(ZENIT – Roma) “Es la primera vez que se firma un acuerdo que implica el fin del conflicto, o sea el cese de fuego bilateral y definitivo, cese de hostilidades”, comentó con ZENIT el periodista colombiano Nestor Pongutá, al referirse a la firma de ayer en La Habana, entre el Gobierno de Colombia y el grupo Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Firma, precisó «que no significa que mañana terminó todo, se necesitarán algunas generaciones para consolidar la paz, y no todos quedarán contentos».
Una firma que todavía tiene puntos por definir, como indicó ayer la Conferencia Episcopal, que exhortó a que no sea solamente un acto simbólico. Otras fuentes consultadas por ZENIT indicaron que entre los temas difíciles está que la guerrilla FARC deja las armas pero no las entrega. O los más de 10.000 millones de dólares que las FARC tendrían en cuentas bancarias extranjeras y que no serían usadas para indemnizar a las víctimas.
Señaló también la importancia de que estuvieran presentes en la firma representantes internacionales como el presidente de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, o el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro “porque las FARC durante la época del chavismo tuvieron un fuerte respaldo, lo que exasperó las relaciones con el anterior presidente colombiano”.
Pongutá define la actual situación citando la canción popular ‘Estamos saliendo de cien años de soledad‘. Y considera que va a funcionar “porque la gente está cansada del conflicto, son tres generaciones que buscan la paz. Europa después de dos guerras mundiales vive desde hace 60 años sin una guerra. Esos millones de muertos en Colombia son colombianos, guerrilleros que tenían que matar a su hermano soldado y viceversa”.
Reconoce entretanto que «hay que ser claros: que se firme hoy el final del conflicto no significa que mañana no va a suceder nada. Pasarán otras generaciones para ver consolidado el proceso de paz. No hay antecedentes con las FARC. Queda el ELN procedente de la izquierda católica y las bandas criminales llamadas bacrim”, estas últimas «sin ideología y relacionadas con mafias internacionales». Señaló que las FARC tuvieron la mayor parte de su financiación proveniente del narcotráfico, lo que deberán dejar, de acuerdo a los puntos de la negociación.
Interrogado sobre si los mandos medios de la guerrilla aceptarán la firma, teniendo en cuenta el dinero que manejan y el poder que tienen, el periodista colombiano es optimista: “Conocí bien a las FARC durante el proceso de Caguan, vi que tienen una disciplina de fuerzas armadas. Estuvieron en la firma o pasaron por La Habana Timochenko, Iván Márquez, Joaquín Gómez alias ‘El Paisa’, el más sanguinario, que se pensaba era el principal obstáculo para la firma. Estuvo también Romaña, el que más personas había secuestrado”.
Para explicarlo añadió que “después del reciente cese al fuego unilateral declarado por las FARC, se han reducido notablemente las actividades violentas”. Entretanto indica, que “para combatir el narcotráfico es necesario también combatir los consumidores en Estados Unidos y en Europa donde están aumentando». Para hacerse a la idea explicó: «En Italia el fiscal antimafia Nicola Grateri dijo esta semana que aquí solamente se incauta el 10 por ciento de lo que entra” y la cocaína se encuentra con gran facilidad.
Ahora, después de la firma, “el conflicto queda vaciado de ideología. Desde hace años el pueblo se dio cuenta que las FARC no los representan, siendo que la guerrilla inició con una clase popular campesina y en cambio hoy tienen más dinero que muchos batallones militares”.
Sobre lo que la guerrilla ha pedido para dejar las armas, como la reforma agraria y urbana, Pongutá indicó que aún no se conocen todos los puntos del acuerdo porque la confidencialidad permite negociar mejor. “Pero hay validadores, como la restitución de tierras y la reparación de víctimas de ambos lados”. Tierras que pertenecían a paramilitares pero también a la guerrillas serán dadas a los campesinos, dijo.
Finalmente, observó que “ahora se plantea dónde los van a ubicar, qué les van a poner a hacer. Colombia es el país de Latinoamérica que menos escrituras tiene sobre las tierras. Se suman los desplazados por el conflicto, unos 6 millones”.
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