(ZENIT – Madrid).- Será una de las películas de esta Semana Santa. “Resucitado” (Risen), protagonizada por Joseph Fiennes, Tom Felton, Cliff Curtis, Peter Firth y María Botto, nos sitúa en el Jerusalén del siglo primero, el día de la muerte de Cristo.
En la ciudad no se habla de otra cosa y por ello Poncio Pilato manda a Clavius, un centurión romano agnóstico, a que investigue lo que está sucediendo. La misión que le encomienda consiste en localizar el cuerpo desaparecido de Jesús de Nazaret para así sofocar un inminente levantamiento en Jerusalén y los rumores de que es el Mesías.
Cuando finalmente localiza a los apóstoles, y conoce a María Magdalena, Clavius ya no sabe qué pensar: las dudas respecto a la existencia de lo sobrenatural aumentan y se ve confrontado con los misteriosos acontecimientos que tuvieron lugar después de la crucifixión. Se trata de una épica historia bíblica sobre la resurrección, contada desde los ojos de un no creyente.
La cinta, producida por Sony Pictures y dirigida por Kevin Reynolds, se estrena en toda España el próximo 23 de marzo. Cuenta con el visto bueno del arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, que ha accedido a posar con los actores en la sesión de fotos promocional que ha tenido lugar este miércoles en una de las iglesias más bellas de la capital, San Antonio de los Alemanes.
Durante el acto, el arzobispo Osoro ha entregado el Premio Madrimaná 2016 a Joseph Fiennes. Con este galardón, se reconoce al actor británico por su interpretación de Clavius en la citada película, que se preestrenó precisamente en la última edición de la Muestra Internacional de Cine y Realidades Madrimaná. A juicio de la organización, Fiennes demuestra su versatilidad al ponerse en la piel de «un personaje que cautiva al espectador en una búsqueda apasionante hasta el encuentro con Jesús Resucitado».
Poster de la película 'Risen' (Sony Pictures)
Monseñor Osoro entrega el premio Madrimaná 2016 a Joseph Fiennes por su papel en 'Resucitado'
La película se estrena en España el próximo 23 de marzo. Nos sitúa en el Jerusalén del siglo primero, el día de la muerte de Cristo