El Papa en San Juan de Letrán

El Papa en San Juan de Letrán (foto archivo El Papa en San Juan de Letrán (foto archivo) © L'OSSERVATORE ROMANO)

El Papa explica a los sacerdotes romanos el motivo del Jubileo de la Misericordia

En la basílica de San Juan de Letrán, el Pontífice pide al clero de su diócesis que sean generosos al perdonar y entender los diferentes lenguajes de los penitentes

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El papa Francisco fue este jueves por la mañana a la basílica de San Juan de Letrán, donde se estaba celebrando la tradicional reunión del clero romano con motivo del inicio de la cuaresma. Una vez en el templo, el Santo Padre confesó a diez sacerdotes y, a continuación, él mismo se confesó con uno de los penitenciarios.
El encargado de recibir al Pontífice y dirigirle un saludo de bienvenida fue el cardenal vicario Agostino Vallini, que le aseguró la proximidad del clero romano ante su inminente viaje a México y el encuentro con el Patriarca de Moscú, “un punto de inflexión en la historia de la unidad”. El hecho de insistir en la misión del Obispo de Roma, dijo el cardenal Vallini, ha “impresionado mucho” incluso al metropolita ortodoxo Hilarion.
Según informó L’Osservatore Romano, periódico de la Santa Sede, el purpurado también dio las gracias al Papa por la visita y por haber mantenido el tradicional encuentro con el clero de su diócesis. “Estamos viviendo el Jubileo con mucho compromiso en las parroquias”, aseguró finalmente el cardenal vicario, “sobre todo experimentando la misericordia a través de las confesiones y la peregrinación”.
En un discurso improvisado, Francisco instó a los sacerdotes a vivir de manera completa la misericordia, para comprender y perdonar a las personas que se acercan al confesionario. Recordó que la caricia de un cura hace mucho bien, señalando el ejemplo del Señor, que es siempre misericordioso. La gente –afirmó el Pontífice– ha de encontrar en el confesor a un padre que no deja a su hijo alejarse.
La idea del Jubileo de la Misericordia –confió– es fruto de una inspiración espiritual y viene de lejos: se remonta a Pablo VI, a las enseñanzas de Juan Pablo II, al mensaje de santa Faustina Kowalska y a las catequesis de Benedicto XVI. Si el Señor quiere un Jubileo de la Misericordia –enfatizó– es para haya misericordia en la Iglesia, para que se perdonen los pecados. De ahí la invitación a los sacerdotes para que sean generosos al perdonar y entender los diferentes lenguajes de los penitentes: existe el lenguaje de las palabras, pero también el de los gestos que expresan la voluntad de aprovechar el perdón de Dios.
La reunión en el Laterano tenía un carácter penitencial. Antes de la llegada del Santo Padre había sido el obispo auxiliar de Roma, monseñor Angelo De Donatis, que preside el Servicio para la formación permanente del clero, el que había sugerido una reflexión centrada en la negación de Pedro. Además, como gesto cuaresmal, las ofrendas de los sacerdotes durante la reunión se destinaron a Cáritas. Por último, el cardenal Vallini donó el libro del Papa, “El nombre de Dios es Misericordia”, a todos los presentes. Francisco regresó al Vaticano en torno a las 13 horas.

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ZENIT Staff

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