(ZENIT – Roma).- El nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, señaló este jueves que el Gobierno y la oposición deben sentarse a dialogar y buscar una posición común. Y que “es falso que la Iglesia quiere imponer el diálogo” porque “la Iglesia se ofrece para ayudar”.
En las declaraciones hechas desde el Estado Carabobo, reportadas por diversos medios, el embajador de la Santa Sede reiteró la disposición del Vaticano para participar en las mesas de negociación. Precisó además que el texto que se entregó recientemente a las partes fue escrito por los ex presidentes de UNASUR, y no por la Santa Sede. Y que dicho texto “es una invitación a las partes a reflexionar”.
En dicho texto, el Secretario General de UNASUR, el ex presidente Ernesto Samper, “destacó el mensaje que le hizo llegar el Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Cardenal Parolin con la firme decisión del Vaticano de continuar su apoyo al diálogo e informar que, en esta oportunidad, Monseñor Celli no estará presente en Caracas, asumiendo su representación el nuncio Aldo Giordano”.
Mons. Giordano reconoció, en sus declaraciones en Carabobo, que existe también una minoría que hace ruido contra el diálogo, pero que la Santa Sede no cierra ninguna puerta, y si bien no está invitada no por ello pretende imponer el diálogo.
El diálogo necesita “paciencia, temple y valentía” dijo y recordó que el Papa solicitó que se busque el interés del pueblo.
El nuncio añadió que en Venezuela “tenemos un pueblo que sufre, las madres y padres de familia nos hablan de su preocupación; segundo, en Venezuela tenemos polarización, el país dividido. El diálogo es intentar concentrarnos en los problemas de la familia, juntos, no en una parte”.
Reiteró que “quienes hacen el diálogo son los venezolanos, las partes, los organismos de la política y la sociedad civil. Nosotros somos acompañantes, el Papa ha dicho que si hay una ventana abierta, vamos para ayudar”.
La bandera de Venezuela
El nuncio en Venezuela: la Iglesia invita al diálogo pero no lo impone
El representante de la Santa Sede invita a las partes a volver a sentarse a una mesa de negociaciones