonio de aquella 'infancia espiritual' que se asimila justamente meditando –siguiendo la escuela de la Virgen María– la humildad de Dios que por nosotros se ha hecho pequeño. Y esto es un misterio grande. Dios es humilde. Nosotros somos orgullosos, llenos de vanidad y nos creemos una gran cosa, somos nada. Él es grande, es humilde y se hace niño. Esto es un verdadero misterio, Dios es humilde. Esto es hermoso.

Hubo un tiempo en el cual, en la persona divina-humana de Cristo, Dios ha sido un niño, y esto debe tomar un significado peculiar para nuestra fe. Es verdad que su muerte en la cruz y su resurrección son la máxima expresión de su amor redentor, pero no nos olvidemos que toda su vida terrena es revelación y enseñanza.

En el período navideño recordemos su infancia. Para crecer en la fe tendremos necesidad de contemplar con más frecuencia al Niño Jesús.

Claro, no conocemos nada de este período de su vida. Las raras indicaciones que tenemos se refieren a la imposición del nombre después de ocho días de su nacimiento, la presentación en el Templo, y después la visita de los Reyes Magos con la siguiente fuga a Egipto.

Después hay un salto hasta los doce años, cuando con María y José, Jesús va en peregrinación a Jerusalén para la Pascua y en cambio de regresar con sus progenitores se detiene en el Templo para hablar con los doctores de la ley.

Como se ve, sabemos poco del Niño Jesús, pero podemos aprender mucho sobre él si miramos la vida de los niños. Es una hermosa costumbre de los papás, de los abuelos que miran a los niños y saben que es lo que hacen. 

Descubrimos, sobretodo que los niños quieren tener nuestra atención. Ellos tienen que estar en el centro, ¿por qué? ¿Porque son orgullosos? No, sino porque necesitan sentirse protegidos. Es necesario también que nosotros pongamos a Jesús en el centro de nuestra vida y saber que, aunque parezca paradójico, tenemos la responsabilidad de protegerlo. Quiere estar en nuestros brazos, desea ser acudido y poner su mirada en la nuestra.

Además, hacer sonreir al Niño Jesús para demostrarle nuestro amor y nuestra alegría porque él está en medio de nosotros.

Su sonrisa es el símbolo del amor que nos da la certeza de que somos amados. A los niños, además, les gusta jugar. Entretanto hacer jugar a un niño significa abandonar nuestra lógica para entrar en la suya. Si queremos que se divierta es necesario entender lo que a él le gusta. 

Es una enseñanza para nosotros. Delante de Jesús estamos llamados a abandonar nuestra pretensión de autonomía –y este es el centro del problema, nuestra pretensión de autonomía– para acoger en cambio la verdadera forma de libertad que consiste en conocer a quien tenemos adelante y servirlo. Él es el Hijo de Dios que viene a salvarnos. Ha venido entre nosotros para mostrarnos el rostro del Padre rico de amor y misericordia. Estrechemos por lo tanto entre nuestros brazos al Niño Jesús y estemos a su servicio: Él es fuente de amor y de serenidad. Y será una hermosa cosa si hoy, cuando volvamos a casa, ir cerca del pesebre y besar al Niño Jesús y decirle: «Jesús, quiero ser humilde como tu, humilde como Dios», y pedirle esta gracia».

«Invito a rezar por las víctimas de los desastres que en estos días han afectado a Estados Unidos, Gran Bretaña y Sudamérica, especialmente Paraguay, donde han causado desgraciadamente víctimas, muchos desplazados e ingentes daños. Que el Señor reconforte a aquellos pueblos y que la solidaridad fraterna los auxilie en sus necesidades».

 

En el Vaticano 3,2 millones de fieles participaron en eventos con el Santo Padre

Los datos de la Prefectura de la Casa Pontificia no incluyen a los millones que le vieron en los viajes en Italia o en el mundo

Más de 3,2 millones de personas han participado a diversos encuentros con el papa Francisco en el Vaticano, en las audiencias generales y especiales, celebraciones litúrgicas, Ángelus y Regina Coeli.

Lo indicó hoy la Prefectura de la Casa Pontificia, como lo hace todos los finales de año, aclarando que los datos se basan en las solicitudes de entradas que recibieron para participar a los eventos, así como el cálculo de las presencias en la plaza de San Pedro para los eventos que no necesitan entradas.

Claramente, precisa el comunicado, estos números “se refieren solamente a los eventos en el Vaticano y no comprende otros momentos en los que el Papa tuvo un encuentro con los fieles: ni las visitas en la diócesis de Roma, ni en Italia, y menos aún en los viajes internacionales, en los que como se sabe el Papa ha tenido encuentros con millones de personas, sean en ocasión de los grandes eventos o lo largo de las calles”.

Y recuerda que el Pontífice este año ha viajado a Sri Lanka, Filipinas, Sarajevo, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Cuba, Estados Unidos, Kenia, Uganda y República Centroafricana.

 

El Papa en Chiapas: la colecta de la misa ira
a la construcción de dos albergues para migrantes

ENTREVISTA – Mons. Arizmendi explica dos problemas en México teniendo en vista la visita del papa Francisco: las migraciones y la violencia 

El obispo de Chiapas, Mons. Arizmendi ha estado en Roma hace dos semanas. El papa Francisco que viajará a México del 12 al 18 de febrero próximo, le ha recibido en el Vaticano en la residencia Santa Marta, junto con el arzobispo de Tuxla Gutierrez, Mons. Fabio Martínez Castilla y  les indicó las tres razones que le motivaron para viajar al país Azteca. (Ver la entrevista anterior).

Aquí Mons. Arizmendi le ha comentado a ZENIT que encontró al Papa muy sereno pero decidido a proseguir en el camino tomado, y profundizó dos problemas que sufre su país: las migraciones y la violencia.

¿Cómo encontró al Santo Padre?

— Mons. Arizmendi: Nos recibió en Santa Marta, allí en su departamento con una sencillez extraordinaria, en plan fraterno, muy tranquilo. Le entregué un resumen de unas cinco páginas sobre lo que hicimos los obispos de San Cristobal, con los puntos más salientes de la realidad. Tal cual le presentamos como veíamos la situación. Le entregué también unas cartas que le enviaron unos indígenas, jóvenes, sacerdotes y religiosas, exponiéndole como ven la situación allá y qué esperan de él. Ha estado también en la reunión el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Mons. Fabio Fernández Martinez.

Usted acaba de inaugurar un albergue. ¿De qué se trata?
— Mons. Arizmendi: Así como el papa Francisco abrió una puerta de la caridad aquí en Roma, allá estamos abriendo puertas para los migrantes, es una de las necesidades prioritarias.

En Tapachula estuve de obispo de 1991 al 2000, allí pudimos implementar un albergue que era provisional para migrantes y que ahora es más formal. Por la frontera con Guatemala pasan miles de migrantes y después de los dos huracanes –el Mitch en 1998 , y el Stand en el 2005– que acabaron con las vías del tren, los migrantes ahora pasan por Palenque y otros lugares de la diócesis.

Ahora tenemos tres albergues, uno en Palenque que es el más grande, otro en Comitán, a una hora y media de San Cristobal y el 3 de noviembre inaguramos uno que llamamos San Martín de Porres. Con motivo del año de la Misericordia hemos decidido abrir otros dos nuevos, uno en frontera con Mazapa y otro en Salto de Agua.

Le he comentado al Papa que la colecta que estamos haciendo para la visita, en acuerdo con la Conferencia Episcopal, va a ser destinado a la construcción de estos dos nuevos albergues. Se lo vamos a entregar simbólicamente en la colecta de la misa.

¿Cómo se resuelve este problema de los migrantes?
— Mons. Arizmendi: El problema es de fondo. México tuvo y tiene más migrantes cuando falta trabajo o seguridad para las personas. Ahora en concreto este problema lo tiene el llamado  triángulo norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador. No hay trabajo y en particular en Honduras falta seguridad y están las maras o p
andillas. La gente sale más de allí. Pasan por todas partes, hasta personas de India y China. Ultimamente incluso muchos cubanos.

Pasan incluso mamás con niños pequeñitos. Una de ellas con un niño de unos diez meses me decía «es que si me quedo en Honduras a mi me matan y me quitan a mi hija». Así sucede con las migraciones hacia Europa, por la falta de seguridad y de trabajo.

¿Pero la gente sabe que no puede ser regularizada en Estados Unidos?
— Mons. Arizmendi: Agravó el problema la información falsa que llegó de que si los niños llegaban a Estados Unidos podían adquirir automáticamente la ciudadanía, lo que no es verdad, y de estas mentiras se sirven los explotadores de los migrantes, para cobrarles de 3 a 5 mil dólares para hacerles pasar.

Nuestras autoridades mexicanas han tenido posturas ambivalentes, de un lado positivas sobre derechos humanos, alistando algunas estancias para que puedan dormir. Pero al mismo tiempo hay demasiado control para que puedan pasar. De otro lado por ejemplo ya no les permiten pasar en el famoso tren llamado 'la bestia', y ahora los migrantes buscan otros caminos más peligrosos.

Nos duele mucho cuando vemos grupos de cinco personas, ocho o diez caminando kilómetros y kilómetros, y llegan a estos albergues con los pies ampollados, enfermos. Allí le damos solamente la protección inmediata, y que puedan ducharse, comer, dormir. También una cierta protección jurídica, para que puedan tener un refugio legal o también defenderlos de algunas violaciones que hay de parte de lagunas autoridades menores. Allí nuestro trabajo es de todos los días.

¿Cómo se explica esta violencia en un país católico, donde todos se sienten guadalupanos?
— Mons. Arizmendi: Lamentablemente el dinero corrompe todo. A veces hasta en la misma Iglesia. Hay muchos jóvenes que no encuentran trabajo y estas bandas los enrolan, les obligan a robar, matar y vender droga. Y si no lo hacen les matan junto a su familia. A un obispo mexicano le detuvieron hace unos dos años atrás en una carretera y le dijeron: «necesitamos su camionetita». El obispo le dijo: «¿Qué dirá tu mamá, tu familia si supieran lo que haces?». Y el joven respondió: «Si no le llevo a mi jefe su camioneta a mi me matan y a mi familia».

A veces no es guadalupanismo o no, sino la sobrevivencia, por ello la pastoral juvenil y de la familia es una prioridad.

¿Ustedes trabajan con los jóvenes en los centros de estudio?
— Mons. Arizmendi: En México hay muchas restricciones para que los ministros de culto puedan entrar en los colegios oficiales. En los colegios católicos no hay problema. En los colegios públicos y universidades nuestra pastoral es con grupos de jóvenes, para darles catequesis y temas de orientación. Estos temas de la violencia, del alcohol y de la droga, los tenemos a cada rato.

Hay una polémica sobre la marihuana, ¿verdad?
— Mons. Arizmendi: Lamentablemente la Corte de México ahora autorizó a cuatro personas que puedan comprar marihuana. Entonces se va a ir liberalizando más este problema. Ellos alegan la libertad personal pero no se dan cuenta todas las consecuencias tan graves que hay para las personas, las familias y la sociedad. La discusión en este momento es hasta que punto se pueda liberalizar.

¿Qué dice la gente sobre el Papa?
— Mons. Arizmendi: El Papa nos está dando una revolcada evangélica a todos, y por ello el pueblo lo quiere mucho, no solo por su sencillez, sino porque está yendo a lo esencial del evangelio, y no deja libre ni a los obispos ni al él mismo. Lo encontré tranquilo pero consciente de ver por donde hay que seguir caminando.

 

México: nombramiento del obispo de Gómez Palacio

El Santo Padre ha nombrado al sacerdote José Fortunato Álvarez Valdez

El papa Francisco ha nombrado obispo de la ciudad Mexicana ubicada al norte del país, Gómez Palacio, al sacerdote José Fortunato Álvarez Valdéz, del clero di Mexicali, Párroco de la Parroquia  Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Lo indicó este miércoles un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en el que se precisa que el sacerdote nació el o de noviembre de 1967 en Mexicalí. 

El sacerdote estudió en el seminario de dicha ciudad. Completó los estudios de Derecho en la Universidad Iberoamericana de Nordeste y sucesivamente se licenció en Teología y Ciencias patrísticas en el Instituto Patrístico Agustiniano en Roma. 

Ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1998 para la diócesis de Mexicalí, desarrollo diversas actividades, y actualmente es párroco en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Defensor del Vínculo en el Tribunal Diocesano, entre otros encargos

 

Irán: arrestan nueve a cristianos que celebraban la Navidad

La Asamblea General de la ONU adoptó el 17 de diciembre pasado una resolución condenando la violación a los derechos humanos en Irán

El régimen iraní arrestó el 25 de diciembre a un grupo de nueve cristianos en el día de Navidad, en una casa utilizada como lugar de oración, ubicada en la ciudad de Shiraz, en el sur del país.

Lo indicó el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI) en su web, precisando que los fieles se habían reunido el pasado viernes 25 de diciembre para celebrar la Navidad, cuando los agentes de inteligencia y seguridad allanaron el domicilio.

Los oficiales del MOIS (agencia de inteligencia iraní) armados saquearon el domicilio y confiscaron diferentes artículos.

Los detenidos fueron Mohsen Javadi, Elaheh Izadi, Ahmad Golshani Nia, Reza Mohammadi, Mahmoud Salehi, Moussa Sari Pour, Alireza Ali Qanbari y Mohammad Reza Soltanian. No se reveló la identidad de la novena persona.

Dos días antes, el miércoles 23 de diciembre, agentes de la central ciudad de Isfahan arrestaron al cristiano Meysam Hojjati, en un allanamiento en su domicilio. El hombre fue golpeado y esposado mientras que su casa fue saqueada por cuatro agentes del MOIS. Sus libros, computadora, teléfono móvil e incluso su árbol de Navidad fueron confiscados.

Al conocer la noticia de los cristianos arrestados, Shahin Gobadi, integrante del Comité de Asuntos Exteriores del CNRI declaró: «Ha habido un deterioro constante y abusos contra los derechos humanos en Irán durante el mandato de Hassan Rohani, incluyendo ejecuciones y represión sobre minorías religiosas y étnicas».

En las Naciones Unidas
De otro lado, el jueves 17 de diciembre pasado, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución condenando firmemente la brutal y sistemática violación a los derechos humanos en Irán, particularmente las ejecuciones masivas y arbitrarias, el aumento en la violencia y la discriminación contra mujeres, minorías étnicas y minorías religiosas. Esta es la resolución número 62 que condena las violaciones a los derechos de parte del régimen.

La Sra. Maryam Rajavi presidenta electa del CNRI celebró la resolución y dijo: “el incremento a las violaciones contra los derechos humanos en Irán y las condenas al régimen de parte del organismo más importante del mundo durante años consecutivos en las últimas tres décadas indican claramente que este régimen no tiene lugar en la comunidad internacional. 

Y con motivo del año nuevo, la presidenta del CNRI envió un mensaje en el que recuerda que el nacimiento de Jesucristo, que coincide este año con el cumpleaños del profeta Mahoma. Recuerda además la frase de Jesús 'amarás
al prójimo como a ti mismo' y la del Corán 'Os enviamos como muestra de misericordia para la humanidad'.

“Este es el mensaje de todas las religiones y por tanto la coincidencia de estos dos natalicios es una celebración de la hermandad entre naciones” dijo.

“Saludamos también –prosigue el mensaje– a la Virgen María, símbolo de amor y sacrificio descrita en la Biblia como 'amada por Dios'.

El mensaje concluye invitando “a la comunidad internacional a formar un frente internacional contra la dictadura religiosa en Irán y sus satélites y milicias en Siria e Irak, y para luchar contra el extremismo islámico, enemigo de los verdaderos musulmanes, cristianos y de todos los seguidores de cualquier religión”. 

 

Comentario a la liturgia dominical

Solemnidad de la Epifanía – Ciclo C – Textos: Is 60, 1-6; Ef 3, 2-3.5-6: Mt 2, 1-12

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: Tres hombres, dos caminos, una estrella.

Síntesis del mensaje: Tres hombres, dos caminos y una estrella nos invitan hoy a la fe. La palabra que hoy resuena es “luz”, que esconde una gran realidad, la fe. Tanto en Roma como en Egipto y Oriente, las fiestas del 25 de diciembre y del 6 de enero tenían mucho que ver con la luz: la luz cósmica que, por estas fechas, empieza en nuestras latitudes a “vencer” a la noche, después del solsticio de invierno que es el 21 de diciembre. De ahí es fácil el paso a la luz de Cristo, el verdadero Sol que ilumina nuestras vidas. Y esos tres hombres –y tantos otros- se encontraron con ese Sol y fueron iluminados con la luz de la fe. Y esa luz cambió su vida y se fueron por otro camino, el de la fe en Cristo.

Puntos de la idea principal:
En primer lugartres hombres, que la tradición popular ha puesto nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Tres reyes magos, legendarios, simbólicos, representantes de todos los hombres y mujeres de buena voluntad divina, que buscan a Dios, cruzan mil penalidades y le encuentran. Éstos son los reyes magos en quien creo. Los tres aventureros del desierto, de Dios y las estrellas; en cuanto la estrella les hizo el primer guiño nocturno, se ponen en camino, desamarran el camello y se echan al desierto, con sus noches y alboradas. Los tres, representativos de todos los hombres y mujeres, que en la vida apuestan a divino contra humano, a espiritual contra material, Dios contra egocentrismo. Ni saben por qué pero van, que es lo grande. Ni saben adónde pero van, que es lo bueno. Ni saben a qué pero van, que es lo divino. Es la nostalgia de Dios que todo hombre tiene en lo profundo del corazón, invitándonos a la fe en ese Dios, hecho hombre, hecho carne, hecho niño.

En segundo lugardos caminos. Los caminos de la vida son dos: el que va y llega, y el que ni llega ni va a Dios. El que va y llega es el camino del hombre honesto que busca la felicidad y el sentido de la vida más allá de sus satisfacciones inmediatas y materiales. Este camino no está exento de asaltos y peligros, de oscuridad, pues la estrella se ocultó. Pero es un camino que, cuando el hombre es sincero consigo mismo y mira la trascendencia, llegará al portal de Belén y se encontrará con ese Dios paradójico, hecho carne, que les esperaba y les sonríe. El otro camino es triste, pues ni llega ni va a Dios. Es el camino del desenfreno egoísta, idolátrico y ambicioso, representado en el rey Herodes, que en vez de acompañar a esos magos y ponerse en camino, se quedó sentado en su sillón real, temeroso que alguien se lo usurpase, y nadando en sus placeres materiales. ¿Cómo terminó este Herodes? Según Flavio Josefo en sus “Las Antigüedades de los judíos” Libro XVII, caps. VI al VIII: La enfermedad de Herodes se agravaba día a día, castigándole Dios por los crímenes que había cometido. Una especie de fuego lo iba consumiendo lentamente, el cual no sólo se manifestaba por su ardor al tacto, sino que le dolía en el interior. Sentía un vehemente deseo de tomar alimento, el cual era imposible concederle; agréguese la ulceración de los intestinos y especialmente un cólico que le ocasionaba terribles dolores; también en los pies estaba afectado por una inflamación con un humor transparente y sufría un mal análogo en el abdomen; además una gangrena en las partes genitales que engendraba gusanos. Cuando estaba de pie se hacía desagradable por su respiración fétida. Finalmente en todos sus miembros experimentaba convulsiones espasmódicas de una violencia insoportable”.

Finalmenteuna estrella. Yo no sé si la estrella de este evangelio estuvo alguna vez colgada en el firmamento –tal vez sí-; o fue la conjunción luminosa de los planetas Júpiter y Saturno allá por los años en que nació Jesús –bien posible-; o fue una inspiración potente y divina que sonó en el corazón estos paganos –que eso creo- y los citó al encuentro con Dios. Yo creo en la estrella de los magos, que fue inspiración divina; yo creo en los magos de la estrella, que reaccionaron a la inspiración de Dios. Yo creo en la estrella de los hombres, que es impulso divino, y creo en los hombres de la estrella, que, oír a Dios y ponerse en camino, todo es uno. ¡Pobre corazón humano y cómo te cuesta alzar de la vulgaridad, amar lo invisible y latir por la trascendencia! Y como estos magos, hay muchos hombres buscadores y halladores de Dios: esos son los magos en que yo creo. Y yo quiero ser uno de ellos, todos los días, en búsqueda de Dios, con mi fe, mi esperanza y mi amor. Con mi fe, como faro para el camino. Con mi esperanza, como cayado para sostenerme. Con mi amor, como fuego que me anima y calienta mi corazón para calentar al que está a mi lado y también yo camino hacia ese Dios encarnado en Cristo. Y todos los días quiero darle en mi oración el oro de mi libertad, el incienso de mi adoración y la mirra de mis sufrimientos y penalidades.

Para reflexionar: ¿Cómo está la luz de mi fe en Cristo? ¿Todos los días camino hacia Jesús iluminado por esa luz? ¿Trato de que la luz de mi fe ilumine mis pasos para que otros que caminan a mi lado se beneficien del resplandor de mi buen ejemplo y lleguen a Cristo?

 

Para rezar:
¡Oh Santos Reyes que desde el oriente
supisteis, iluminados por la luz de la fe,
encontrar en el cielo el camino de Belén!,
alcanzadnos de aquel Niño Divino que adorasteis primero,
el vernos libres de las hechicerías de la falsa ciencia
y de los caminos tortuosos del mundo,
para que, a través del conocimiento de los cielos,
los mares y la tierra,
y de todo lo que hay en ellos,
alcancemos al que lo creó todo de la nada,
para facilitar el camino de la salvación a todos,
y así poder ofrecer el fruto de nuestro saber y de nuestro amor,
como oro al Rey de reyes
y como incienso
y mirra al Dios
y hombre verdadero.
Amén.

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

 

San Juan Francisco de Regis – 31 de diciembre

«Este ardiente defensor de la fe frente a la herejía calvinista, piadoso desde la cuna, fue modelo para el Cura de Ars; acudió a su tumba creyendo que le ayudaría, y partió seguro de que por encima de sus limitaciones sería sacerdote»

Este patrón de los jesuitas de la Pr
ovincia de Francia nació en Fontcouverte, Languedoc, el 31 de enero de 1597 en una acaudalada familia de terratenientes con árbol genealógico de noble ascendencia. El pequeño creció con tales muestras de piedad que por sus cualidades parecía santo ya desde la cuna. Era dócil, amable, servicial, atento, extremadamente sensible ante cualquier pequeña falta que pudiera afligir a sus padres… ¡Un encanto de criatura! Se sentía inclinado a frecuentar la iglesia y rezaba con visible devoción las oraciones que había aprendido.

Hacia 1610 le enviaron a estudiar con los jesuitas de Béziers. Dejó una honda impresión en quienes le rodeaban por sus gestos de virtud y sus cualidades naturales. Entre otras muchas, poseía sencillez, humildad, fidelidad y sentido del humor. Sus compañeros, seguramente fascinados por su rica personalidad, no se separaban de él y compartían las inquietudes de la edad. Lejos de atraerle lo mundano, se centraba en el estudio y la oración. En una ocasión participó en una cacería, hecho inusual en una vida, como la suya, trazada por el ejercicio estricto de la virtud.

En 1616 ingresó en el noviciado jesuita de Toulouse dando pruebas de su celo, fervor y caridad, como había hecho siempre. Se formó en retórica en Cahors y estudió filosofía en Tournon. Fue profesor de gramática en Billom, Puy-en-Velay y en Auch, iniciando su predicación en lugares circundantes. Su anhelo era ser sacerdote para dedicarse enteramente a los demás. Y en 1628 comenzó los estudios teológicos mientras se entregaba a la oración con vehemencia. Tanto le urgía recibir el sacramento del orden que los años de estudio requeridos para ello le parecían un mundo, y convenció a sus superiores para que los acortaran. El testimonio que les había ofrecido con su virtud fue su carta de presentación, y en junio de 1631 ofició su primera misa. En cambio, no pudo emitir la profesión solemne porque no había completado su formación. Cuando la epidemia de peste asoló la región de Toulouse, auxilió a los enfermos con ejemplar caridad. Pero su sueño eran las misiones: «Mi vida ¿para qué es sino para sacrificarla por las almas? ¿Cómo podría probar yo mi amor a Dios, si no ofrezco lo que más se estima en este mundo, la salud y la vida? No me sería grata la vida si no tuviere algo que perder por Jesucristo. Siento un deseo vivísimo de ir a las misiones de los iroqueses y ofrecer mi vida por la salvación de aquellos salvajes».

Ofreció a Dios su frustrado anhelo de evangelizar el Canadá francés, y se centró en la predicación en su país, como le indicaron sus superiores; llovían las bendiciones. Con cierta rudeza en su expresión verbal, y una hondura verdaderamente inspirada, puso en marcha misiones rurales y las llevó a todos los rincones. Cuando alguien cercano le acusó de predicar toscamente, el superior replicó: «Ojalá quisiera Dios que todos los misioneros predicaran con toda unción como este sacerdote. El dedo de Dios está aquí. Si yo viviera en esta región, no me perdería ni un solo sermón de este padre». Sus palabras vibrantes, sencillas, carismáticas, penetraban en el auditorio. Quienes le escuchaban, tanto en el púlpito como en el confesionario al que dedicaba muchas horas, quedaban impregnados de su fe y caridad. «Padre ¿cómo no me voy a convertir a la fe cristiana si usted me lo pide con tanta gracia?», decía un penitente. Los que humanamente fueron encumbrados a la fama siendo considerados como grandes predicadores no tenían nada que hacer a su lado.

Alguien dijo del padre Regis «que no tenía más que a Dios dentro de su alma, a Dios en la boca y a Dios delante de sus ojos». El secreto era sus intensas horas de oración (apenas dormía dos o tres horas en el suelo), su ferviente amor a la Eucaristía, que recibía a diario en una época en la que no era usual, y su tierna devoción por María. Desde que inició la vida apostólica se impuso un rígido ayuno, y no se desprendía de su cilicio. Fue agraciado con el don de milagros y el de penetración de espíritus, entre otros carismas. Muchas veces caía extático. Su corazón inflamado de amor le hacía exclamar: «¡Oh Dios mío, oh amor mío y delicias de mi corazón! ¡Es posible que yo no os pueda amar todo lo que Vos merecéis ser amado, y todo lo que yo deseo amaros!». Las conversiones brotaban a su paso, aunque por su celo apostólico muchas veces fue maltratado física y verbalmente por gentes de mal vivir que él lograba conmover con su paciencia y dulzura. Nadie, menos aún quien tuviera un mínimo ápice de sensibilidad, podía pasar por su lado sin sentirse poderosamente llamado a vivir la santidad. Por algo había sido elegido para hacer frente a la herejía protestante, que combatió con verbo encendido, muchas veces portando en sus manos el crucifijo con el que derrocaba también las aviesas intenciones de bravucones soldados empecinados en atacar a la Iglesia.

Pasó por duras pruebas de diversa índole, algunas provenientes de ciertos superiores, y las acogió con verdadera mansedumbre. «Sufrir por Jesucristo es el único consuelo que hallo en este mundo. Señor, dame fuerzas para poder sufrir más y más por tu amor», suplicaba. Murió el 30 de diciembre de 1640. Clemente XI lo beatificó el 18 de mayo de 1716. Y Clemente XII lo canonizó el 5 de abril de 1737. Cuando el santo Cura de Ars visitó su tumba en 1804, aún consciente de sus limitaciones, tuvo la certeza de que sería sacerdote. Y a punto de morir, manifestó: «todo lo bueno que he hecho se lo debo a él».

 
 

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ZENIT Staff

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