(ZENIT – Roma, 28 Jul. 2017).- Charlie Gard, el bebé de 11 meses que padecía de una rara enfermedad, para quien la Corte Europea había dictaminado apagar los aparatos que lo mantenían en vida, y que obtuvo junto a su familia las oraciones del papa Francisco, falleció este viernes en un hospicio para niños en Inglaterra.
El director de la Oficina de prensa del Vaticano, Greg Burke, indicó el pasado 24 de julio que el Papa rezaba por Charlie y sus padres, y se sentía especialmente cercano a ellos en este tiempo de inmenso sufrimiento. Y añadió que el Santo Padre pidió que nos unamos en oración «para que ellos puedan encontrar el consuelo y el amor de Dios”.
La madre, Connie Yates, dijo este viernes en un comunicado: «Nuestro bello y pequeño niño se ha marchado. Estamos muy orgullosos de ti».
El presidente de la Pontificia Academia de la Vida, Mons. Vincenzo Paglia, señaló hoy en Roma al conocer la noticia, que ‘El amor de Dios nunca quita el enchufe». Y este caso nos lleva a promover una cultura del acompañamiento, y a decir tres grandes no: «no a la eutanasia, no al abandono, no al ensañamiento terapéutico», acompañados por un sí a la vida.
El pequeño de 11 meses que la semana próxima iba a cumplir un año, sufría una enfermedad diagnosticada por el hospital Great Ormond Street de Londres, por ahora sin un tratamiento que permitiera curarse, pero se podía probar en Estados Unidos un tratamiento experimental.
Un juez británico ordenó en abril desenchufar los aparatos que lo mantenían en vida, al hospital Great Ormond Street que hizo la solicitud. Los padres apelaron inútilmente hasta llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En Roma, el Hospital pediátrico Bambino Gesú, se dijo “disponible para proteger al pequeño por el tiempo que le queda de vida”. Los papás anunciaron el lunes 24 su decisión de finalizar la larga batalla legal, pues “mucho tiempo ha sido desperdiciado”.
Falleció Charlie Gard, el bebé que consternó al mundo
El bebé de 11 meses con una rara enfermedad, por quien el Papa rezó