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Miércoles 3 de febrero de 2016

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El Papa: ‘Dios no quiere nuestra condenación sino nuestra felicidad eterna’

En la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre explica que Dios es misericordia infinita pero también justicia perfecta
Prosiguiendo con las catequesis sobre la misericordia, en el resumen hecho en español, el Papa ha explicado que “la Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita, pero también como justicia perfecta. Parecerían dos realidades que se contraponen”. Pero no es así,  ha indicado, “porque la misericordia de Dios es lo que hace que se cumpla la verdadera justicia. La justicia humana solamente limita el mal, no lo vence, no lo hace desaparecer.” Asimismo, el Santo Padre ha asegurado que “la justicia divina, en cambio, supera el mal contraponiéndolo al bien”.
Por otro lado, el Pontífice ha observado que “el camino privilegiado que la Biblia nos señala para alcanzar una auténtica justicia es aquel en el que la víctima, sin recurrir al tribunal, se dirige directamente al culpable, apelando a su conciencia, para que comprenda que está realizando el mal y pueda convertirse”. Sólo así, ha advertido “el culpable, reconociendo su culpa, puede abrirse al perdón que la parte ofendida le ofrece”. Esta es la manera –ha afirmado Francisco– de resolver los problemas y contrastes en la familia, entre esposos o entre padres e hijos. El ofendido ama al culpable, no quiere perderlo, sino recuperar la relación desgarrada.
Finalmente, el Papa ha indicado que “Dios actúa con nosotros, pecadores, de la misma manera. Nos ofrece continuamente su perdón, nos ayuda a acogerlo y tomar conciencia de nuestro mal, para poder liberarnos de él y salvarnos, porque no quiere nuestra condenación sino nuestra felicidad eterna”.
A continuación, el Santo Padre ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Y así, ha deseado “que el Señor Jesús, rostro misericordioso del Padre, nos conceda, con su fuerza salvadora, acoger el perdón divino y aprender a perdonar a nuestros hermanos”.
Antes de dar por concluidos los saludos en las distintas lenguas un grupo de chicos y chicas del American Circus han ofrecido un espectáculo de acrobacias al Santo Padre. Cuando han terminado, el Papa ha recordado que estos espectáculos generan belleza y que “esto no se improvisa, hay horas, horas, horas de entrenamiento. El entrenamiento fastidia”. Por eso, Francisco ha explicado que tal y como nos dice san Pablo,  para llegar al final hay que entrenar para vencer. Y esto es un ejemplo para todos nosotros, porque “encontrar un buen fin sin esfuerzo es una tentación”.  De este modo, el Papa les ha dado las gracias por su ejemplo. Además ha saludado a los participantes del seminario promovido por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y a los alumnos del Colegio Suizo de Roma.
Finalmente, el Pontífice ha dedicado también unas palabras especiales para los enfermos, los jóvenes y los recién casados. Por ello ha recordado que hoy celebramos a san Blás, mártir de Armenia. Este santo obispo –ha explicado– nos recuerda el compromiso de anunciar el Evangelio también en condiciones difíciles. Por eso, ha deseado a los jóvenes que sean “valientes testigos de vuestra fe”. También ha invitado a los enfermos a ofrecer “vuestra cruz cotidiana para la conversión de los alejados de la luz de Cristo”. Para concluir, ha pedido a los recién casados que sean “anunciadores de su amor a partir de vuestra familia”.

 

Audiencia del Papa: texto completo de la catequesis del 20 de enero

El papa Francisco recuerda a los sacerdotes que ser confesores es una responsabilidad muy grande porque ese hijo o hija ‘que se acerca a ti busca solamente encontrar un padre’
El santo padre Francisco en la audiencia de este miércoles ha hablado de la misericordia de Dios, que a diferencia de los tribunales que no perdonan el delito pero hacen pagar la pena por haberlo cometido, existe el ofrecimiento de perdón por parte de la víctima al culpable, abriendo entonces sí el camino al perdón. Y esta es la forma de resolver los conflictos dentro de las familias, en las relaciones entre esposos o entre padres e hijos. El Papa recordó también que Dios  no se cansa de perdonarnos y quiere nuestra salvación, como deseaba que Pilatos o Judas y todos los pecadores se salven. Y a los sacerdotes les pidió que los penitentes les vean como padres.
Publicamos a continuación la catequesis completa del Santo Padre durante la audiencia general de esta mañana:
“Queridos hermanos y hermanas, buenos días. La Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita, pero también como justicia perfecta. ¿Cómo conciliar las dos cosas? ¿Cómo se articula la realidad de la misericordia con las exigencias de la justicia? Podría parecer que son dos realidades que se contradicen; en realidad no es así, porque es precisamente la misericordia de Dios que lleva a cumplimiento la verdadera justicia. ¿Pero de qué justicia se trata?
Si pensamos en la administración legal de la justicia, vemos que quienes se consideran víctima de una injusticia se dirigen al juez en el tribunal y piden que se haga justicia. Se trata de una justicia retributiva, que impone una pena al culpable, según el principio que a cada uno debe darse lo que se le debe. Como recita el libro de los Proverbios: “Quien practica la justicia está destinado a la vida, pero quien persigue el mal está destinado a la muerte” (11,19). También Jesús lo dice en la parábola de la viuda que iba repetidamente al juez y le pedía “Hazme justicia contra mi adversario”  (Lc 18,3).
Pero este camino no lleva a la verdadera justicia porque en realidad no vence el mal, sino que simplemente lo pone de lado. En cambio solamente respondiendo a esto con el bien se puede vencer verdaderamente al mal.
Este es otro modo de hacer justicia que la Biblia nos presenta como el camino maestro para recorrer. Se trata de un procedimiento que evita el recurso al tribunal y prevé que la víctima se dirija directamente al culpable para invitarle a la conversión, ayudándole a entender que está haciendo el mal, apelando a su conciencia. De esta forma, finalmente arrepentido y reconociendo su propia culpa, él puede abrirse al perdón que la parte ofendida le está ofreciendo. Y esto es bonito, la persuasión. ‘Pero está mal esto…’ y así el corazón se abre al perdón que se le ofrece. Es esta la forma de resolver los conflictos dentro de las familias, en las relaciones entre esposos o entre padres e hijos, donde el ofendido ama al culpable y desea salvar la relación que lo une al otro. No cortar esa relación.
Cierto, este es un camino difícil. Requiere que quien ha sufrido el mal está preparado para perdonar y desea la salvación y el bien de quien lo ha ofendido. Pero solo así puede triunfar la justicia, porque, si el culpable reconoce el mal hecho y deja de hacerlo, de este modo el mal ya no está, y aquel que era injusto se convierte en justo, porque es perdonado y ayudado para volver a encontrar el camino del bien. Y aquí está justamente el perdón, la misericordia.
Es así cómo actúa Dios en lo relacionado con nosotros, pecadores. El Señor nos ofrece continuamente su perdón y nos ayuda a recibirlo y a tomar conciencia de nuestro mal para poder liberarnos. Porque Dios no quiere nuestra condena, sino nuestra salvación. Dios no quiere la condena de nadie, de nadie. Alguno de los presentes podrá hacerme la pregunta: ‘Pero padre, la condena de Pilatos se la merecía’. Dios la quería’. ¡No! ¡Dios quería salvar a Pilatos y también a Judas, a todos! Él, el Señor de la misericordia quiere salvar a todos. El problema es dejar que Él entre en el corazón.
Todas las palabras de los profetas son un llamamiento apasionado y lleno de amor que busca nuestra conversión. Esto es lo que el Señor dice a través del profeta Ezequiel. “¿Acaso deseo yo la muerte del pecador […]  y no que se convierta de su mala conducta y viva? (18,23; cfr 33,11). ¡Eso es lo que le gusta a Dios!
Y este es el corazón de Dios, un corazón de Padre que ama y quiere que sus hijos vivan en el bien y en la justicia, y por ello vivan en plenitud y sean felices. Un corazón de Padre que va más allá de nuestro pequeño concepto de justicia para abrirnos a los horizontes ilimitados de su misericordia. Un corazón de Padre que no nos trata según nuestros pecados y no nos paga según nuestras culpas, como dice el Salmo. Y precisamente es un corazón de Padre el que queremos encontrar cuando vamos al confesionario. Tal vez nos dirá alguna cosa para hacernos entender mejor el mal, pero en el confesionario todos vamos a encontrar a un padre; un padre que nos ayude a cambiar de vida; un padre que nos dé la fuerza para ir adelante; un padre que nos perdone en nombre de Dios. Y por esto ser confesores es una responsabilidad muy grande, muy grande, porque aquel hijo, aquella hija que se acerca a ti busca solamente encontrar un padre. Y tú, sacerdote, que estás ahí en el confesionario, tú estás ahí en el lugar del Padre que hace justicia con su misericordia. Gracias”.

 

Prof. Carriquiry: La Virgen de Guadalupe es quien más defiende la identidad mexicana

Entrevista. El secretario de la CAL plantea el marco geopolítico del viaje del Papa a México
El santo padre Francisco está a punto de partir hacia México, en un viaje que iniciará el próximo miércoles 12 y concluirá el jueves 18 de febrero. Tras indicar que el Papa será exigente con la Iglesia en México, porque ha recibido muchos dones de la Providencia de Dios y está llamada a custodiarlos, cultivarlos y fructificarlos, el profesor Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), con encargo de vicepresidente, destaca la situación geopolítica de México en el continente americano, la cual crea un marco de particular interés para este viaje apostólico, pues es una gran frontera entre el norte y el sur de América. Es gran país de encrucijadas por donde pasan todos los vientos y tempestades.
Como primer punto, el profesor uruguayo señaló: “El 60 por ciento de los hispanos en Estados Unidos son de origen mexicano, tan vinculados a su patria, a su tradición católica, a su familia, que no obstante vivan en Estados Unidos discriminados, muchas veces explotados, en trabajos del terciario más primitivo, no olvidan su arraigo original”. Y añadió que “no obstante esa situación, por amor a su gente y su tierra, constituyen las remesas que, junto al turismo y el petróleo, son capitalización para México. Sin olvidar que dentro de tres o cuatro años, los hispanos van a ser la mitad de los católicos, y entre 2040 y 2050 un tercio de la población de los Estados Unidos”.
El número dos de la CAL recordó que el politólogo de la administración de Estados Unidos, Samuel P. Huntington, en su libro ‘Choque de las civilizaciones’ le dedica a México un capítulo “en el que se alegraba porque predecía que México iba a dejar de ser un país latinoamericano para convertirse en país norteamericano”.
¡Pobre Huntington -expresó Carriquiry- reflejaba la expresión de los poderosos del Norte, no entendía que las raíces de los mexicanos son más profundas que las de los Estados Unidos”. Y no solo ya que “Huntington en otro libro ‘Quienes somos, reflexiones sobre la identidad norteamericana en tiempos de globalización’, cambiaba enteramente de posición”. Así tras comparar la invasión de los hispanos mexicanos a una militar, “asegura que la única solución es ‘americanizarlos a etapas forzadas’. O sea cancelarles el idioma, la religión católica, el amor a la propia patria y al propio terruño. ¡Pobre Huntington, demuestra nuevamente que no entiende nada sobre los mexicanos!”.
Hay otro elemento en este panorama, aseguró el profesor Carriquiry: “Se trata del más importante Estado hispanoamericano, que es al mismo tiempo una gran frontera que mira hacia el norte y hacia el sur, por donde pasa la expansión económica, cultural y religiosa de Estados Unidos hacia el sur, las inversiones, el turismo, los evangélicos y pentecostales, así como las corrientes espiritualistas neognósticas que tienen en California sus laboratorios de exploración y expansión”.
Y de otro lado “pasan de Sur a Norte las corrientes de inmigrantes centroamericanos, y también la droga”. 
Carriqury precisó además que “si la red del narcotráfico se desarrolla con toda su violencia en México, en América Central y en el espinazo andino, y se transforma en la compañía multinacional más rediticia y violenta de América Latina, es porque en Estados Unidos está el mayor mercado y demanda de droga. Y si la violencia en México se realiza con armas de alta precisión de los grupos delictivos es porque abundan las factorías y comercio de armas en Estados Unidos, especialmente allí donde EEUU se acerca a esa gran frontera”.
Todo esto hace, explicó el profesor uruguayo, que México “deba mirar hacia el norte, porque allí están sus capitales e inversiones, el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, porque de allí viene el turismo y le es decisivo desde el punto de vista económico”, entretanto “sin dejar de mirar hacia el sur, donde está hermanado por orígenes, lengua, tradición católica, cultura y vicisitudes históricas”. Por todo esto, “América Latina necesita de México que es el Estado hispanoamericano más importante; pero México necesita de América Latina para que la vecindad con Estados Unidos no sea sofocante”.
De todas maneras es sorprendente -añadió el profesor Carriquiry- que la economía de México dependa de la estadounidense, en ese sistema de producción global integrado de EEUU que abarca todo el Caribe; dependiendo del turismo americano, de los vaivenes del dólar… Y no obstante esa dependencia de esa potencia mundial, declino, ningún país como México en América Latina mantiene y es tan celoso de su identidad y soberanía cultural”.
Así constató que al visitante que va al país “le sorprende la comida, el baile, la música, la literatura, ese mix entre lo festivo y lo dramático, ese barroco que penetra toda la realidad material y espiritual de México”.
Y concluyó recordando que en esta soberanía cultural sorprendente que mantiene México, un papel de primera línea lo tiene Nuestra Señora de Guadalupe, y para ello citó al Nobel de la literatura el mexicano Octavio Paz, “que en una entrevista que concedió antes de morir aseguraba: ‘La Virgen de Guadalupe ha sido más ‘antiimperialista’ que 60 años de fervorosos discursos de los políticos mexicanos’. En el sentido que ha resistido a la invasión cultural de Estados Unidos, gracias a su estructura familiar y comunitaria, a las madres de familia, al peso arraigado de sus costumbres, a su religiosidad, y en todo ello a Nuestra Señora de Guadalupe”.

 

El Papa pide a los mexicanos poder estar a solas con la Guadalupana

En una entrevista colectiva, difundida a través de la agencia Notimex, el Santo Padre reflexiona sobre la situación que atraviesa el país azteca
El papa Francisco ha pedido un favor a los mexicanos: quiere que le dejen un ratito solo delante de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Así lo ha indicado en una entrevista múltiple que ha realizado conversando con varios mexicanos publicada este miércoles por la agencia de noticias Notimex.

En esta conversación informal, disponible también en formato vídeo, el Santo Padre cuenta que ha estado dos veces en México.  Las dos veces fue a visitar “a la Señora, a la Madre, a la Madre del Dios por quien se vive”. Y confiesa que por Ella siente “seguridad, ternura” y reconoce que cuántas veces está con miedo por algún problema o que ha sucedido algo feo y no sabe cómo reaccionar, le reza repitiéndose “No tengas miedo, acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre”. Para el Pontífice, la Virgen de Guadalupe es una imagen “decidora”, la imagen de una madre que cobija, que cuida, que está metida en su pueblo, con la tez de su pueblo.
Por otro lado, el Papa también explica que no va a México “como un Rey Mago cargado de cosas para llevar, mensajes, ideas, soluciones a problemas, no se piensen todas esas cosas”. Él va como un peregrino, “voy a buscar en el pueblo mexicano, que me den algo”.
Asimismo asegura tener ganas de visitar el país azteca para “vivir esa fe con ustedes”. O sea –indica– voy con el corazón abierto para que se llene de todo aquello que ustedes me pueden dar. Francisco afirma que los mexicanos “tienen una idiosincrasia, una manera de ser que es fruto de un camino muy largo, de una historia que se fue forjando lentamente, con dolores, con éxitos, con fracasos, con búsquedas, pero hay como un hilo conductor”.
Reflexionando sobre la situación concreta que atraviesa México, el Santo Padre reconoce que más o menos el clima que estamos viviendo en todo el mundo es de “violencia, corrupción, guerra, niños que no pueden ir a la escuela por sus países en guerra, tráfico, fabricantes de armas que venden armas para que las guerras en el mundo puedan seguir”.  Y los mexicanos “están viviendo su pedacito, su pedacito de “guerra”, su pedacito de sufrimiento, de violencia, de tráfico organizado”, asegura. De este modo, el Pontífice asegura que si va allí, “es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas de violencia, de corrupción y todo lo que ustedes saben que está sucediendo, se solucione”, porque “el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra Madre”.
El Obispos de Roma subraya que él no quiere “tapar nada de eso” al contrario, quiere “exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, contra la guerra, contra la desunión, contra el crimen organizado, contra la trata de personas”. Al respecto, recuerda que “la paz nace de la ternura, la paz nace de la comprensión, la paz nace o se hace en el diálogo, no en la ruptura, y esta es la palabra clave, el diálogo: diálogo entre los dirigentes, diálogo con el pueblo y diálogo entre todo el pueblo”.
Al respecto recuerda que hay que estar abierto a hablar con el otro y escuchar sus razones, a dejarse corregir. “Padre, pero con un delincuente uno no puede hacer eso”, comenta el Papa y responde: eso es verdad, pero yo puedo dialogar con quien le puede cambiar el corazón a ese delincuente. Tenemos la misma Madre.
Además, les pide que no entren “en ninguna transa que por ganar dinero, me esclavice toda la vida en una guerra interior y me quite la libertad, porque la paz da libertad”.
Por otro lado, el Santo Padre también explica que él va “para servir”, “para ser un servidor de la fe de ustedes, porque para eso me hice cura, para servir, porque sentí esa vocación, para servir a la fe de ustedes, para servir a la fe del pueblo”. Nuestra fe –recuerda el Pontífice a los mexicanos– no es una fe de museo y la iglesia un museo. Y la fe “tiene que salir a la calle, tiene que salir a los lugares de trabajo, tiene que salir en el entendimiento con los demás, esa fe tiene que expresarse en el diálogo, en la comprensión, en el perdón, en la artesanía cotidiana de combatir por la paz”, precisa. Que la fe salga a la calle “significa que yo en mi lugar de trabajo, en mi familia, en las cosas que hago en la universidad, en el colegio, me muestro como cristiano”, explica el Papa.
Renovar la fe –concluye Francisco– quiere decir hacerla “salidora”, hacerla callejera, que no le tenga miedo a los conflictos, sino que busque solucionar los conflictos familiares, escolares, sociales, económicos.

 

Anuncian un nuevo partido interreligioso por la paz

Organizado por Scholas Occurrentes, se celebrará en el Estadio Olímpico de Roma el próximo 29 de mayo
El santo padre Francisco presidió este miércoles por la tarde un encuentro en la Casina Pio IV, en el Vaticano, en donde se anunció que el Partido interreligioso por la Paz se celebrará el próximo domingo 29 de mayo en el Estadio Olímpico de Roma. También fue presentado el decreto escrito de puño y letra del Papa, por el cual eleva a Scholas Occurrentes a Fundación Internacional de Derecho Pontificio.
Scholas Ocurrentes es un proyecto de alcance mundial que nació en agosto de 2013 cuando el Santo Padre entregó a los futbolistas Lionel Messi y Gianluigi Buffon un olivo de la paz. Pero su embrión surgió en Argentina, cuando el actual Pontífice era arzobispo de Buenos Aires.
Esta entidad educativa de bien público vincula la tecnología, el arte y el deporte para fomentar la integración social y la cultura del encuentro. Trabaja con escuelas y comunidades educativas, tanto públicas como privadas, de todas las confesiones religiosas, y conecta a más de 400 mil escuelas y redes educativas en más de 71 países de los cinco continentes, buscando el compromiso de todos los actores sociales.
En el acto con el Papa, estuvieron presentes el ex jugador brasileño Ronaldinho, su colega costarricense Bryan Luiz, el presidente de la Liga Española de Fútbol, Javier Tebas, y el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Dominguez. También participaron seis estudiantes españoles de Madrid, tres de ‘presión social’ y otros tantos de sistema educativo además de sus progenitores y docentes.
La delegada episcopal de enseñanza de la diócesis de Madrid, Inmaculada Florido, le explicó a ZENIT que “estos estudiantes le explicarán al Santo Padre su experiencia en el congreso de una semana en la capital de España, que realizaron unos 260 jóvenes que se reunieron en el colegio La Salle del Sagrado Corazón, y profundizaron dos temas, la presión social: el bulismo, la presión en las redes etc. y otro grupo que se especializó en deficiencias del sistema educativo”. Ellos hicieron peticiones concretas a los consejeros de educación, asuntos sociales y familia. Y al arzobispo Osoro. Los seis jóvenes delegados de 4º año superior, son tres de ‘presión social’ y otros tantos de ‘deficiencia del sistema educativo’.

 

La Iglesia atiende 611 leproserías en todo el mundo

La lepra es un problema sanitario importante en varios países de África, Asia y América Latina. El Papa lamenta que la enfermedad siga afectando especialmente a las personas más pobres y marginadas
El último domingo de enero, se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Lepra, una jornada instituida el 31 de enero de 1954 por el escritor y periodista francés Raoul Follereau. Se trata de una fecha para informar y concienciar a la población sobre esta enfermedad.
Tras el rezo del ángelus dominical, el papa Francisco lamentó que la lepra sea una enfermedad que todavía afecte “especialmente a las personas más pobres y marginadas”. “Esta enfermedad, por desgracia, todavía afecta especialmente a las personas más pobres y marginadas. Es importante mantener viva la solidaridad con estos hermanos y hermanas, que quedan inválidos a causa de esta enfermedad. A ellos les aseguramos nuestra oración y también nuestro apoyo a los que les asisten”, dijo el Santo Padre.
La Iglesia posee una larga tradición de asistencia a los enfermos de lepra, a menudo abandonados incluso por sus propios familiares. Desde siempre les ha proporcionado cuidados médicos y atención espiritual, sin olvidar su reinserción en la sociedad. Según los datos del último Anuario Estadístico de la Iglesia, esta gestiona en el mundo 611 leproserías.
Algunos testigos del Evangelio han vivido su amor a los leprosos incluso llegando a participar de su misma enfermedad, como san Damián de Molokai, el beato Juan Beyzym o fray Daniel de Samarate. De otros santos se sabe que toda su vida o parte de ella la han compartido con estos enfermos.
La lepra es una enfermedad que se puede curar, la causa principal sigue siendo la pobreza y la falta de servicios sanitarios. No se conoce con exactitud el número de enfermos en el mundo, sobre todo porque algunos estados no quieren que se sepa de la presencia de esta enfermedad en su territorio. Aun así es un problema sanitario importante en varios países de África, Asia y América Latina.
La enfermedad está producida por el Mycobacterium leprae, bacteria que se multiplica muy despacio por lo que su período de incubación es muy largo (de dos a doce años), lo que dificulta saber cuándo y cómo se produjo el contagio.
Los avances significativos en la lucha contra la lepra han sido uno de los mayores éxitos de salud pública. Las cifras globales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la enfermedad destacan estos éxitos tempranos, demostrando que el impacto global de la lepra se ha reducido un 95 por ciento desde 1980. Sin embargo, la tasa de detección de nuevos casos de lepra se ha estabilizado en unos 200 mil – 250 mil casos nuevos al año en los últimos 10 años y sigue siendo endémica en las zonas más castigadas de muchos países de los continentes anteriormente citados. Además, el último informe de la OMS indica que la tasa de personas con discapacidades visibles en el momento del diagnóstico ha aumentado en el último año.
El país más afectado por la lepra sigue siendo la India, con 125.785 nuevos casos en 2014, una media de 340 nuevas infecciones por día y el 59 por ciento de la carga mundial de la enfermedad. Le siguen Brasil, con 31.064 nuevos casos, e Indonesia, con 17.025 nuevos casos. Estos tres países concentran el 81 por ciento de la carga mundial de la enfermedad.
En España, la lepra sigue estando presente en algunas regiones. De hecho, este país es el único de Europa occidental donde todavía existe una leprosería. Se detectan una media de 20 casos al año, aunque habitualmente son personas procedentes de países en los que la enfermedad es endémica.

 

Misiones Salesianas: “Más de 17 mil niños mueren cada día por causas que se pueden evitar”

La organización católica ha lanzado la campaña “Ellos me importan”, para promover la protección de la infancia y la educación de los menores
“Queremos que 2016 sea el año de los niños y niñas”, ha explicado la portavoz de la entidad católica, Ana Muñoz. “No se puede volver a repetir un año tan difícil para los menores como el que hemos pasado. Para Misiones Salesianas, los niños y niñas en situación de riesgo son la prioridad”, ha destacado. “Los niños y niñas en situación de extrema dificultad siempre pueden contar con los misioneros salesianos”, ha asegurado Muñoz. “Su protección, su acogida, su educación, su bienestar, sus risas y sus juegos son el objetivo del trabajo de los misioneros salesianos en más de 130 países”, ha insistido la organización en su nota.
“Entre todos podemos lanzar un mensaje claro a gobiernos y comunidad internacional –ha indicado la entidad– para que los niños y niñas más necesitados estén entre sus prioridades en este año”. “Unámonos para que llegue un grito alto y claro a todos los rincones del planeta”, han pedido los misioneros salesianos. “Estemos juntos porque millones de niños y niñas en el mundo no pueden vivir su infancia sin juegos, sin risas y sin cuadernos. Porque millones de niños y niñas en el mundo no tienen la oportunidad de recibir educación para soñar con un futuro mejor. Porque millones de niños conocen el sufrimiento antes de tiempo”, han concluido.

 

El comienzo del Opus Dei contado a través de una residencia universitaria

Entrevista al historiador José González Gullón, que en su libro cuenta las dificultades y esperanzas de estos universitarios poco antes de la guerra civil
¿Qué es DYA y qué supone en la historia del Opus Dei?
— José González: DYA, acrónimo de Derecho y Arquitectura, fue una residencia de estudiantes universitarios, que tuvo aneja una academia de repaso de asignaturas. Se abrió en Madrid, bajo la iniciativa de Josemaría Escrivá, en noviembre de 1933. Con el estallido de la Guerra Civil tuvo que interrumpir bruscamente sus actividades en junio de 1936. Para la historia del Opus Dei, esta academia-residencia es importante, pues se trata de la primera actividad organizada de modo corporativo o institucional.
La puesta en marcha de DYA se produce cinco años después de la fundación del Opus Dei (1928). Junto con la actividad académica y residencial, DYA fue un espacio en el que san Josemaría difundió el mensaje del Opus Dei de un modo vivencial: haciendo vida con esos jóvenes, invitándoles a seguir caminos de oración compatibles con sus ilusiones humanas y profesionales.
En esa época san Josemaría Escrivá era un joven sacerdote ¿los estudiantes de DYA que recuerdan del fundador?
— José González: Recordamos especialmente su cercanía. En 1933, san Josemaría tenía 31 años, caía bien a los estudiantes porque era alegre y porque se preocupaba de sus intereses y sus problemas. Los residentes y amigos que fueron a DYA se sentían a gusto en esa casa. Por ejemplo, uno de los residentes, que era de Bilbao, escribió a sus padres varias cartas durante el curso 1935-1936, donde expresaba lo que había visto en ese sacerdote: cuando se puso enfermo, le visitaba cada poco tiempo; cuando se quedaron sin servicio doméstico, le vio hacer las camas de los residentes mientras estaban en clase; cuando conversaban, el joven se sentía comprendido y animado. Todos los testimonios de la época ofrecen un retrato similar.
Otra característica que llama la atención a los estudiantes es la intimidad con Dios. Utilizaba el verbo “enamorarse” para referirse al trato con Jesucristo. Pero, más que con las palabras, se veía cómo quería a Dios en los modos con los que rezaba o celebraba la misa. No tenía arrebatamientos místicos. Lo que impresionaba a los universitarios era su sencilla unión con Dios, compatible con un talante humano abierto y familiar, y muy interesado por los estados o el trabajo profesional de cada uno.
¿Conocían los universitarios de la DYA la propuesta de san Josemaría?
— José González: El entonces don Josemaría era muy transparente. Tenía conciencia de haber recibido una llamada específica de Dios y se lo decía a quien se le acercaba. En el libro analizo -también con cifras económicas- qué supuso para el fundador no tener casi nada y a la vez, transmitir la certeza de que el mensaje del Opus Dei se abriría camino por todo el mundo. Me llamó la atención, por ejemplo, la crisis que se produjo a mitad del primer curso académico de la residencia, cuando se quedaron sin dinero para pagar el alquiler de los pisos, y les sugirieron que cerraran. En esos momentos, san Josemaría comentó a los que le seguían en la Obra que sacar adelante aquel proyecto no era un empeño suyo, sino que Dios estaba detrás. En efecto, poco después consiguieron el dinero necesario.
Los años de la academia-residencia, son los de la Segunda República en España, poco antes de la Guerra Civil ¿Cómo se vivía esto en la residencia DYA?
— José González: La residencia no sufrió particularmente con la legislación que fue definida como anticlerical por el mundo católico. A fin de cuentas, DYA era una institución académica, dirigida por un arquitecto, Ricardo Fernández Vallespín, uno de los primeros miembros del Opus Dei, y regida por un reglamento parecido al del resto de residencias de estudiantes de la época. El hecho de que tuviese un capellán -san Josemaría Escrivá- que impartía formación cristiana a quien quería, no interfería con su situación legal.
Pero más allá del aspecto jurídico, ¿cómo fue la convivencia de los estudiantes en un ambiente de crispación política con tintes anticlericales?
— José González: Frecuentaron la casa estudiantes y licenciados de múltiples asociaciones profesionales, religiosas y deportivas, y también de diversas tendencias y afiliaciones políticas. La residencia DYA fue un espacio de libertad. Además, el fundador indicó que no se hablara de política en las tertulias y en los encuentros colectivos. Deseaba así favorecer la convivencia, sin que se cayese en propuestas ideológicas unilaterales, que mermasen la libertad de elección de cada uno.
En este sentido, la documentación de los estudiantes, en los meses anteriores a la Guerra Civil, evidencia un gran contraste entre lo que pasaba dentro y fuera de DYA. Dentro, se estudiaba, se fomentaba la convivencia y se daba formación cristiana. Fuera -en la facultad o en la calle- la tensión era altísima. Hay muchos ejemplos de esto en el libro.
¿Atendió san Josemaría otras actividades fuera del mundo académico durante los años de la Segunda República?
— José González: En esos años, DYA quizá fue la actividad principal promovida por el fundador del Opus Dei de modo corporativo. Pero hasta el estallido de la Guerra Civil destacaría otras tres. En primer lugar, unas sesiones de formación cristiana para sacerdotes diocesanos, impartidas semanalmente; la segunda, una reunión, también formativa, con mujeres; la tercera, el empeño de san Josemaría por acudir personalmente a hospitales para atender, humana y ministerialmente, a los enfermos. Estas actividades le permitieron tratar grupos de estudiantes, licenciados, administrativos, personas de oficios manuales y sacerdotes. Y al mismo tiempo, desarrollaba todos sus encargos como sacerdote residente en Madrid: primero en el Patronato de Enfermos y más tarde en el de Santa Isabel.
La misma residencia DYA no dedicaba su esfuerzo únicamente a la formación profesional y religiosa. San Josemaría animó a los residentes y a sus amigos a que visitaran a personas pobres o enfermas, con el fin de llevarles un poco de cariño y también algo de dinero o de bienes materiales imprescindibles. En este sentido, indicó que se pusiese una caja en la residencia para poder dejar una limosna que se destinaría a los necesitados. En mi estudio describo algunas de esas visitas, hechas generalmente en grupos de dos o tres estudiantes, a familias de escasos recursos.

 

Los cardenales Blázquez y Cañizares viajan con el Papa a México

Los purpurados españoles acompañarán al Pontífice en todo el recorrido de su primera visita al país, que tendrá lugar del 12 al 18 de febrero
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, cardenal Ricardo Blázquez Pérez, y el arzobispo de Valencia y miembro del Comité Ejecutivo, cardenal Antonio Cañizares Llovera, representarán a los obispos españoles en el viaje apostólico del papa Francisco a México, que tendrá lugar del 12 al 18 de febrero.
Los dos purpurados viajan invitados por la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) y acompañarán al Santo Padre en todo el recorrido de su primera visita al país, que lleva por lema “Misionero de misericordia y paz”, informó este miércoles la CEE.
En su próximo viaje a México, el Pontífice estará frente a la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devoto, y a Ella le encomendará el Año Jubilar de la Misericordia. El 13 de febrero, el papa Francisco ingresará al camarín donde se halla la tilma de san Juan Diego, donde quedó estampada la imagen de la Guadalupana.
En este país, la veneración a la Virgen ha tenido una especial expresión en Santa María de Guadalupe, cuya aparición en el cerro del Tepeyac, en 1531, ha sido decisiva en la evangelización de toda América. El santuario mariano ha sido desde el siglo XVI meta de numerosos peregrinos.
 

Francisco: pueblos originarios y migrantes

Reflexiones del obispo de San Cristóbal de las Casas sobre el viaje apostólico

VER
El Papa no viene a México porque seamos muy importantes, sino porque hay problemas. No viene a visitar a sus amigos, sino a estar cerca de quienes más sufren. No viene a hacer turismo, ni a llevarse dinero al Vaticano, sino a traer signos de la misericordia de Dios y a urgirnos ser más misericordiosos con los pobres. Entre estos pobres, están los indígenas y los migrantes. También los presos, los enfermos, los ancianos. No excluye a todos los demás, pero tiene sus prioridades, que quiere sean las de Jesús y las nuestras. No viene a hacerse publicidad, pues nos ha dicho que no se debería hablar tanto del Papa, sino de Jesucristo; que no hay que hablar tanto de la Iglesia, sino de Reino de Dios.
Sin embargo, algunos no aceptan de corazón a los pobres. Por ejemplo, unos dicen que qué les viene a ver a los indígenas. Otros, que ojalá les diga que se porten mejor. Así lo expresó una persona que me envió este mensaje: “Yo me siento muy contenta que nuestro Papa nos visite y que venga especialmente para la gente indígena, porque a ver si así les viene a tocar un poco el corazón, ya que nuestros hermanos indígenas son de muy mal corazón”. Y alguien más me escribió: “Ellos son muy groseros e irrespetuosos; son los que tapan carreteras, golpean los carros, asaltan, matan y despojan hasta su propia gente. Ojalá que el Papa los exhorte a ser más humanos”. Es decir, los indígenas son los malos… No niego que haya pecado en ellos; pero no se reconocen las vejaciones y la explotación de que han sido víctimas. Esto es racismo puro, no de tiempos pasados, sino de hoy. Y en cuanto a los migrantes, todavía sigue habiendo desconfianzas y rechazos, así como engaños, robos, extorsiones y mil sufrimientos que pasan.
PENSAR
El Papa Francisco nos ha llamado varias veces a la conciencia para una conversión hacia los pobres, aunque hay muchos oídos sordos, e incluso se le critica por hablar tanto de estos temas. En particular, sobre indígenas y migrantes, nos ha dicho:
“Es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. Los indígenas no son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios.
En diversas partes del mundo, los indígenas son objeto de presiones para que abandonen sus tierras, a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura.
En nuestra época, los flujos migratorios están en continuo aumento en todas las áreas del planeta: refugiados y personas que escapan de su propia patria interpelan a cada uno y a las colectividades, desafiando el modo tradicional de vivir y, a veces, trastornando el horizonte cultural y social con el cual se confrontan. 
La presencia de los emigrantes y de los refugiados interpela seriamente a las diversas sociedades que los acogen. Estas deben afrontar los nuevos hechos, que pueden verse como imprevistos si no son adecuadamente motivados, administrados y regulados. ¿Cómo hacer de modo que la integración sea una experiencia enriquecedora para ambos, que abra caminos positivos a las comunidades y prevenga el riesgo de la discriminación, del racismo, del nacionalismo extremo o de la xenofobia?
Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna.
Abundantes bendiciones para quienes socorren a los migrantes. Acójanlos sin miedo. Ofrézcanles el calor del amor de Cristo y descifrarán el misterio de su corazón”.
ACTUAR
Abramos el corazón a los indígenas y a los migrantes. Como ofrenda y fruto de la visita del Papa, estamos construyendo otros dos albergues para migrantes, uno en Frontera Comalapa, y el otro en Salto de Agua. Hemos abierto una cuenta bancaria, por si alguien de ustedes quiere colaborar en esta obra de misericordia: Cuenta No. 659 10 88 de Banamex, sucursal 7009, en San Cristóbal de Las Casas, a nombre de un servidor.

 

Santa Juana de Valois – 4 de febrero

«El desprecio fue llave de libertad para esta santa tan maltratada por la naturaleza y por su propia familia. Las flaquezas de los suyos envolvieron gran parte de su vida, aunque para ella fueron un pedestal que le procuró la gloria»

Esta mujer pareció haber nacido para sufrir. Examinando su acontecer, de nuevo la vida santa ofrece hoy una gran lección salpicada de múltiples matices, entre los cuales cabe destacar cómo fluye el amor divino en medio de las desdichas. Se puede afirmar, sin riesgo a equivocarse, que por sus circunstancias bien pudo dejarse envolver por el resentimiento. Durante décadas fueron escasísimos los instantes de respiro. Ciertamente, la naturaleza no se portó bien con ella. Nada agraciada en sus facciones y con el cuerpo marcado por una incipiente discapacidad, considerada culpable de su condición femenina y subestimada al extremo, sufrió el desprecio de los suyos.

Uno de sus puntos álgidos fue el alejamiento de su madre, Carlota de Saboya, que se le impuso a temprana edad. Por si fuera poco, cuando creó un hogar supo lo que era la prepotencia y la infidelidad. En suma, apenas conoció el lenguaje de la ternura. Pero no se dejó atrapar por esa pérfida red devolviendo mal por mal; no alimentó rencores, sino que se alzó poderosamente sobre el pedestal de la fe y de la confianza en Dios, se refugió en María, y lo que pudo haber sido su ruina humana y espiritual, se convirtió en su corona de gloria. Es la respuesta de los santos. Saben que el mal se combate con el bien.

Nació en la localidad francesa de Nogent-le-Roi el 23 de abril de 1464 y, desde ese mismo momento, su padre, Luís XI de Francia, no ocultó una profunda contrariedad que hizo patente sin conmiseración alguna el resto de su vida, defraudado por no haber tenido un heredero. Su madre, que la mantuvo a su lado en el castillo de Amboise, la trató con cariño y le proporcionó una profunda instrucción en la fe. A su padre no le agradaban lo más mínimo las expresiones de este sentimiento maternal. De forma autoritaria amenazó a la niña con severos castigos si osaba elevar sus rezos al Altísimo y a María, en la que había aprendido a buscar consuelo. La separó de Carlota para siempre, enviándola a la fortaleza de Linieres donde crecería al amparo de los dueños de la misma, contando con las atenciones que en su hogar no le dispensaron. Éstos bienhechores nunca pusieron veto a su inclinación hacia lo religioso. Por el contrario, se ocuparon de su formación espiritual. Pero ese pequeño impasse del que pudo disfrutar unos años conociendo lo que era vivir en un clima de paz, se terminó de un plumazo en 1476 cuando se vio obligada a casarse con Luís, duque de Orleáns, por razones de Estado.

Tenía 12 años y el duque 14, quien afrontó forzadamente este matrimonio que le impuso el padre de Juana, tío segundo suyo, bajo cuyo amparo vivía después de quedar huérfano a temprana edad. Así que, profundamente disgustado, no disimuló su animadversión hacia su esposa. Sin embargo, Juana intercedió por él ante su hermano, el rey Carlos VIII, cuando fue encarcelado y condenado a muerte. No es difícil imaginar cuántos sufrimientos debieron producirle los desaires y humillaciones cotidianas, privadas y públicas, de su marido. Ella respondía con paciencia, silencio y humildad. Concebía en su mente virtudes que su esposo estaba lejos de encarnar, amándole desde el corazón del Padre; era uno de los signos de su inocencia.

En su espíritu conservaba el vaticinio de María anunciándole la fundación de una congregación religiosa en su honor. La Madre del cielo le había hecho saber: «Hija mía, seca tus lágrimas; un día tú huirás de este mundo de cuyos peligros temes, y darás nacimiento a una Orden de santas religiosas ocupadas en cantar las alabanzas a Dios, y fieles en seguir mis pasos». Preso de una grave enfermedad, el rey Luís XI reclamó la presencia de san Francisco de Paula. El milagro que esperaba del santo no se produjo. Pero murió arrepentido y dejó para su hija el único signo de ternura y comprensión que se conoce: la dirección espiritual a cargo de aquél. Francisco recibió el apoyo y gratitud de Carlos VIII, hijo y sucesor del rey fallecido, y permaneció en la corte.

A la muerte de Carlos, el duque de Orleáns subió al trono como Luís XII y decidido a contraer nuevas nupcias con Ana de Bretaña, repudió a Juana. Ésta pudo haberse opuesto, pero no lo hizo. Esa determinación, que conllevó anulación de su matrimonio, en juicio harto embarazoso y ruin para ella, la dejaba libre para consagrarse por entero a Dios. San Francisco de Paula la dirigía por carta y a él le confió el tema de la fundación que la Virgen le había rogado que pusiese en marcha. Después de efectuar otras consultas sin que viesen claro su empeño, Juana persistió y, al final, en su refugio de Bourges, donde llevaba una vida de penitencia y se dedicaba a socorrer a los pobres, fundó la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María con la ayuda de su confesor, el franciscano Gabriel Mary (Gilberto Nicolás).

El proceso de aprobación no fue fácil, pero en 1501 el papa Alejandro VI dio su beneplácito. Juana emitió los votos en 1504. Tantos sufrimientos, unidos a sus intensos ayunos y penitencias, acabaron con su vida el 4 de febrero de 1505. El que había sido su esposo se ocupó de que fuese enterrada con los altos honores que le correspondían por su rango. Fue beatificada por Benedicto XIV en 1742, y canonizada por Pío XII el 28 de mayo de 1950.

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ZENIT Staff

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