(ZENIT – 14 feb. 2018).- El Papa Francisco ha celebrado la Eucaristía de imposición de las cenizas, este miércoles, 14 de febrero de 2018, día en que comienza la Cuaresma.
Antes de la celebración de la Misa, el Papa ha rezado una oración en la iglesia de San Antelmo, acompañado de algunos cardenales y de monjes benedictinos, que han cantado en la ceremonia, y dominicos.
Juntos, han salido de la iglesia en procesión hacia la basílica de Santa Sabina, situada en el monte Aventino, una de las siete colinas de Roma.
Allí, el Santo Padre ha celebrado la Santa Misa, entre varios fieles, y los grupos de religiosos y sacerdotes.
Después de la proclamación del Evangelio, el Papa ha bendecido la ceniza y ha comenzado el rito de la imposición de esta sobre la frente de los fieles, cenizas de las ramas de olivo del Domingo de Ramos del año pasado.
En la Misa, el Papa ha hecho una mención especial por los enfermos y los presidiarios, y en definitiva, por todas aquellas personas que están privadas de su libertad.
«Detente, mira y vuelve»
En su homilía, Francisco ha hecho un llamamiento a 3 acciones concretas: “detente”, “mira” y “vuelve”. El Papa Francisco exhorta a detenernos ante la “agitación”, y de “correr sin sentido”.
“¡Detente para mirar y contemplar!” ha dicho el Pontífice. “Mira los signos que impiden apagar la caridad, que mantienen viva la llama de la fe y la esperanza. Rostros vivos de la ternura y la bondad operante de Dios en medio nuestro”.
«Vuelve a la casa de tu Padre», ha propuesto el Pontífice. «¡Vuelve!, sin miedo, a los brazos anhelantes y expectantes de tu Padre rico en misericordia (cf. Ef 2,4) que te espera».
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Miércoles de ceniza, 14 de febrero de 2018 © Vatican Media
Imposición de las cenizas en la basílica de Santa Sabina
El Papa ha presidido la procesión penitencial