Martes 16 en Morelia:
Francisco pide a los jóvenes no ser mercenarios del narcotráfico
Les exhorta a no creerse valiosos porque usan ropas, moda, auto o dinero y les invita cuando todo parezca pesado a no soltarse de la mano de Jesús
Cada día –han explicado los jóvenes– crece más la sensación de inconformidad por el momento que estamos viviendo en México, pero también es urgente que entendamos que gran parte de la solución está en nuestras manos. Y por eso se comprometieron: a vencer la tibieza y los conformismos. A vencer los miedos que acobardan e impiden enfrentar la vida. Y a pensar más allá de las circunstancias individuales.
Finalmente, estos jóvenes han asegurado que saben que “son esperanza para un futuro mejor” y saben que la esperanza la pueden encontrar en Cristo Jesús.
El Papa ha subrayado, como ya hizo en su primer discurso a México, que uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana son sus jóvenes. Y no habló solo de esperanza sino de “riqueza”. Entretanto preciso que no se puede vivir la esperanza, sentir el mañana, “si primero uno no logra valorarse, si no logra sentir que su vida, sus manos, su historia valen la pena”. La principal amenaza a la esperanza –ha advertido– son los discursos que desvalorizan, que hacen sentir de segunda. Y ha proseguido el Papa: “la principal amenaza a la esperanza es cuando uno siente que no le importa a nadie o que está dejado de lado. La principal amenaza a la esperanza es cuando uno siente que da lo mismo que esté o que no esté. Eso mata, eso nos aniquila y es puerta de ingreso a tanto dolor”.
Pontífice añadió: “La principal amenaza a la esperanza es hacerte creer que uno empieza a ser valioso cuando se disfrazas de ropas, marcas, del último grito de la moda, o cuando uno tiene prestigio, o que uno es importante por tener dinero pero, en el fondo, el corazón no cree que uno seas digno de cariño, digno de amor. La principal amenaza es cuando uno siente que necesita tener plata para comprar todo, incluso el cariño de los demás. La principal amenaza es creer que por tener un gran auto uno es feliz”.
El Papa ha asegurado que entiende que es difícil sentir la riqueza “cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror”. Cuando “no se tienen oportunidades de trabajo digno, posibilidades de estudio y capacitación”, cuando “no se sienten reconocidos en los derechos y terminan impulsándolos a situaciones límites”, cuando “se los utiliza para fines mezquinos seduciéndolos con promesas que al final no son tales”.
El Papa está convencido de que ellos son la riqueza porque, como ellos, él cree en Jesucristo. Y “es Él quien renueva continuamente en mí la esperanza, es Él quien renueve continuamente mi mirada” dijo.
Francisco ha exclamado a los jóvenes: “Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”. Porque es Jesucristo –ha asegurado– quien desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas.
Por eso, el Pontífice les ha dado un consejo: “Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el mundo arriba, abracen su cruz, abrácenlo a Él y, por favor, nunca se suelten de su mano, por favor, nunca se aparten de Él”. Y les ha pedido que “no se dejen desvalorizar, no se dejen tratar como mercancía”.
Con amor y con claridad les ha recordado: “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos”. Y concluyó: “Él nunca nos mandaría al muerte, sino que todo en Él es invitación a la vida”.
A continuación, los jóvenes le han regalado al Santo Padre una canción que “sabemos que le gusta”. Y así, el papa Francisco y un vibrante Estadio ha entonado “Vive Jesús el Señor”.
Texto completo del discurso del Santo Padre a los jóvenes en Morelia
El papa Francisco les invita a reconocer la riqueza que Dios les da, a vivir con dignidad y con la esperanza que viene de Jesús
Yo conocía las inquietudes de ustedes porque me habían hecho llegar el borrador de lo que más o menos iban a decir. Es verdad, para qué les voy a mentir. Pero a medida que hablaban también iba tomando notas de cosas que me parecían importantes, para que no quedaran en el aire, si no aparecían en lo que yo resumí de lo que ustedes me habían dicho, y como respuesta.
Les cuento que cuando llegué a esta tierra fui recibido con una calurosa bienvenida, constaté ahí mismo algo que intuía desde hace tiempo: la vitalidad, la alegría, el espíritu festivo del Pueblo mexicano. «Ahorita»…, después de escucharlos, pero especialmente después de verlos, constato nuevamente otra certeza, algo que le dije al Presidente de la Nación en mi primer saludo. Uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana tiene rostro joven, son sus jóvenes. Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra. Cuidado, no dije la esperanza de esta tierra, dije: «Su riqueza». La montaña puede tener minerales ricos, que van a servir para el progreso de la humanidad, es su riqueza. Pero esa riqueza hay transformarla en esperanza con el trabajo como hacen los mineros cuando van sacando esos minerales. Ustedes son la riqueza. Hay que transformarla en esperanza.
Y Daniela al final, echó un desafío y además también nos dio la pista sobre la esperanza. Pero todos los que hablaron cuando marcaban las dificultades, las cosas que pasaban decían una verdad muy grande, que todos podemos vivir. Pero no podemos vivir sin esperanza.
Sentir el mañana, no podemos sentir el mañana si primero uno no logra valorarse, no logra sentir que su vida, sus manos, su historia vale la pena. Sentir eso que Alberto decía que ‘con mis manos, con mi corazón y con mi mente puedo construir esperanza’. Si yo no siento eso, la esperanza no podrá entrar en mi corazón. La esperanza nace cuando se puede experimentar que no todo está perdido, y para eso es necesario el ejercicio de empezar «por casa», empezar por sí mismo. No todo está perdido. No estoy perdido, yo valgo, yo valgo mucho. Les pido silencio ahora. Cada uno se contesta en su corazón. ¿Es verdad que no todo está perdido? ¿Yo estoy perdido, estoy perdida? ¿Yo valgo? ¿Valgo poco? ¿Mucho? La principal amenaza a la esperanza son los discursos que te desvalorizan, te van como chupando el valor y terminas como caído, ¿no es cierto? Como arrugado con el corazón triste. Discurso que te hacen sentir de segunda, sino de cuarta. La principal amenaza a la esperanza es cuando sentís que no le importas a nadie o que estás dejado de lado.
Esa es la gran dificultad para la esperanza. Cuando en una familia o en una sociedad, o en una escuela, o en un grupo de amigos te hacen sentir que no les importas. Y eso es duro, es doloroso. Pero sucede, ¿o no sucede? ¿Sí o no? Sí, sucede. Eso mata, eso nos aniquila y esa es la puerta de ingreso para tanto dolor. Pero también hay otra principal amenaza a la esperanza, la esperanza de que esa riqueza que son ustedes crezca y dé su fruto. Y hacerte creer que empiezas a ser valioso cuando te disfrazas de ropas, marcas del último grito de la moda, o cuando te ponés prestigio, importante por tener dinero pero, en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor. Y eso tu corazón lo intuye. La esperanza está amordazada por lo que te hacen creer, no te la dejan surgir. La principal amenaza es cuando uno siente que tiene que tener plata para comprar todo, incluso el cariño de los demás. La principal amenaza es creer que por tener un gran «carro» sos feliz. ¿Es verdad esto, que por tener un gran carro sos feliz?
Ustedes son la riqueza de México, ustedes son la riqueza de la Iglesia. Y no les estoy, permítanme que les diga una frase de mi tierra, no les estoy sobando el lomo, no los estoy adulando. Y entiendo que muchas veces se vuelve difícil sentirse la riqueza cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror. Es difícil sentirse la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno, Alberto lo expresaste claramente. Posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que terminan impulsándolos a situaciones límites. Es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando, por ser jóvenes, se los utiliza para fines mezquinos seduciéndolos con promesas que al final no son reales, son pompas de jabón. Es difícil sentirse rico así. La riqueza la llevan adentro y la esperanza la llevan adentro. Pero no es fácil por todo esto que les estoy diciendo y dijeron ustedes.
Faltan oportunidades de trabajo, dijeron Alberto y Roberto. Pero, pese a todo, esto no me voy a cansar de decirlo: ustedes son la riqueza de México. Roberto vos dijiste una frase que se me escapó cuando leí tu apunte. Quiero detenerme. Vos dijiste que perdiste algo. Y no dijiste que perdí el celular, perdí la billetera con plata, perdí el tren porque llegué tarde. Perdiste, perdimos el encanto de disfrutar del encuentro, perdimos el encanto de caminar juntos, perdimos el encanto de soñar juntos. Y para que esta riqueza movida por la esperanza vaya adelante hay que caminar juntos, hay que encontrarse, hay que soñar, no pierdan el encanto de soñar. Atrévanse a soñar. Soñar, que no es lo mismo que estar dormilones, eso no ¿eh?
No crean que les digo esto, de que ustedes son la riqueza de México y esa riqueza con la esperanza va adelante, porque soy bueno, o porque la tengo clara, no queridos amigos, no es así. Les digo esto y estoy convencido, ¿saben por qué? Porque como ustedes creo en Jesucristo. Y creo que Daniela fue muy fuerte cuando nos habló de esto. Yo creo en Jesucristo y por eso les digo esto. Él es quien renueva continuamente en mí la esperanza, es Él el que renueve continuamente mi mirada. Es Él quien despierta en mí, o sea en cada uno de nosotros, el encanto de disfrutar, el encanto de soñar, el encanto de trabajar juntos. Es él quien continuamente me invita a convertir el corazón. Sí, amigos míos, les digo esto porque en Jesús yo encontré a Aquel que es capaz de encender lo mejor de mí mismo. Y es de su mano que podemos hacer camino, es de su mano que una y otra vez podemos volver a empezar, es de su mano que podemos animarnos a decir: Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte. Eso es mentira y lo decimos de la mano de Jesús. Es también de la mano de Jesús, de Jesucristo el Señor que podemos decir que es mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes aquí es en la pobreza y en la marginación; en la marginación de oportunidades, en la marginación de espacios, en la marginación de la capacitación y educación, en la marginación de la esperanza. Es Jesucristo el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas. Son las ambiciones ajenas las que a ustedes los marginan para usarlos en todas estas cosas que yo dije y que saben y que terminan en la destrucción. Y el único que me puede tener bien fuerte de la mano es Jesucristo. Él hace que esta riqueza se transforme en esperanza.
Me han pedido una palabra de esperanza, la que tengo para darles, la que está en la base de todo, se llama Jesucristo. Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el mundo encima, abracen su cruz, abrácenlo a Él y, por favor, nunca se suelten de su mano aunque les esté llevando adelante arrastrando. Y si se caen una vez, déjense levantar por Él. Los alpinistas tienen una canción muy linda que a mí me gusta repetirla a los jóvenes. Mientras suben van cantando: ‘En el arte de ascender, el triunfo no está en no caer sino en no permanecer caído’. Ese es el arte. ¿Y quién es el único que te puede agarrar de la mano para que no permanezcas caído? Jesucristo. El único. Jesucristo que a veces te manda un hermano para que te hable y te ayude. No escondas tu mano cuando estás caído. No le digas no me mires que estoy embarrado o embarrada. No me mires que ya no tengo remedio. Solamente déjate agarrar la mano y agárrate a esa mano. Y la riqueza que tienes adentro, sucia, embarrada, dada por perdida, va a empezar otra vez de la esperanza a dar su fruto pero siempre pero siempre agarrado de la mano de Jesucristo. No se olviden. En el arte de ascender, el triunfo no está en no caer sino en no permanecer caído. No se permitan permanecer caídos. Nunca ¿De acuerdo? Y si ven un amigo o una amiga que se pegó un resbalón en la vida y se cayó, anda y ofrécele la mano. Ofrécesela con dignidad. Ponte al lado de él, al lado de ella, escúchalo. No le digas ‘te traigo la receta’ No, como amigo, despacito, dale fuerza con tu palabra, dale fuerza con la escucha. Esa medicina que se va olvidando la “escucho-terapia”. Déjalo hablar, déjalo que te cuente y entonces poquito a poco te va a ir extendido la mano y vos lo vas a ayudar en nombre de Jesucristo. Pero si vas de golpe y empiezas a predicarle y a darle, darle, pues pobrecito lo vas a dejar peor que como estaba. ¿Está claro?
Nunca se suelten de la mano de Jesucristo. Nunca se aparten de Él. Y si se apartan, se levantan y sigan adelante. Él comprende lo que son estas cosas. Porque de la mano de Jesucristo es posible vivir a fondo, de su mano es posible creer que la vida vale la pena, vale la pena dar lo mejor de sí, ser fermento, ser sal, ser luz en medio de sus amigos, de sus barrios, de su comunidad, en medio de la familia. Después Rosario voy a hablar un poquito de esto que vos dijiste de la familia. Por eso, queridos amigos, de la mano de Jesús les pido que no se dejen excluir, no se dejen desvalorizar, no se dejen tratar como mercancía. Jesús nos dio un consejo para esto, para no dejarnos excluir, para no dejarnos desvalorizar. Sean astutos como serpientes y humildes como palomas. Las dos virtudes juntas. A los jóvenes viveza no les falta, a veces les falta la astucia para que no sean ingenuos. Las dos cosas, astutos pero sencillos, bondadosos. Es cierto, que por este camino capaz que no tendrán el último carro en la puerta, no tendrán los bolsillos llenos de plata, pero tendrán algo que nadie nunca podrá sacarles que es la experiencia de sentirse amados, abrazados y acompañados. Es el encanto de disfrutar del encuentro, el encanto de soñar en el encuentro de todos. Es la experiencia de sentirse familia, de sentirse comunidad. Y es la experiencia de mirar al mundo, a la cara, con la frente alta. Sin el carro, la plata, pero la frente alta, la dignidad. Tres palabras que las vamos a repetir: riqueza, que se la dieron; esperanza porque quieren abrirse a la esperanza; dignidad. ¿Lo repetimos? Riqueza, esperanza, dignidad. La riqueza que Dios le dio a ustedes, ustedes son la riqueza de México. La esperanza que les da Jesucristo. Y la dignidad que les da el no dejarse sobar el lomo y ser mercadería para los bolsillo de otros.
Hoy el Señor los sigue llamando, los sigue convocando, al igual que lo hizo con el indio Juan Diego. Los invita a construir un santuario. Un santuario que no es un lugar físico, sino una comunidad, un santuario llamado parroquia, un santuario llamado Nación. La comunidad, la familia, el sentirnos ciudadanos, es uno de los principales antídotos contra todo lo que nos amenaza, porque nos hace sentir parte de esta gran familia de Dios. No para refugiarnos, no para encerrarnos, para escaparnos de las amenazas de la vida o los desafíos, al contrario, para salir a invitar a otros; para salir a anunciar a otros que ser joven en México es la mayor riqueza y por lo tanto, no puede ser sacrificada. Y porque es riqueza es capaz de tener esperanza y nos da dignidad. Otra vez las tres palabras. Riqueza, esperanza y dignidad. Riqueza, esa que Dios nos dio y tenemos que hacer crecer.
Jesús, el que nos da la esperanza, nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos, nos llama amigos. Jesús nunca nos mandaría al muere, sino que todo en Él es invitación a la vida. Una vida en familia, una vida en comunidad; una familia y una comunidad a favor de la sociedad. Y aquí Rosario retomo lo que vos dijiste, una cosa tan linda. En la familia se aprende cercanía, se aprende solidaridad, se aprende a compartir, a discernir, a llevar adelante los problemas unos de otros, a pelearse y arreglarse, a discutir y abrazarse y besarse. La familia es la primera escuela de la nación. Y en la familia está esa riqueza que tienen ustedes. La familia es como quien custodia esa riqueza. Y en la familia van a encontrar esperanza porque está Jesús. Y en la familia van a tener dignidad. Nunca, nunca dejen de lado la familia. La familia es la piedra de base de la construcción de una gran nación. Ustedes son riqueza, tienen esperanza y sueñan, también Rosario habló de soñar. ¿Ustedes sueñan con tener una familia? Casi no escuché la respuesta ¿eh?
Queridos hermanos ustedes son la riqueza de este país y, cuando duden de eso, miren a Jesucristo, que es la esperanza, el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas.
Les agradezco este encuentro y les pido que recen por mí. Gracias”.
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MIERCOLES 17: CIUDAD JUAREZ – El Papa en México – miércoles 17 – Último día del viaje apostólico en Ciudad Juárez
10.00 – Llegada al aeropuerto internacional “Abraham González” de Ciudad Juárez (17:00 hora central europea).
10.30 – Visita al Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3 (Discurso). (18:30 hora central europea).
12.00 – Encuentro con el mundo del trabajo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua (Discurso). (20:00 hora central europea)
16.00 – Santa Misa en el área de la feria de Ciudad Juárez (Homilía). (media noche, hora central europea).
19.00 – Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional de Ciudad Juárez. (3:00 de la madrugada, hora central europea)
19.15 – Salida en avión hacia el aeropuerto de Ciampino en Roma. (3:15 de la madrugada, hora central europea).
Impacta en Estados Unidos la visita de Francisco a México
Entrevistas sobre la repercusión del viaje pontificio en Estados Unidos, un país con un alto porcentaje de católicos de origen hispano (Primera parte)
En Estados Unidos, donde los hispanos constituyen casi un 50 por ciento de los católicos, la visita del Papa a México está teniendo un impacto importante. Hemos podido entrevistar a cuatro líderes de la Iglesia en Estados Unidos solicitándoles que nos compartan sus opiniones al respecto de la visita del Papa Francisco a México y la relación de la Iglesia de EEUU con Latinoamérica.
El Arzobispo Joseph Kurtz, presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU expresó que se siente muy solidario con sus hermanos en Latinoamérica, y que los obispos de Estados Unidos están encantados con la relación con sus pares hispanos, en particular “somos fans del Papa Francisco y nos deleitamos en que nuestro Santo Padre venga de Latinoamérica”, y añadió: “Quiero tener un corazón latino”.
Sobre la relación de la Iglesia de EEUU con América Latina, el arzobispo Kurtz expresó que es muy particular, “dado que muchos de los católicos de mi país son latinos, al punto que cuando construimos puentes, lo hacemos con los abuelos, con las familias y con sus niños, cuyos miembros pueden estar viviendo algunos en un país y otros en otro”.
Y expresó además su gratitud “a los hermanas, hermanos comprometidos, a los sacerdotes y catequistas que vienen a nuestro país con la misión de servir a muchos, especialmente a los latinos”. Consideró además que hay muchos dones que las familias latinas han brindado a EEUU”.
Sobre la migración, el arzobispo Kurtz recordó que “los obispos de EEUU por muchas décadas hemos estado al frente de la lucha por una reforma migratoria integral”. Y si bien aseguró que es necesaria la seguridad en las fronteras, “nosotros queremos se instituyan formas legales para que la gente pueda venir a EEUU, de manera que las familias separadas logren reencontrarse”.
El arzobispo estadounidense informó además que este miércoles, cuando el papa Francisco esté celebrando su última misa en suelo mexicano, en Ciudad Juárez, él se encontrará en la lindante ciudad de El Paso, con cientos de fieles que seguirán la misa por TV, dando así una muestra de unidad de los pueblos, y de la solidaridad de destinos entre ambos lados, a la que nos llama Jesús, a través del Santo Padre.
La Dra. Patricia Jiménez, líder hispana en EEUU y Co-Cordinadora del Equipo de Comunicaciones para el V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana por su parte profundizó el impacto de la visita del Papa a México desde una perspectiva comunicacional, especialmente gracias a las nuevas tecnologías.
“El pueblo hispano en Estados Unidos sigue la visita del Santo Padre en México por medio de la programación de televisión” indicó si bien “las generaciones más jóvenes y los que llevamos a cabo una pastoral digital aprovechamos las nuevas tecnologías para ver video en vivo y difundir por los medios sociales nuestras emociones, captar y compartir lo que el pueblo mexicano esta viviendo durante su visita”.
Y concluyó señalando que “tanto os méxico-estadounidenses, que los mexicanos, sentimos un gran orgullo al poder ver al primer papa latinoamericano oficiar en la Basílica de Guadalupe y al ver nuestra bandera mexicana bajo la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe”.
Leer la segunda parte de la entrevista
La ‘Cruz de Los Encuentros’ de Filadelfia estará en ‘El Paso’
Entrevista a dos exponentes de la Conferencia Episcopal de EEUU: Mar Muñoz, de Diversidad Cultural; y el padre Juan Molina de relaciones con la Iglesia en América Latina
Y señaló como “el interés de las principales televisoras hispanas en Estados Unidos por dar amplia cobertura a la visita indica el gran entusiasmo de la gente por seguirla desde aquí”. Además de que “muchos cientos de miles más de personas la están siguiendo por las redes sociales”.
Sobre la relación entre la Iglesia de México y la de EEUU, Muñoz-Visoso explicó: “El Santo Padre animó a los obispos de México a estrechar los lazos con los obispos estadounidenses y a hacerse presente entre su gente que emigra al norte. Los obispos de ambos países llevan años colaborando en materia de inmigración, de atención pastoral y social a los migrantes, en ambos lados de la frontera”.
“Los obispos estadounidenses, en un gesto solidario –añadió Mar Muñoz– han querido estar presentes de manera oficial en diferentes actos del Papa en México, como en otros actos solidarios organizados por la diócesis tejana de El Paso, al otro lado de la frontera con Ciudad Juárez.”
Así “miles de personas en El Paso estarán siguiendo con atención la misa en ciudad Juárez retransmitida en directo a un estadio situado en este lado de la frontera”. En cambio, añadió, “otro grupo más reducido participará a un evento solidario en una presa junto al río, por el que cruzan cada día muchos migrantes, poniendo en riesgo sus vidas, y demasiado a menudo perdiéndola”.
“También estarán allá en el Paso –precisó la activista– diversos obispos, representantes de la Conferencia Episcopal estadounidense y de Catholic Relief Services, quienes realizan muchas tareas de ayuda en México y toda América Latina. Así podrán saludar al Santo Padre y a nuestros hermanos mexicanos del otro lado de la frontera”.
Además, “en nombre del pueblo hispano en Estados Unidos, el Secretariado de Diversidad Cultural, se hará presente trayendo la Cruz de Los Encuentros que el Papa bendijo en Filadelfia, para estar con el Papa, con nuestros hermanos migrantes y con el pueblo mexicano. Porque para compartir la fe y para hacer el bien, no hay fronteras”.
Por su parte desde la Conferencia Episcopal de EEUU, su director para la Iglesia en América Latina, el padre Juan Molina, respondiendo sobre el impacto en EEUU de la visita del Papa a México, aseguró que “la visita del Papa a EEUU animó a los hispanos en la fe católica y también en la conciencia de ser latinos en los EEUU, para que vivan su fe, se sientan incluidos en este país” y al mismo tiempo “a proyectarse desde sus propias raíces, así como en la integración entre la Iglesia en Roma, en los EEUU y en toda América Latina”.
Añadió que los obispos de Estados Unidos están muy contentos por este viaje y por ello varios “han viajado para acompañarlo y estar junto al pueblo latino que lo recibe allí”.
Sobre consecuencias previsibles de esta visita del Papa Francisco a México, el padre Juan Molina expresó: “Entiendo que este viaje es muy especial para Centroamérica y México. El Papa ha recorrido el sur, el centro y el norte, donde concluye con la visita a Ciudad Juárez, en la frontera norte. Creo que todo eso tiene mucho significado, especialmente en lo referente a inmigración, la problemática relativa a la industria extractiva y lo referente a los indígenas, motivo por el cual fue al sur de México”.
“Esto está vinculado –añadió el sacerdote– a la justicia social, pero como siempre también es esencial la animación de la fe de los católicos, que es el trabajo del Santo Padre como sucesor de Pedro”.
El encargado de relaciones con la Iglesia de América Latina, recordó que aproximadamente el 83 por ciento de los mexicanos se consideran católicos. “Ahí tenemos también el testimonio de la Virgen de Guadalupe. Ayudará a profundizar bastante la fe. Y al hablar de los temas sociales, podemos también ser conscientes de la atracción que sigue ejerciendo el catolicismo, especialmente los constantes llamados del Papa sobre nuestra responsabilidad social”. Y remató: “Que además de tener una profunda devoción a Jesús y a María, también tengamos preocupación y nos sintamos responsables por lo que sucede a nuestro alrededor, eso atrae mucho”.
Leer la primera parte de la entrevista
En su último día en México, el Papa viaja a Ciudad Juárez
Francisco llega este miércoles a la ciudad fronteriza del estado de Chihuahua, para iniciar una jornada cargada de actividades
Según el programa previsto, el Santo Padre ha salido desde la Nunciatura Apostólica, donde ha pernoctado, rumbo al aeropuerto de Ciudad de México alrededor de las 7:45 hora local, despidiéndose de la capital azteca y su gente desde el papamóvil.
Tras un largo recorrido por las calles abarrotadas de fieles, el Pontífice ha llegado al aeropuerto internacional Benito Juárez. Una vez allí, ha tomado el avión de Aeroméxico que le llevará a la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez. El vuelo ha despegado a las 9 de la mañana y está prevista su llegada al aeropuerto internacional Abraham González a las 10:00 horas.
Desde la terminal aérea, el papa Francisco se trasladará en un vehículo descubierto al centro penitenciario Cereso 3, para su visita y posterior encuentro con los internos.
Ciudad Juárez recibe con optimismo al papa Francisco
En las vallas, el Pontífice ha sido acogido con jubileo por grupos de campesinos, familiares de víctimas de la violencia, de desaparecidos, empleados de la industria maquiladora, amas de casa y estudiantes, además de alrededor de 80 mil voluntarios de la diócesis de Ciudad Juárez.
A su paso, el Papa se ha encontrado con calles recién pintadas, árboles recién plantados y unos carteles publicitarios de color rosa que proclaman que “Juárez es amor” y que están “orgullosos de Juárez”. Nada más llegar a la ciudad fronteriza con Estados Unidos, Francisco se ha dirigido al Centro de Readaptación Social Número 3, un centro penitenciario denominado Cereso 3.
Las autoridades locales han asegurado a los medios locales que la violencia en Ciudad Juárez ha disminuido en los últimos años, pero muchos habitantes aún están afectados por el efecto devastador de las guerras del narcotráfico. En esta tristemente conocida localidad, considerada uno de los lugares más violentes del mundo y con un alto índice de feminicidios, se prevé otra intensa jornada del Santo Padre.
Durante su visita al penal, el Pontífice será recibido por unos 250 familiares de los internos. Posteriormente, pasará a una capilla donde le esperan unas cien personas del servicio de pastoral penitenciaria y empleados de la fiscalía. Y poco después, se reunirá con unos 700 presos.
Luego, mantendrá un encuentro con el mundo del trabajo en el gimnasio del Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua. Al término de este acto, almorzará en el Seminario Diocesano.
Por la tarde, el Papa oficiará la misa en el borde del Río Bravo, frontera con El Paso (Texas). Al anochecer del día 17, Francisco regresará a Roma, dando por finalizada su vista apostólica al país azteca.
“Queridos hermanos y hermanas,
Estoy concluyendo mi visita a México y no quería irme sin venir a saludarlos, sin celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes. Agradezco de corazón las palabras de saludo que me han dirigido, en las que manifiestan tantas esperanzas y aspiraciones, como también tantos dolores, temores e interrogantes.
En el viaje a África, en la ciudad de Bangui, pude abrir la primera Puerta de la Misericordia para el mundo entero. De este Jubileo, porque la primera Puerta Santa la abrió Dios Padre enviando a su Hijo Jesucristo.
Hoy, junto a ustedes y con ustedes, quiero reafirmar una vez más la confianza a la que Jesús nos impulsa: la misericordia que abraza a todos y en todos los rincones de la tierra. No hay espacio donde su misericordia no pueda llegar, no hay espacio ni persona a la que no pueda tocar.
Celebrar el Jubileo de la misericordia con ustedes es recordar el camino urgente que debemos tomar para romper los círculos de la violencia y de la delincuencia.
Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando, sacándonos los problemas de encima, creyendo que estas medidas solucionan verdaderamente los problemas. Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que realmente debe ser nuestra preocupación: la vida de las personas; sus vidas, las de sus familias, la de aquellos que también han sufrido a causa de este círculo de la violencia.
La misericordia divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte. Son un síntoma de una cultura que ha dejado de apostar por la vida; de una sociedad que ha ido abandonando a sus hijos.
La misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza acá en estas paredes; sino que comienza antes, comienza «afuera», en las calles de la ciudad.
La reinserción o rehabilitación comienza creando un sistema que podríamos llamarlo de salud social, es decir, una sociedad que busque no enfermar contaminando las relaciones en el barrio, en las escuelas, en las plazas, en las calles, en los hogares, en todo el espectro social. Un sistema de salud social que procure generar una cultura que actúe y busque prevenir aquellas situaciones, aquellos caminos que terminan lastimando y deteriorando el tejido social.
A veces pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de rehabilitación que permitan atender los problemas sociales, psicológicos y familiares que llevaron a una persona a determinada actitud. El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social.
La preocupación de Jesús por atender a los hambrientos, a los sedientos, a los sin techo o a los presos (Mt 25,34-40) era para expresar las entrañas de la misericordia del Padre, que se vuelve un imperativo moral para toda sociedad que desea tener las condiciones necesarias para una mejor convivencia. En la capacidad que tenga una sociedad de incluir a sus pobres, sus enfermos o sus presos está la posibilidad de que ellos puedan sanar sus heridas y ser constructores de una buena convivencia. La reinserción social comienza insertando a todos nuestros hijos en las escuelas, y a sus familias en trabajos dignos, generando espacios públicos de esparcimiento y recreación, habilitando instancias de participación ciudadana, servicios sanitarios, acceso a los servicios básicos, por nombrar sólo algunas medidas. Aquí comienza todo proceso de reinserción.
Celebrar el Jubileo de la misericordia con ustedes es aprender a no quedar presos del pasado, del ayer. Es aprender a abrir la puerta al futuro, al mañana; es creer que las cosas pueden ser diferentes.
Celebrar el Jubileo de la misericordia con ustedes es repetir esa frase que escuchamos recién, tan bien dicha y con tanta fuerza. Cuando me dieron la sentencia alguien me dijo, no te preguntes por qué estás aquí sino para qué, y que este para qué nos lleve adelante. Nos haga saltar el engaño social que creen que la seguridad y el orden se logran solamente encarcelando a la gente.
Sabemos que no se puede volver atrás, sabemos que lo realizado, realizado está; por eso he querido celebrar con ustedes el Jubileo de la misericordia, ya que eso no quiere decir que no haya posibilidad de escribir una nueva historia, una nueva historia que mira hacia delante.
Ustedes sufren el dolor de la caída, sienten el arrepentimiento de sus actos y sé que, en tantos casos, entre grandes limitaciones, buscan rehacer su vida desde la soledad.
Han conocido la fuerza del dolor y del pecado, no se olviden que también tienen a su alcance la fuerza de la resurrección, la fuerza de la misericordia divina que hace nuevas todas las cosas. Ahora les puede tocar la parte más dura, más difícil, pero que posiblemente sea la que más fruto genere, luchen desde acá dentro por revertir las situaciones que generan más exclusión. Hablen con los suyos, cuenten su experiencia, ayuden a frenar el círculo de la violencia y la exclusión. Quien ha sufrido el dolor al máximo, y que podríamos decir «experimentó el infierno», puede volverse un profeta en la sociedad. Trabajen para que esta sociedad que usa y tira no siga cobrándose victimas.
Y al decirles estas cosas, me recuerdo cuando Jesús dijo ‘el que está libre de pecado tire la primera piedra’, y yo aquí tendría que irme, pero al decirles estas cosas no lo hago como quien enseña de la cátedra con el dedo levantado, lo hago desde la experiencia de mis errores y de mis pecados, que el Señor ha querido perdonar y ha querido reeducarme.
Lo hago desde la conciencia de que sin su gracia y mi vigilancia, podría volver a repetirlos. Hermanos, siempre me pregunto al entrar en una cárcel: ¿Por qué ellos y no yo? Es un misterio de la misericordia divina y a esa misericordia la estamos celebrando mirando adelante en la esperanza.
Quisiera también alentar al personal que trabaja en este Centro u otros similares: a los dirigentes, a los agentes de la Policía penitenciaria, a todos los que realizan cualquier tipo de asistencia en este Centro. Y agradezco el esfuerzo de los capellanes, las personas consagradas y los laicos que se dedican a mantener viva la esperanza del Evangelio de la Misericordia en el reclusorio. Todos ustedes, no se olviden, pueden ser signos de la entrañas del Padre. Nos necesitamos los unos a los otros para salir adelante.
Decía nuestra hermana, recordando la carta a los Hebreos, siéntanse encarcelados también ustedes.
Antes de darles la bendición me gustaría que oráramos en silencio. Cada sabe lo que le dirá al Señor, cada uno sabe de qué tienen que pedir perdón, pero también le pido que en esta oración en silencio, podamos ampliar el corazón para poder perdonar a la sociedad que no supo ayudarnos y que muchas veces nos ha empujado desde la intimidad del corazón, que nos ayude a creer en su misericordia. Recemos en silencio…
Y les pido que no se olviden de rezar por mí”.
La Santa Sede invita al gran imán de Al Azhar a una audiencia con el Papa
Una delegación vaticana hizo llegar al líder sunní la carta con la invitación, aunque todavía no hay fecha para el encuentro
La Santa Sede informó este miércoles en un comunicado sobre la visita de una delegación de la Iglesia Católica a la institución egipcia más prestigiosa del islam suní, Al Azhar. A la reunión, que se produjo el martes, asistieron el español Miguel Ángel Ayuso Guixot, secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y el nuncio en Egipto, monseñor Bruno Musaró.
La reunión entre los representantes de la Santa Sede y el colaborador del líder suní se desarrolló en un “clima de gran cordialidad” y se acordó “la importancia de proseguir e intensificar el diálogo por el bien de la humanidad”.
Sinodalidad, tema teológicamente exigente para la Iglesia
La Secretaría general del Sínodo de los Obispos explica los resultados del simposio con teólogos y canonistas
Lo indicó un comunicado de la secretaría general del Sínodo de los Obispos, difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
“Durante los trabajos emergió la exigencia de encuadrar el Sínodo de los Obispos en un marco más amplio de una eclesiología sinodal”, indica el comunicado difundido hoy por la secretaría del Sínodo. “Una perspectiva que lleva a concebir la autoridad episcopal ‘en Synodo’, como servicio al Pueblo de Dios”, concibiendo a los obispos como quienes “representan singularmente a la propia Iglesia y colegialmente a la Iglesia entera, volviendo al Colegio episcopal la epifanía de la ‘communio Ecclesiarum’”.
“En el caso específico del Sínodo de los Obispos, descubrir nuevamente la subjetividad del Pueblo de Dios y de la relación constitutiva que cada Obispo tiene con la propia Iglesia y simultáneamente con la Iglesia Universal, necesita tomar en consideración en los procesos sinodales no solamente al Obispo de Roma y del episcopado, sino también a los fieles”, indica el comunicado.
Así se indica que, la preparación, la celebración y la actuación son etapas consecutivas de un proceso sinodal en el que la asamblea sinodal es la fase culminante. Y tomando experiencia de los dos últimos sínodos, indican que la consulta al Pueblo de Dios debería ser estable, porque “de acuerdo a la indicación de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, se afirma que el Pueblo de Dios es «infallibile “in credendo”» (n.119)”.
Algunas intervenciones, señala el comunicado, han deseado escuchar más e involucrar más a los fieles que participan en la Asamblea sinodal, “valorizando la intervención de los expertos y auditores, porque si bien sin derecho de voto”, ellos “pueden desarrollar un rol relevante en el proceso de discernimiento y decisión, según la más antigua tradición sinodal”.
Para valorizar las tres fases de la Asamblea sinodal se reflexionó “sobre las tareas del Consejo de la Secretaría general del Sínodo de los Obispos, en el cual se pueda prospectar en cierto modo el carácter permanente del organismo sinodal”, tomando en consideración los sínodos de las Iglesias de Oriente, para un desarrollo sinodal que pase de ‘evento’ a ‘proceso’.
En vista de una revisión de la normativa sobre el Sínodo de los Obispos se expresó el deseo de que el Sínodo radique estructuralmente “en el contexto de una eclesiología sinodal”.
Los trabajos del simposio “concluyeron siendo conscientes que el discurso del Santo Padre por el cincuenta aniversario del Sínodo de los Obispos, es uno de los textos programáticos y teológicamente más exigentes para la Iglesia”.
El Santo Padre expresa su dolor por la muerte de Boutros Ghali
Académico y ex vice ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, fue el sexto secretario general y guió a la ONU desde 1992 a 1997
El papa Francisco expresó sus condolencias por el fallecimiento el pasado 16 de febrero del secretario emérito de las Naciones Unidas (ONU), el egipcio Boutros Ghali, en un telegrama enviado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolín, al actual número uno de la ONU, Ban Ki-moon.
Boutros Ghali, académico y ex vice ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, fue el sexto secretario general y guió a la ONU desde 1992 a 1997.
Telegrama
Su excelencia Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, Nueva York
Su Santidad el papa Francisco se entristeció al enterarse de la muerte del ex-secretario general Boutros Boutros-Ghali, y extiende su más sentido pésame a usted y a sus colegas de la Organización de las Naciones Unidas. Recordando el servicio generoso del Sr. Boutros-Ghali, a su país y a la comunidad internacional, Su Santidad le asegura su oración por el eterno descanso del ex-secretario general, e invoca las bendiciones divinas de paz y fortaleza para los miembros de su familia y todos los que lloran su pérdida.
Cardenal Pietro Parolin – Secretario de Estado
Elimina fronteras con el arma de la misericordia
Carta pastoral del arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra. ‘La propuesta de Cristo es muy realista’
Con motivo del viaje apostólico del Papa a México, el encuentro de este con el patriarca de Moscú y la última reunión del Consejo Pastoral Diocesano, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, llama en su carta semanal a eliminar “indiferencias, descartes y enemistades” y a “buscar siempre al otro, sea quien sea”. Publicamos el texto íntegro, titulado “Elimina fronteras con el arma de la misericordia”:
¿Cómo acompañar a los hombres para que todos, eliminado indiferencias, descartes y enemistades, demos la vida para mostrar esta realidad que hace posible que seamos una gran familia, donde todos nos pongamos al servicio de los otros y, con más fuerza aún, demos la mano a quienes más lo necesitan? Esto no es un sueño, es posible no con nuestras fuerzas, sino con la fuerza de Dios: su misericordia, su amor desmedido. Solamente la misericordia divina ilumina el misterio del hombre; sí, la misericordia como fuerza de Dios, como límite divino contra el mal del mundo. Hay dos misterios con los que nos enfrentamos: el del sufrimiento humano y el de la misericordia divina. Los dos están en recíproca armonía gracias al misterio de la Cruz de Cristo. Como nos recordaba el Papa san Juan Pablo II y nos lo sigue diciendo el Papa Francisco: «La Cruz es la inclinación más profunda de la divinidad hacia el hombre, es el toque de amor eterno sobre las heridas más dolorosas de la existencia terrena del ser humano» (Discurso a los enfermos en Polonia 2006). La misericordia es el vestido de luz que el Señor nos regaló en el Bautismo. Atrevámonos a llevar este vestido como nos dicen estos acontecimientos.
1. La reunión del Consejo de Pastoral Diocesano: El encuentro tenía una formulación precisa: retos que el Papa Francisco está proponiendo a la Iglesia. Después de una breve reflexión que dirigí, comenzaron a trabajar los grupos. La síntesis de su trabajo es esta: «estemos con los ojos muy atentos a lo que sucede»; «muy disponibles para escuchar y acoger en todos los lugares donde estamos: familia, trabajo, otras situaciones»; «demos siempre respuestas como cristianos, con comunidades empapadas de misericordia»; «que la Iglesia sea portadora siempre de esperanza». Hay que «hacer ver con nuestra vida que en este mundo está Dios y se acerca a la realidad en la que vivimos para darnos su luz», y lograr «que nuestros encuentros tengan y generen vínculos afectivos con misericordia». «El ser humano no quiere ser tolerado, quiere y desea ser amado y este deseo es todo menos mediocre, no es una filantropía llena de palabras, es lo que da sentido a los humanos y por supuesto a los que están heridos»; «tiene una importancia fundamental descubrir que uno se hace cristiano al encontrarse con Jesucristo»; «buscar espacios de acogida que favorezcan el encuentro eliminando las etiquetas que nos separan y dividen». «Busquemos los encuentros a través de los espacios y oportunidades que nos da el poner en práctica las obras de misericordia, tanto espirituales como corporales»; debemos «luchar contra la indiferencia y el descarte con el arma de la misericordia»; «apostar por la evangelización primera, cuando se han roto los vínculos de transmisión de la fe», y «vivir con dos ejes: I. La identidad: lograda en el encuentro personal con Cristo en la Iglesia y asumiendo tener conciencia de que no es malo ser diferente por vivir con todas las consecuencias ser cristiano, al contrario, somos dadores de salud, y II. La misión: realizada en la mística de salida, desde donde cada uno estamos, desde el testimonio de comunidades vivas que descubren cómo debe estar la Iglesia en medio del mundo». En esta Cuaresma, el Consejo hizo dos propuestas que asumo totalmente: que todas las comunidades tengan una hucha donde meter el dinero del que prescindimos y que este vaya a los niños de nuestra Iglesia Diocesana que no pueden comer; así como llevar a cabo un proyecto para los jóvenes, una Casa de la Esperanza y de la Misericordia llevada por ellos para hacer viable y visibles las obras de misericordia.
2. El encuentro y abrazo del Papa Francisco con el patriarca Kiril en La Habana: ¿Por qué Jesús pide un amor que excede la capacidad humana? La propuesta de Cristo es muy realista, pues lo que tiene en cuenta es este mundo donde hay demasiada violencia e injusticia, mucha indiferencia y descarte. Todo ello solamente se puede superar contraponiendo un plus de amor, un amor que viene de Dios que es su misericordia. Este amor es lo único que puede desequilibrar el mundo del mal hacia el bien. El abrazo que se dieron el Papa Francisco y el patriarca Kiril ha querido ser una muestra de ese amor, que es el único que nos puede llevar a esa unidad de la Iglesia tan pedida y deseada por Jesucristo. Un abrazo y dos palabras que nos envuelven a todos: «Somos hermanos». Este abrazo nos hizo entrar en sintonía con el Corazón de Cristo «rico en misericordia» que nos pide amar a todos y que nos hace entrar y vivir las cuatro estaciones de la misericordia: no juzgar, no condenar, perdonar y dar. ¡Qué abrazo más elocuente! Allí se armonizaban las dos miradas con la de Cristo, los dos corazones con el de Cristo; se veía que el camino para llegar a ser testigos creíbles de este amor es mostrar con palabras y obras que «somos hermanos». Somos hermanos y defendemos a la familia, la vida, a los más pobres; trabajamos por eliminar la persecución de los cristianos, el éxodo masivo de tantos por el terror u otras causas. El milenio de discordias ha terminado, con ese abrazo comienza un camino de unidad logrado en la misericordia que nos ha regalado como gracia Jesucristo.
3. El viaje apostólico del Papa Francisco a México: Aunque tendré más ocasiones de hablar explícitamente del viaje, me gustaría resaltar que hasta ahora todas sus intervenciones y encuentros han sido para eliminar fronteras, indiferencias, descartes e ignorancias con el arma de la misericordia. Para poner en el centro a la persona, a quienes hemos descentrado: emigrantes, indígenas, pobres en todas las dimensiones de la vida. Y animar a quienes tenemos la misión de ser pastores entre los hombres a vivir al estilo y manera del Buen Pastor, buscar salidas diferentes a la guerra y a la muerte, clamar por la paz, condenar la indiferencia ante las diversas crisis que afectan a la humanidad, abrir espacios de diálogo que se formulen en salidas concretas de misericordia entrañable. Los discursos que el Sucesor de Pedro nos está entregando están marcados por la cercanía y la claridad en su mensaje evangélico, por tocar los verdaderos problemas que solamente tienen solución eliminando fronteras con la misericordia. Nosotros, en los lugares donde vivimos y estamos, si queremos resolver los problemas que tenemos, necesitamos mirar más a los pobres para que nuestro trabajo esté el servicio de todos y no para buscar el poder. Solamente el camino de la misericordia da salidas para todos. Vayamos con el Papa Francisco para acoger el regalo de la misericordia, cuidarla y anunciarla.
Con gran afecto, os bendice,
+ Carlos, arzobispo de Madrid