La capital de Turquía, Ankara, sufrió este domingo un atentado en el que murieron 37 personas y cerca de 125 resultaron heridas. La bomba explotó cerca de una parada de autobús en la plaza Kizilay, en pleno centro de la ciudad.
El papa Francisco ha hecho llegar su pésame a través de un telegrama dirigido al presidente, Recep Tayyip Erdogan, –firmado por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin– en el que se reconoce “profundamente dolorido” por la trágica pérdida de vidas humanas causada por la explosión. Al mismo tiempo, asegura a la población turca su solidaridad y cercanía espiritual.
El Pontífice –se lee en el texto– reza por el descanso eterno de aquellos que han muerto y por todos aquellos que lloran su pérdida, como también por la recuperación de aquellos que han sido golpeados por este atroz acto de violencia. Consciente del “generoso servicio” desarrollado por el personal de seguridad y de emergencia, el Santo Padre invoca bendiciones divinas de “paz, sanación y fuerza” sobre toda la nación.
La fuerte explosión que tuvo lugar ayer, en torno a las 17.35 de la tarde, a causa de un coche bomba, destruyó varios autobuses y vehículos que se encontraban cerca. Unas treinta personas murieron en el acto, mientras que unos quince fueron ingresados de urgencia en el hospital y se encuentran ahora en condiciones graves.
Mezquita de Kocatepe en Ankara (Foto: Wikipedia)
Francisco expresa su dolor por el atentado de Ankara
La explosión de una bomba en el centro de la ciudad deja 37 muertos y cerca de 125 heridos