(ZENIT – 27 May. 2017).- Cuando a una persona le indican que o acepta un trabajo mal pagado o tanto hay otros que lo aceptarán, el trabajo se transforma de ‘rescate’ social en ‘chantaje’.
El santo padre Francisco usó así un juego con estas dos palabras en italiano (riscatto – ricatto), al responder este sábado, a la segunda pregunta de los trabajadores de la metalúrgica ILVA, en su viaje apostólico a Génova.
“Es verdad –dijo a quien le hizo la pregunta– que la falta de trabajo es peor que la falta de rédito, para poder vivir. El trabajo es también esto, pero es mucho más. Trabajando nos volvemos más personas, nuestra humanidad florece, los jóvenes se vuelven adultos solamente trabajando. La doctrina social de la Iglesia siempre ha visto el trabajo humano como participación en la creación”.
“En la tierra hay pocas alegrías como la que se siente trabajando, como hay pocos dolores más grandes que cuando el trabajo oprime, humilla, asesina. El trabajo puede hacer mucho mal, porque puede hacer mucho bien” aseguró.
“Los hombres y las mujeres se nutren con el trabajo y el trabajo los llena de dignidad”. Cuando se trabaja mal, todo el pacto social, la democracia entra en crisis, aseguró.
Hay que mirar con responsabilidad a las transformaciones tecnológicas, pero no resignarse a la ideología que toma pie, en la que imagina un mundo en el que la mitad o solamente dos tercios trabajan y el resto es mantenido por un subsidio social. Tiene que ser claro que el objetivo necesario no es obtener un rédito para todos sino trabajo para todos. Porque sin trabajo para todos no hay dignidad para todos”.
El trabajo de mañana será quizás muy diverso, pero deberá ser trabajo, no pensiones, no jubilaciones. Se va en pensión a la edad justa, es un acto de justicia. Pero es contra la dignidad de las personas mandarlas en pensión y mandarlas a los 35, 40 años, darle un subsidio y arréglate. Puedo comer, sí; puedo mantener a mi familia, sí; ¿tengo dignidad?, no.
Los trabajadores del ILVA escuchan al Papa
Génova, el Papa en el Ilva: 'Trabajo para todos, no subsidios, porque el trabajo da dignidad'
Respuesta a la segunda pregunta en la metalúrgica italiana de la ciudad portuaria