(ZENIT – 26 julio 2018).- El Arzobispo Bernardito Auza, Nuncio Apostólico y Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, dirigió comentarios al Consejo sobre la necesidad de disminuir las violaciones y los abusos contra los niños en los conflictos armados de todo el mundo.
El representante de la Santa Sede intervino el pasado 9 de julio de 2018 en Nueva York en el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre como proteger a los niños hoy para prevenir conflictos mañana.
Adicionalmente, el prelado dijo, «aun que no es posible resolver ahora todos los conflictos», por lo menos «podemos hacerlo mejor en la protección de los niños que sufren las devastadoras consecuencias de ellos».
Nunca es tarde para actuar
El Arzobispo Auza reconoció la realidad que hay ciertos conflictos armados que han durado por generaciones, pero enfatizó que no significa que el impulso para intervenir está ausente. Dijo el prelado que «no intervernir significa renunciar a estos niños y abandonar sus comunidades y sus países».
Al contrario, –continuó Mons. Auza– la presencia de guerras a largo plazo, aumenta la urgencia de actuar. Como dijo el Arzobispo, «existen aquellos niños en peligro de ser atrapados en un conflicto armado… No podemos perder esta generación de niños actualmente en alto riesgo».
3 ámbitos necesitados de mejora
El prelado subrayó 3 ámbitos que requieren mejora si la comunidad mundial pretende prevenir contra el abuso de niños en zonas de conflictos armados. El primer ámbito es eliminar la participación directa de niños en estos conflictos y proteger a los niños de las secuelas. Dijo Arzobispo Auza, que «la grave responsabilidad es reducir el numero de niños soldados y prevenir que se atrapan en la esclavitud sexual y secuestros masivos».
El representante de la Santa Sede mencionó como el segundo ámbito, «la necesidad de priorizar la reintegración efectiva de los niños anteriormente asociados con las fuerzas armadas». El representante del Vaticano recordó al Consejo «que estos niños pueden haber cometido crímenes, pero deben ser tratados principalmente como víctimas». Su rehabilitación y su reintegración a la sociedad y a sus familias es esencial para prevenir su recaída en situaciones abusivas.
El tercer ámbito es asegurar al derecho a la educación. La educación ofrece a los niños oportunidades y, dijo el Arzobispo, «ayuda en la reducción de la pobreza y la desigualdad». El Arzobispo Auza también subrayó la participación de la Iglesia en este ámbito, diciendo «que la Iglesia participa a través de sus diversas estructuras que operan en la mayoría de las zonas de conflicto».
Hay consecuencias para el mundo
Terminando su intervención, el Arzobispo Auza recordó al Consejo que si se puede proteger a los niños hoy, hay más probabilidad de evitar conflictos en el futuro. Si la comunidad mundial logra prevenir el abuso y evitar conflictos armados, permitiría a lo niños que desarollen sus talentos y distintas capacidades. Como dijo el prelado, «el objectivo de estas obras es ayudar a estos niños a realizar sus aspiraciones más profundas… para que contribuyan al bien común de cada sociedad».
Mons. Bernardito Auza. Captura de pantalla
Mons. Auza: "Proteger a los niños hoy previene los conflictos del mañana"
Debate del Consejo de Seguridad en la ONU