(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La ciudad de Fort McMurray, en Canadá, ha quedado completamente desierta y abandonada por sus habitantes a causa de un incendio que ha arrasado al menos 1600 edificios. El fuego ha obligado a la evacuación de más de 90 mil personas. Los números de la tragedia son impresionantes y ya es considerada la “catástrofe natural más costosa de la historia de Canadá”.
Por ello, el papa Francisco ha manifestado su cercanía con las víctimas. A través de un carta firmada por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, indica que “el Santo Padre está muy triste por la destrucción y el sufrimiento causados por los incendios que afectan a la zona de Fort McMurray”. “Él reza por todos los desplazados –sobre todo por los niños– que han perdido sus casas”, se lee en la carta publicada por Fides.
Desde que comenzó el incendio el 1 de mayo, el fuego se ha extendido sin detenerse: el primer día ha afectado a una zona de unas 500 hectáreas mientras que el día 6 se calculaba ya que las hectáreas arrasadas por las llamas son de al menos 100 mil.
Bandera de Canadá - Wiki commons PD -
La oración del Papa por los incendios de Canadá
Las llamas en Fort McMurray han arrasado ya 100 mil hectáreas y han obligado a la evacuación de 90 mil personas