(ZENIT – 18 Oct. 2017).- «La muerte nos indica que solamente el bien y el amor que sembramos mientras vivimos permanecen «, ha dicho el Papa.
En la audiencia general celebrada esta mañana, 18 de octubre de 2017, en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos, el Papa ha reflexionado sobre el «contraste que existe entre la esperanza cristiana y la realidad de la muerte», en la que ha sido la 38ª catequesis sobre la esperanza cristiana.
El Papa ha expresado que «La muerte es un misterio», manifiesta la fugacidad de la vida, nos enseña que nuestro orgullo, ira y odio, son sólo vanidad; que no amamos lo suficiente, que no buscamos lo esencial. «Pero –ha continuado el Papa– también nos indica que solamente el bien y el amor que sembramos mientras vivimos permanecen».
Así, el Papa ha afirmado que nuestra civilización moderna «trata de suprimir y disimular la muerte», hasta el punto de que cuando llega nadie está preparado, ni tiene tampoco los medios para darle un sentido.
Como hemos escuchado en la lectura del evangelio –ha indicado el Papa– «Jesús es el único capaz de iluminar el misterio de la muerte». Con su actuar nos enseña que sentir dolor ante la pérdida de un ser querido «no es contrario a la esperanza», ha explicado Francisco.
«Su oración al Padre, Origen de la vida, nos revela que la muerte no forma parte de su designio amoroso, y que Jesús mismo, con su obediencia total al Padre, restaura el proyecto original de Dios y nos otorga vida en abundancia», ha señalado el Papa.
El Papa ha explicado que también en el Evangelio, se muestra cómo Jesús pide que «no se tenga miedo ante ella, sino que se confíe en su palabra y se mantenga viva la llama de la fe», y ha advertido que «A la evidencia de la muerte, Jesús opone la luz de su potencia, que también extiende sobre cada uno de nosotros, pequeños e indefensos frente al enigma de la muerte, y Jesús nos asegura: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá»».
Al terminar su catequesis en español, el Papa ha mandado un saludo a los peregrinos de esta lengua, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica, y les ha dicho: «El Señor Jesús, única esperanza de la humanidad, nos conceda la gracia de mantener encendida la llama de la fe, y en el momento de nuestra muerte nos tome de la mano y nos diga: «¡Levántate!». Que Santa María, Madre de Dios, interceda por todos nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea».
Captura de pantalla CTV
Audiencia general: "La muerte nos indica que el amor y el bien permanecen"
El Papa ha hablado de la esperanza y la muerte