(ZENIT – Roma).- Turquía ha sufrido una noche de confusión, caos y violencia debido a un intento de golpe de Estado que ha durado apenas unas horas. Todo empezó en torno a las 10 de la noche. Algunos militares se alzaron en Estambul y Ankara. En la capital sacaron los tanques a la calle y los colocaron frente al parlamento, mientras que helicópteros dispararon al palacio presidencial, finalmente entraron en la sede de la televisión del Estado y anunciaron que habían tomado el poder y harían volver la democracia y la laicidad. Los militares acusan al presidente, Recep Tayyip Erdoğan, de autoritarismo y de haber islamizado el país.
Por su parte, el mandatario turco, que se encontraba de vacaciones al suroeste del país, hizo un llamamiento al a ciudadanía para detener el golpe de Estado. Así, miles de partidarios se lanzaron a las calles de Ankara y Estambul y se enfrentaron al ejército y poco a poco la situación se fue controlando. El balance provisional es de 265 muertos y 1.440 heridos.
“Ningún poder está por encima de la voluntad popular”, indicó el presidente turco nada más aterrizar en Estambul. Asimismo aseguró que los “responsables lo pagaran muy caro”. La respuesta al intento del golpe de Estado no se hizo esperar y el Gobierno anunció la destitución de 5 generales y 24 coroneles. El Gobierno cifra en más de 2.800 los militares arrestados.
Flag Of Turkey - Pixabay (Joannaoman)
Turquía: Intento de golpe de Estado deja más de 200 de muertos y más de mil heridos
Tras varias horas de revuelta el presidente Erdogan consiguió regresar a Estambul y asegura que los responsables «lo pagarán muy caro»