(ZENIT – Roma).- Nuevo atentado terrorista en Francia. Esta vez en Niza, donde un camión embistió a la multitud acababa de terminar de ver los fuegos artificiales con motivo del 14 de julio, fiesta nacional del país.
El número provisorio de muertos es de al menos 84, entre ellos familias y niños que se encontraban en el paseo de los Ingleses, de la ciudad turística y portuaria ubicada en la costa sur de Francia. El camión entró a unos 80 kilómetros por hora, tratando de atropellar la mayor cantidad posible de personas.
El padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa del Vaticano, ha publicado un mensaje en el que asegura que «hemos seguido durante la noche, con grande preocupación, las noticias terribles procedentes desde Niza». En nombre del Santo Padre –indica el portavoz– y también de nuestra parte expresamos por lo tanto toda nuestra preocupación y solidaridad por los sufrimientos de las víctimas y de todo el pueblo francés, en los momentos en que se vivía una gran día de fiesta. Asimismo expresa la condena en modo absoluto «de toda manifestación de locura homicida, de odio, de terrorismo y de ataques a la paz».
El terrorista, que además disparó a tres policías, fue abatido por los agentes evitando que continuara la masacre. A lo largo de la mañana fue identificado como Mohamed Lahouaiej Bouhlel, nacido en Túnez pero residente en Niza, ya conocido por la policía por amenazas y robos, con una condena de seis meses por violencia, de la que estaba en libertad vigilada. Pero nunca había sido objeto de denuncia por radicalización.
El procurador informó que la ex mujer del terrorista fue arrestada esta mañana. Y concluyó indicando que se está solamente al inicio de las investigaciones. Algunos vecinos lo han descrito como deprimido, con problemas económicos, uno que se estaba divorciando y que no respetaba el Ramadán.
Un propietario de un restaurante italiano en las inmediaciones contó que varias personas se refugiaron allí en medio de la confusión, y entre ellos estaba una familia argentina con niños. También había muchos heridos por los cristales rotos. Otros entrevistados indicaron que la confusión era enorme y en un primer momento no sabían ni siquiera si era verdad lo que estaba ocurriendo.
Se trata del tercer atentado en Francia de gran envergadura en 18 meses. El primero contra el semanario satírico Charlie Hebdo en la capital, y el segundo también en París donde terrorista del ISIS mataron a 130 personas en diversos puntos de la ciudad, el más conocido en el teatro Bataclán.