La misa en la explanada de la plaza de San Pedro

Solemnidad de Pedro y Pablo: el Pontífice bendice los palios

Presente en la celebración una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, enviada por su beatitud Bartolomeo

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(ZENIT – Ciudad del Vaticano, Abr. 2017).- El papa Francisco ha bendecido en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, los palios destinados a los arzobispos metropolitanos nombrados durante el presente año.
El palio, una vestidura que se pone entorno al cuello y sobre el busto, será después impuesto a cada arzobispo metropolita por el nuncio o representante pontificio, en la respectiva sede metropolitana.
Después del rito de la bendición de los palios, el Papa presidió la celebración eucarística con los cardenales, incluidos los cinco elevados ayer, con los arzobispos metropolitanos y con los obispos y sacerdotes.
Como es costumbre en ocasión de la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo, patronos de la Ciudad de Roma, estaba presente en la celebración una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, enviada por su beatitud Bartolomeo y guiada por su eminencia Job, arzobispo de Telmessos, acompañado por los sacerdotes Ambrosios Chorozidis y Agathanghelos Siskos.
Después de la lectura del Evangelio, el Papa pronunció su homilía en la que invitó a interrogarse “si somos cristianos de salón, de esos que comentan cómo van las cosas en la Iglesia y en el mundo, o si somos apóstoles en camino, que confiesan a Jesús con la vida porque lo llevan en el corazón”.
Recordó también que incluso hoy en día, en varias partes del mundo, a veces en un clima de silencio no sin complicidades, muchos cristianos son marginados, calumniados, discriminados, víctimas de una violencia incluso mortal.
El Santo Padre señaló también que “la oración nos hace sentir amados y nos permite amar. Nos hace ir adelante en los momentos más oscuros, porque enciende la luz de Dios. En la Iglesia, la oración es la que nos sostiene a todos y nos ayuda a superar las pruebas”.
Y concluyó señalando que el Señor, que desea ardientemente ver a todo su rebaño reunido, bendiga y proteja también a la delegación del Patriarcado Ecuménico, y al querido hermano Bartolomé, que la ha enviado como señal de comunión apostólica.
Texto completo de la homilía

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ZENIT Staff

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