(ZENIT – Roma).- El proceso de canonización del sacerdote José Cappel Farfsing de la Sociedad Misionera de Maryknoll, se abrió el 31 de mayo en Chile, 12 años después de su muerte. La noticia reportada por la página de la Conferencia Episcopal de Chile y por diversos medios locales, indica que ceremonia se realizó en el Hogar de Ancianos de Curepto que lleva su nombre e inició con la santa misa.
El vicepostulador de Maryknoll, el sacerdote Ricardo Rojas Valdés, interrogado por ZENIT, precisó que “el padre Cappel, de origen chileno-estadounidense llegó a Chile en 1943, con otros padres de Maryknoll invitados por el obispo Manuel Larraín; y al poblado de Curepto, situado a unos 350 kilómetros al sur de Santiago, arribó en 1949. Estuvo allí hasta su muerte el 31 de mayo de 2004, día que la Iglesia celebra la fiesta de la Visitación de la Santísima Virgen María”.
Después de la eucaristía que abrió el evento, el padre Felipe Egaña Baraona, vicario pastoral de la Diócesis de Talca, se refirió a la “sesión de apertura sobre la vida, virtudes y fama de santidad del Siervo de Dios Rvdo. Padre José Cappel Farfsing”. Y añadió: “en el nombre del Señor y con la ayuda de la Virgen Santísima se abre esta solemne sesión”.
Después de aceptar el nombramiento del vicepostulador de Maryknoll, don Ricardo Rojas Valdés, se nombró y juraron los demás integrantes del tribunal y se hizo entrega de documentos y decretos, el obispo de Talca, monseñor Valenzuela Abarca recordó que los miembros del tribunal eclesiástico recibirán los testimonios sobre la vida del Siervo de Dios.
Mons. Valenzuela destacó además que en la localidad de Curepto “se nota que ha quedado un ambiente empapado por la presencia de este sacerdote, que por más de 50 años estuvo aquí anunciando al Señor”.
“Esto que estamos viviendo –señaló el obispo de Talca– ha sido provocado por el paso de una persona, un hombre, un cristiano, un hijo de la Iglesia que dejó detrás de sí una huella imborrable. Aquí en los caminos de Curepto, en la ciudad y los campos que la rodean, y que él recorría en bicicleta, la huella del padre José es sinónimo de bendición, de presencia de Dios, de bondad, de confiabilidad y de alegría”.
“La grandeza del padre José no se puede medir con las medidas con que nosotros siempre medimos a la personas; tampoco estamos aquí para hacer mención de los cargos que ocupó o de las grandes obras que inspiró o inauguró. Estamos aquí para buscar la imagen de Jesucristo en una persona sencilla, en una vida sin cámaras ni espectáculo”.
Por su parte, el sacerdote jesuita Jaime Correa, notario eclesiástico y asesor de esta causa, dio a conocer que en Chile ya son 20 los Siervos de Dios que están en el proceso de canonización: “Yo los felicito a ustedes por el aprecio que le tienen al padre Cappel; yo tengo la experiencia de haber participado en la causa de san Alberto Hurtado, en la de monseñor Francisco Valdés, quien ya es venerable, la del padre Esteban Gumucio, la de monseñor Enrique Alvear, entre otras. Creo que esta del padre Cappel podría avanzar con bastante rapidez y desde ya nos encomendamos a él”.
“El acto contó –indicó el vicepostulador– con la presencia de las autoridades locales de Curepto, ciudad de la cual el padre José Cappel es hijo ilustre”. Y añadió que “estuvo presente el arzobispo emérito de La Serena, monseñor Bernardino Piñera Carvallo, padre conciliar de 101 años, quien conoció al padre Cappel mientras fue obispo auxiliar de Talca entre los años 1958 y 1960, quien además es el primer testigo ne pereant testimonia interrogado en esta causa».
Misa antes de la proclamación del padre Cappel como Siervo de Dios (foto©Iglesia.cl)
Inicia en Chile el proceso de canonización de un sacerdote Maryknoll
El padre José Cappel Farfsing, vivió 55 años en el pueblo de Curepto