(ZENIT – Madrid).- La comunidad franciscana del Monasterio de Arcella y la Obra de El Pan de los Pobres han organizado la primera peregrinación a España de uno de los tres bustos-relicario de san Antonio de Padua. Se trata de un trozo de massa corporis extraída durante la segunda exhumación de los restos del santo franciscano, efectuada en 1981, con motivo de los 750 años de su muerte. En aquella ocasión, los Frailes Menores Conventuales separaron algunos trozos de la masa corpórea del religioso de origen portugués, con permiso de la Santa Sede, e hicieron tres relicarios para que peregrinasen por Italia y el mundo entero. La próxima semana, uno de esos relicarios será traído en misión a dos provincias españolas por dos discípulos del Pobrecillo de Asís.
Las reliquias llegarán a Bilbao el 4 de abril y serán recibidas por el obispo local, monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa, en la iglesia de San Nicolás, donde el prelado presidirá una solemne celebración eucarística a las 19:00 horas. El busto-relicario permanecerá en este templo durante todo el día siguiente y el miércoles 6 será llevado a la iglesia de San Antonio de Padua en Irala.
El día 7 por la mañana, los restos del santo franciscano saldrán hacia Madrid. En esta diócesis está previsto que visiten el colegio de San Buenaventura y su parroquia. El domingo 10, se podrán venerar en la parroquia de Nuestra Señora de Caná. Y también será posible hacerlo en la parroquia de San Antonio del Retiro y en la Santa Cruz, en donde tiene su sede la cofradía de San Antonio «el Guindero», el día 12 por la tarde y el día 13. La despedida de las reliquias de san Antonio de Padua tendrá lugar el 14 de abril en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas.
Patrono de las causas perdidas
La basílica de San Antonio, en la localidad italiana de Padua, es visitada cada año por más de cuatro millones de personas. Desde la antigüedad, los Frailes Menores Conventuales se ocupan con gran devoción y atención del templo, en el que se custodia el cuerpo del santo patrono de las causas perdidas. Su tumba es venerada por numerosos peregrinos cada día, y a su alrededor se encuentran promesas y oraciones de los fieles devotos.
