(ZENIT – Roma, 3 Jun. 2017).- “Hermanos y hermanas gracias por el testimonio que hoy dan aquí, nos hace bien a todos, también a mi”. Con estas palabras el papa Francisco se dirigió a las aproximadamente cien mil personas que participaban en la vigilia de Pentecostés, reunidas en el antiguo Circo Máximo de Roma.
Tras leer una frase de los Actos de los Apóstoles, ‘Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados por el Espíritu Santo’, el Santo Padre recordó que en el Cenáculo todos fueron llenos del Espíritu Santo. “Hoy estamos aquí como en un cenáculo a cielo abierto”, dijo, porque “no tenemos miedo” y “porque profesamos que Jesús es el Señor”.
Reconoció que tenemos diferencias, pero deseamos ser “una diversidad reconciliada” y precisó que “esta frase no es mía, es de un hermano luterano”. Añadió que “hemos venido a pedir que el Espíritu Santo venga sobre nosotros” para “predicarlo en las calles del mundo”.
Indicó que hace 50 años nació “¿una esta institución? ¿una organización? “No, a una corriente de gracia, de la Renovación carismática católica. Una obra que nació ecuménica”, aseguró.
Recordó que allí en el Circo Máximo, “fueron martirizados tantos cristianos, como diversión”. Y que nos une el ecumenismo de la sangre, “nos une el testimonio de nuestros mártires de hoy”, recordando que los hay más que en los tiempos pasados.
Señaló además que “el Espíritu nos quiere en camino” que Renovación “es una corriente de gracia, sin estatutos ni fundadores”, que comprende muchas obras humanas inspirada por el Espíritu Santo, y aseguró que “no se puede cerrar al Espíritu Santo en una jaula”.
Ahora, “los 50 años son un momento de reflexión”, dijo y deseó que la Renovación carismática católica sea un “lugar privilegiado” para ir hacia la unidad y precisó que “nadie es el patrón, todos somos siervos de esta corriente de gracia”.
“Puede ser que a alguien no le guste este modo de rezar, pero está en las escrituras”, dijo. Y recordó tres cosas: “Bautismo en el Espíritu Santo, alabanza y ayuda a los necesitados”. Les agradeció también porque los servicios de caridad de las diversas corrientes inician a unificarse, “como les había pedido hace dos años atrás”.
“Gracias por lo que le dieron a la Iglesia en estos 50 años, la Iglesia cuenta con ustedes”, dijo. Y concluyó: “Servir a los más pobres, esto la Iglesia y el Papa lo espera del Movimiento Carismático Católico y de todos, todos, todos, los que entraron en esta corriente de gracia”.